La esperanza nunca es mera
En Los anillos de poderEl señor elfo Elrond debe tomar una decisión difícil: ¿desvelará los secretos de su amigo enano o correrá el riesgo de la desaparición de toda su raza?
Cuando su rey le pide que revele información sobre una materia prima especial que los enanos pueden haber descubierto, Elrond responde: “Le hice un juramento a Durin. Para algunos, esto puede que ahora tenga poco peso. Pero, en mi opinión, son estas cosas las que atan nuestras almas. No tengo intención de dejar que la mía se escape por mera esperanza”.
Si bien las aspiraciones de Elrond son nobles, el rey Gil-Galad le recuerda una verdad importante: “La esperanza nunca es mera, incluso cuando es escasa”.
Algunos días tendremos menos aspectos positivos a los que aferrarnos que otros. Cuando te despiden, te rompen o te ríen, la esperanza se sentirá muy lejana. En tiempos de desesperación, no importa qué es lo que reaviva la chispa de la esperanza: lo que importa es que la captemos.
Si el camarero cuenta un chiste gracioso mientras bebes tu tercer whisky solo, aguanta la risa. Si un extraño te sonríe en el autobús, recuerda la dulzura en su rostro. Y si el amable propietario de un quiosco le tira un chicle gratis de camino a casa después de otro rechazo, saboree cada bocado del sabor a menta.
La esperanza puede a veces eludirnos, pero en realidad nunca desaparece. Incluso si la única luz que podemos encontrar es una vela de té, sigue siendo una llama que vale la pena encender, porque la esperanza nunca es mera y sólo se necesita una vela para encender el fuego más grande.