Rasgos faciales del autismo: ¿La forma de la cara identifica el TEA?

Los padres suelen hablar de la dificultad de afrontar las posibles características del autismo en un niño pequeño. Cuando aparece alguna señal de alerta, los padres empiezan a dudar de sí mismos. Observan a sus hijos como un halcón, analizando cada aspecto de su comportamiento. En tales circunstancias, algunos padres mencionan que sería más fácil si existieran características distintas del autismo que aliviasen la incertidumbre.

No solo eso, algunos padres creen que a sus hijos autistas les resultaría más fácil si las personas pudieran «ver» la condición detrás de su lucha. Mencionan las miradas cuando su hijo tiene un colapso; Pocos sospechan de autismo, la mayoría asume una falta de disciplina.

Por el contrario, hay quienes sienten que se debe celebrar la naturaleza espectral del autismo, ya que cada individuo autista es diferente. Los niños autistas presentan síntomas de forma heterogénea; son únicos en las características que muestran. O en palabras del Dr. Stephen Shore: «Si has conocido a una persona con autismo, has conocido a una persona con autismo».

Pero, ¿las personas en el espectro también son únicas en su apariencia? ¿La forma de la cara o cualquier otro rasgo facial tiene el potencial de identificar el trastorno del espectro autista? Estudios recientes parecen sugerir que puede haber algunos rasgos faciales distintos que se encuentran con mayor frecuencia en niños con autismo.

Investigando rasgos faciales distintos en el autismo

Un estudio (Aldridge et al., 2011) investigó las diferencias en la morfología facial en niños con autismo en comparación con niños con un desarrollo típico. El estudio se realizó a partir de la base del conocimiento que indica que el desarrollo del cerebro ocurre en conjunto con el desarrollo del tejido facial, cada uno de los cuales influye en la forma en que se desarrolla el otro.

El estudio (Aldridge et al., 2011) adquirió imágenes estereofotogramétricas de niños de entre 8 y 12 años. De ellos, 65 estaban en el espectro del autismo y 41 eran niños con un desarrollo típico. El estudio encontró diferencias significativas en la morfología facial en niños con autismo en comparación con el grupo neurotípico. Las diferencias en la morfología facial pueden ser significativas, pero las diferencias faciales eran sutiles a simple vista.

Otro hallazgo interesante que surgió del estudio (Aldridge et al., 2011) fue la presencia de subgrupos en el grupo de niños con trastorno del espectro autista; Estos subgrupos estaban definidos por distintas morfologías faciales que correspondían con rasgos de comportamiento particulares.

  • En un subgrupo, con participantes que presentaban síntomas graves de autismo (deterioro del lenguaje, convulsiones y discapacidad intelectual), eran comunes rasgos faciales como una boca ancha y una distancia corta entre la parte superior de la boca y la parte inferior de los ojos.
  • Los rasgos faciales del otro subgrupo eran distintos ya que los niños tendían a tener una parte superior de la cara ancha y una distancia corta entre la base de la nariz y el borde del labio superior (filtrum). Este grupo tenía más probabilidades de ser diagnosticado con síndrome de Asperger (que ya no es un diagnóstico diferenciado), con menos deterioro cognitivo y del lenguaje.

Es probable que estas diferencias pasen desapercibidas para los padres. Los resultados indican diferencias faciales sutiles detectadas por el sistema craneal 3dMD (Aldridge et al., 2011), que se utilizó para adquirir imágenes estereofotogramétricas tridimensionales para comparación estadística por parte de los médicos.

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¿Más rasgos musculosos en el autismo?

Otro estudio (Tan et al., 2017) examinó si los niños y niñas autistas prepúberes presentan más masculinidad facial en comparación con sus pares neurotípicos. El estudio se basó en la premisa de que la exposición prenatal elevada a la testosterona puede estar asociada con el trastorno del espectro autista y la masculinidad facial; la evidencia actual sobre el vínculo entre el autismo y la exposición prenatal a la testosterona es mixta y requiere más investigación.

En comparación con los controles de la misma edad con desarrollo típico, el estudio (Tan et al., 2017) encontró que los niños y niñas autistas tenían rasgos faciales más musculosos. Según los autores, las investigaciones de la estructura facial de los individuos del espectro pueden revelar más conocimientos sobre las vías biológicas asociadas con el autismo.

Otro estudio (Gilani et al., 2015) respalda la explicación de la androginia, en el que se encontró que tanto las niñas como los niños con altos niveles de rasgos autistas presentaban rasgos faciales más andróginos en comparación con los niños con bajos niveles de rasgos autistas. Esto significa que las niñas presentan rasgos faciales menos femeninos y los niños presentan rasgos menos musculosos.

Una mente maravillosa

Cada vez más se hace referencia al autismo como un cerebro con conexiones diferentes o una mente neurodiversa. La aceptación de la neurodiversidad significa que la sociedad se beneficiará de diferentes formas de pensar y perspectivas únicas.

Según los estudios mencionados anteriormente, las personas en el espectro no sólo piensan de manera diferente, sino que también pueden tener rasgos faciales distintos. Estas diferencias pueden ayudar a los investigadores a descubrir más información sobre la mente autista.

Que los padres esperen que características faciales identificables puedan traducirse en un trato más amable hacia sus hijos en el espectro dice más sobre la sociedad que sobre los niños autistas. ¿Realmente necesitamos ver el autismo en el rostro de un niño antes de darles a todos los niños el beneficio de la duda cuando actúan en apuros?

Referencias:

Aldridge, K., George, ID, Cole, KK, Austin, JR, Takahashi, TN, Duan, Y. y Miles, JH (2011). Los fenotipos faciales en subgrupos de niños prepúberes con trastornos del espectro autista se correlacionan con los fenotipos clínicos. autismo molecular2(1), 15. https://doi.org/10.1186/2040-2392-2-15.

Gilani, SZ, Tan, DW, Russell-Smith, SN, Maybery, MT, Mian, A., Eastwood, PR, Shafait, F., Goonewardene, M. y Whitehouse, AJ (2015). Los rasgos faciales sexualmente dimórficos varían según el nivel de rasgos autistas en la población general. Revista de trastornos del neurodesarrollo.7(1), 14. https://doi.org/10.1186/s11689-015-9109-6.

Tan, Diana y Gilani, Syed Zulqarnain y Maybery, Murray y Mian, Ajmal y Hunt, Anna y Walters, Mark y Whitehouse, Andrew. (2017). Morfología facial hipermasculinizada en niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista y su asociación con la sintomatología. Informes científicos. 7. 9348. 10.1038/s41598-017-09939-y.