A medida que el mundo continúa buscando mejores formas de apoyar a los niños con trastorno del espectro autista (TEA), existe una creciente necesidad de utilizar métodos físicos para facilitar su desarrollo. Según un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud, al menos un niño de cada 160 tiene autismo.
Los síntomas del TEA varían de un niño a otro, pero muchos niños con autismo tienen cierta falta de equilibrio físico y luchan con la coordinación o la conciencia corporal. Estos rasgos pueden ir acompañados de desafíos en la interacción social, discapacidades cognitivas y dificultad para prestar atención o concentrarse en una actividad en particular durante períodos prolongados.
Cuando se los observa de cerca, algunos niños con autismo pueden mover los brazos sin coordinación. El movimiento de sus piernas también puede mostrar una falta de control mientras se balancean en todas direcciones.
Para afrontar mejor estos desafíos, estos niños suelen participar en terapia ocupacional. Este tipo de terapia implica muchas actividades que tienen como objetivo mejorar la capacidad del niño para realizar más tareas por sí mismo.
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Cómo andar en bicicleta
Estas actividades incluyen estrategias de aprendizaje, habilidades de juego, cuidado personal y creatividad. En los últimos tiempos se han incorporado lecciones de andar en bicicleta para apoyar a los niños con autismo y otros desafíos físicos y de aprendizaje. Sin embargo, este método aún no se ha utilizado a gran escala.
Beneficios de la bicicleta para niños con autismo
Pedalear en bicicleta puede resultar un desafío para muchos niños que no tienen autismo. Cuando un niño en el espectro intenta hacer lo mismo, puede convertirse en una tarea casi imposible. Debido a los desafíos de equilibrio y coordinación asociados con el autismo, algunos niños con esta afección nunca aprenden a andar en bicicleta.
Sin embargo, en 2015, una investigación reveló que los niños con TEA podrían obtener un mejor equilibrio físico cuando se los exponía a cinco semanas de entrenamiento constante en bicicleta sin pedales. La investigación se llevó a cabo en ocho niños con TEA. Sus edades oscilaban entre los seis y los 10 años sin ninguna experiencia previa en andar en bicicleta.
Cada semana, se reunían durante tres días durante una hora como máximo cada día. En promedio, pedalearon durante aproximadamente 15 minutos cada vez, y esto dependió de cuánto tiempo podían concentrarse en el ejercicio de ciclismo. Durante el experimento, se observó a los niños periódicamente para registrar cambios en su comportamiento físico.
Estos comportamientos incluyen el equilibrio corporal en los cuatro planos (derecha, izquierda, atrás y adelante), el equilibrio estático con los ojos abiertos y el equilibrio con los ojos abiertos cuando se está parado sobre superficies desniveladas.
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El Dr. Andrew Shim, presidente de Kinesiología y Desarrollo del Desempeño Humano de la Universidad Briar Cliff, quien realizó esta investigación, emitió un comunicado sobre sus hallazgos.
Dijo: «Las puntuaciones de estabilidad en todos los planos del cuerpo mejoraron significativamente durante las cinco semanas de duración». También destacó el beneficio de comenzar a andar en bicicleta con bicicletas sin pedales, comentando: “puede ayudar a los niños con necesidades especiales en la transición a una bicicleta normal de dos ruedas sin la ansiedad de caerse o usar ruedas de apoyo”.
Además de mejorar el equilibrio corporal del niño, andar en bicicleta sin pedales también puede ayudar al niño en otras áreas. Una instructora de educación en la Escuela Secundaria Central de Rapid City, Dakota, llamada Amy Houston, descubrió que andar en bicicleta sin pedales mejoraba la fluidez del habla, así como la interacción social y conductual en niños con TEA.
Las Buddy Bikes también se utilizan para niños con autismo. Las bicicletas Buddy están construidas de manera que exista la posibilidad de que un adulto se siente detrás del niño. Esto reduce la necesidad de habilidades técnicas para que el niño ande en bicicleta de manera eficiente.
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Cómo andar en bicicleta
El ciclismo mejora la coordinación de los movimientos corporales y el estado de alerta sensorial, fortalece los músculos débiles y mejora el equilibrio. También aumenta el nivel de confianza de estos niños.
Sin duda, el ciclismo es una actividad que vale la pena realizar para los niños en el espectro del autismo.
Este artículo apareció en Número 113 – Transición a la edad adulta
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