Mi hijo de seis años no quiere dormir en su propia cama, por eso le dejamos dormir con nosotros. ¿Cómo podemos trabajar para que regrese a su propia habitación? Tiene problemas sensoriales y siempre quiere estar cerca de mí.
—Jenny
Querida Jenny,
Este problema de que los niños con problemas sensoriales no puedan dormir solos es común entre los niños que tienen diferencias sensoriales. Dormir es una de las tareas físicas de autorregulación y cuando uno o una combinación de los sistemas sensoriales de un niño no funciona de manera eficiente o efectiva, es probable que se interrumpa el sueño.
Una de las formas más comunes en que las diferencias sensoriales afectan el sueño es lo que llamamos diferencias en el procesamiento táctil/táctil. Algunos niños necesitan más información táctil para poder sentir dónde están en el espacio (su propia conciencia corporal es pobre) y otros niños tienen sensibilidades táctiles (su sentido del tacto responde en exceso). En ambos casos, tener un padre cerca de ellos ofrece una presión cálida y firme que ayuda a calmar la sensibilidad al tacto O les brinda información adicional sobre su propia posición para que puedan descansar y relajarse mientras duermen.
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El otro factor que puede contribuir a estos desafíos desde un punto de vista sensorial es que muchos niños con diferencias sensoriales tienen un sistema nervioso desregulado. Los padres suelen ser la relación más «segura» que tiene un niño, y esta sensación de seguridad respalda un sistema nervioso más regulado, lo que ayuda al niño a descansar y conciliar el sueño.
El tacto juega un papel importante en la autorregulación desde el nacimiento en adelante y el tacto de uno de los padres, incluso recibido pasivamente mientras duerme, puede ayudar al niño a permanecer en un estado uniforme de excitación que le permita dormir.
Algunas estrategias sensoriales para ayudar a un niño a dormir en su propia cama incluyen:
- Entradas táctiles como toallas tibias (calentadas en una secadora antes de dormir), una almohada para el cuerpo, colocar animales de peluche a su alrededor o el uso de sábanas de compresión o ciertas telas que les gustan a su alrededor (vellón, franela, almohadas suaves y peludas, etc.). ).
- Entradas visuales como iluminación ambiental (luces navideñas blancas, un proyector relajante en la pared, luces nocturnas o pegatinas de estrellas que brillan en la oscuridad).
- Entradas auditivas como una máquina de ruido blanco, música suave y tranquila o el uso de la almohada iLs Dreampad que reproduce música relajante mientras el niño se duerme (integratedlistening.com)
- Los espacios acogedores a veces son útiles para los niños con diferencias sensoriales porque les ayuda a sentirse más seguros. Puede limitar la información visual, ayudarlos a sentirse más seguros en su cuerpo y crear un espacio más cálido mientras duermen. Algunos padres con los que he trabajado compran una tienda de campaña, un dosel o crean una tienda de campaña en literas colgando una manta en el costado de la litera superior. Un niño dormía con una caja de cartón gigante en la cabecera de la cama para colocar la almohada y sentirse más seguro.
- Evite el uso de pantallas al menos una hora antes de acostarse. Muchos niños con diferencias sensoriales son hipersensibles a la información visual y, por lo tanto, pueden ser más hipersensibles al impacto de las pantallas. Un niño puede parecer tranquilo y relajado mientras mira una pantalla o mientras navega por YouTube, pero su cerebro está lejos de estar tranquilo. Los estudios muestran que algunos niños se ven más afectados por el uso activo de la pantalla que otros y que desplazarse tiene un impacto más fuerte que simplemente mirar un programa de televisión. Ser selectivo sobre el tipo de tiempo frente a la pantalla y el momento en el que se pasa puede desempeñar un papel importante a la hora de favorecer un mejor sueño.
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Se recomienda encarecidamente trabajar con un terapeuta ocupacional (OT) para abordar cualquier desafío sensorial que pueda estar complicando la capacidad de su hijo para calmarse.
Un terapeuta ocupacional puede recomendar estrategias específicas además de las anteriores que podrían ser útiles, pero también puede analizar de manera más integral cómo calmar el sistema nervioso de su hijo en general, y no solo a la hora de dormir. Los terapeutas ocupacionales también harán sugerencias sobre modificaciones ambientales, de actividad y de rutina para favorecer una mejor autocalma e independencia a la hora de acostarse. https://www.asensorylife.com/sleep-challenges.html
Por último, a veces para abordar las dificultades del sueño puede ser necesario un enfoque combinado de apoyo sensorial y asesoramiento porque puede haber dificultades socioemocionales que contribuyan a los problemas del sueño o los padres pueden necesitar apoyo para gestionar el rechazo que conlleva la hora de acostarse en algunos niños. Hay consultores privados del sueño https://www.sleepsolutionsbychristine.com que también pueden resultar beneficiosos.
Si dormir y conciliar el sueño se convierte en un desafío continuo, vale la pena hablar con el pediatra de su hijo para asegurarse de descartar todas las causas físicas de la dificultad para dormir y luego algunas de las soluciones anteriores pueden ser útiles.
Este artículo apareció en el número 95: Manejando juntos el autismo
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