Ha notado que su hijo no habla con tanta fluidez como otros niños de su edad. Quizás ni siquiera haya dicho sus primeras palabras. ¿Podría este retraso en el desarrollo del habla ser un signo de trastorno del espectro autista (TEA)? No necesariamente.
Mientras retrasos en el habla, retrasos en el lenguaje, y las diferencias de aprendizaje son a menudo un sello distintivo del TEA, un retraso en el habla por sí solo no significa que un niño tenga autismo. De hecho, existen diferencias clave entre los retrasos en la comunicación causados por el autismo y otros tipos de trastornos del habla y el lenguaje.
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Educarse sobre los patrones de desarrollo del habla, monitorear e identificar cualquier anomalía y buscar ayuda profesional de su pediatra o patólogo del habla y el lenguaje puede ayudarlo a mantenerse informado para que pueda tomar las decisiones de tratamiento más adecuadas. Empecemos con lo básico.
¿Qué se considera un retraso en el habla o el lenguaje?
Los retrasos en el habla y el lenguaje son comunes entre los niños pequeños. Un niño puede tener un retraso en el habla o el lenguaje si no alcanza los hitos de desarrollo apropiados y típicos para su edad. Si bien los retrasos en el habla y el lenguaje a menudo se confunden y se usan indistintamente, existen características distintivas.
El habla se refiere a cómo los niños verbalizan, articulan y manipulan los sonidos que se utilizan en las palabras. Por ejemplo, una mala pronunciación de sonidos difíciles de pronunciar como /s/ y /z/ puede dificultar su comprensión. Los retrasos en el habla pueden ser de naturaleza evolutiva, lo que significa que su hijo sigue patrones de habla típicos pero a un ritmo más lento que sus compañeros. También pueden deberse a un trastorno motor del habla (por ejemplo: apraxia del habla) que impide su capacidad para coordinar los labios, la mandíbula y la lengua para emitir sonidos precisos.
Un retraso en el lenguaje no necesariamente afecta “cómo” los niños dicen las cosas, sino “qué” dicen. Esto se conoce como un trastorno del lenguaje expresivo. Estos niños pueden pronunciar sonidos y palabras perfectamente, pero tienen problemas para formar frases coherentes para comunicar sus ideas. Además, un retraso en el lenguaje receptivo puede afectar la forma en que los niños procesan la información. A menudo tienen dificultades para comprender lo que las personas intentan decir, aprender vocabulario nuevo y deducir el significado de la comunicación verbal y escrita.
¿En qué se diferencian los retrasos en el habla del autismo?
El desarrollo infantil típico, incluso antes de que un niño pronuncie sus primeras palabras, generalmente sigue etapas similares. En sus primeros años, los niños comienzan a experimentar con su voz balbuceando y arrullando. Utilizan una variedad de lenguaje no verbal para comunicar sus necesidades y establecer fuertes conexiones sociales, como hacer contacto visual, señalar y hacer gestos. Con el tiempo, comienzan a aprender sonidos y los utilizan para formar sus primeras palabras. Con el tiempo, a medida que siguen asociando la comunicación con resultados positivos (es decir, conseguir lo que quieren), empiezan a unir palabras en frases y adquieren habilidades lingüísticas más complejas.
Un niño con retraso en el habla o el lenguaje suele seguir los mismos patrones de desarrollo que sus compañeros, pero tarda más en alcanzar estos hitos. Sin embargo, todavía están fuertemente motivados por las respuestas sociales, como abrazos y sonrisas. Desean construir vínculos sociales fuertes con sus padres y compañeros, responden positivamente a la atención y tienden a imitar las acciones de las personas que los rodean.
Además del retraso en el habla y el lenguaje, los niños con autismo pueden experimentar desafíos adicionales relacionados con su comunicación, socialización y comportamiento. Estos pueden alterar su capacidad para construir conexiones sociales y relaciones significativas con las personas. Estos pueden incluir:
Otros problemas de comunicación
Además de hablar tarde, hay otros desafíos relacionados con la comunicación que pueden ser signos de autismo, incluyendo:
- No responder a su propio nombre
- Problemas para llamar la atención de su hijo
- Desarrollo más lento de gestos para comunicar sus necesidades.
- Balbuceo en su primer año y luego deja de hacerlo.
- Uso repetitivo de una sola palabra o frase.
- Usando una voz que suena robótica
Desafíos sociales
Algunos niños con autismo tienen dificultades para relacionarse y asociarse con otras personas. Los signos pueden incluir:
- Una falta generalizada de conciencia social.
- No responder a señales sociales, como saludar con la mano
- Incapacidad para concentrarse en el mismo objeto con otra persona (llamado atención conjunta)
- Dificultad con las habilidades sociales, como compartir, turnarse y mantener amistades.
- Evitar el contacto visual
- Intereses limitados o restringidos en juguetes o actividades particulares.
- Disminución del interés en participar en rutinas de juego con otros.
Desafíos de comportamiento
La incapacidad de un niño para expresarse adecuadamente puede provocar una amplia gama de posibles problemas de conducta, que incluyen:
- Comportamientos repetitivos o movimientos de manos y cuerpo, como mover la cabeza hacia adelante y hacia atrás o alinear sus juguetes.
- Aversión a ser tocado o abrazado
- Enojarse fácilmente por razones desconocidas
- Fuerte apego a ciertos objetos, como juguetes o un programa de televisión.
- Tener problemas para quedarse quieto
- Enojarse o angustiarse fácilmente cuando hay un cambio repentino en su rutina diaria.
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cuando buscar profesional evaluación
Para los niños que no están desarrollando habilidades críticas del habla, o aquellos que están rezagados con respecto a sus compañeros, es importante buscar una evaluación profesional de un médico o logopeda.
Un examen y una evaluación del desarrollo pueden ayudarle a determinar si su hijo tiene retraso en el habla, trastorno del espectro autista o ambos. Comprender mejor las condiciones y los factores de riesgo de su hijo puede brindarle tranquilidad y, como se mencionó anteriormente, ayudarlo a tomar la decisión de tratamiento más informada en el futuro.
Hasta hace poco, El TEA rara vez se diagnosticaba antes de los 3-4 años. Sin embargo, las investigaciones actuales respaldan la reducción de la edad de identificación, principalmente debido a la eficacia de la intervención temprana. Entre los 18 meses y los dos años también es cuando los retrasos en el habla y el lenguaje se vuelven más notorios. Si bien los padres pueden detectar muchos signos importantes en casa, este suele ser el momento ideal para que su hijo sea evaluado profesionalmente.
Hay una serie de herramientas y métodos que su médico o logopeda utilizará para determinar si el retraso en el habla de un niño es causado por el autismo o no está relacionado. Estos incluyen probar y examinar sus habilidades sociales (es decir, contacto visual, señales emocionales, reconocimiento de nombres), respuestas físicas (es decir, capacidad para señalar, usar objetos para jugar) y comprensión del lenguaje (es decir, identificar objetos, comprender instrucciones básicas). .
Cómo la terapia del habla y el lenguaje puede mejorar las habilidades de comunicación
Es importante recordar que no hay dos niños iguales. Los problemas de comunicación, al igual que los síntomas del autismo, pueden variar drásticamente de persona a persona.
Los logopedas, junto con otros proveedores de atención, como maestros, consejeros y psicólogos, desempeñan un papel clave en el plan de tratamiento de un niño. Los logopedas son expertos en diagnosticar y tratar los desafíos relacionados con la comunicación que se presentan con el autismo. Ayudan a desarrollar un plan de tratamiento individualizado especializado en las necesidades específicas de cada niño que puede mejorar su comunicación verbal y no verbal. Ayudan a las personas a expresarse, mejorar sus relaciones personales y sociales y funcionar mejor en las actividades del día a día.
Incluso si su hijo autista no habla o fue diagnosticado más tarde en su vida, es importante no perder la esperanza. Esto no significa que no podrá convertirse en un adulto alfabetizado y articulado. De hecho, estudios han demostrado que los niños autistas de cuatro y cinco años con graves retrasos en el lenguaje pasaron de ser no verbales a adquirir habilidades lingüísticas con el tratamiento adecuado. Su hijo está destinado a grandes cosas; es posible que necesite un poco más de ayuda para lograrlo.
Dicho esto, estas son algunas de las habilidades de comunicación que se pueden mejorar con la intervención de un logopeda. Trabajan estrechamente con los niños, sus familias/cuidadores y otros proveedores para ayudar a mejorar:
Comunicación verbal
Los terapeutas del habla pueden ayudar a los niños con autismo a articular y verbalizar mejor los sonidos y las palabras. Esto puede brindarles a los niños las estrategias y mecanismos para expresar mejor sus pensamientos, ideas y sentimientos. A medida que los niños se vuelven comunicadores más eficaces, también puede ayudar a reducir los problemas de conducta.
Pragmática social
Esta habilidad implica cómo y cuándo los niños usan la comunicación en entornos sociales. Por ejemplo, si bien un niño con autismo puede saber cómo decir la palabra «hola», es posible que no comprenda que esta palabra se usa como saludo (y, por lo tanto, puede insertarla aleatoriamente en una oración). Los logopedas pueden ayudar a los niños a aprender el contexto social apropiado en el que utilizar determinadas palabras y frases.
Lenguaje corporal
Las expresiones faciales, los movimientos de las manos y los gestos son algunas de las partes más expresivas del lenguaje. Desafortunadamente, algunos niños con autismo pueden tener problemas para interpretar su significado. Un logopeda puede ayudar a relacionar las emociones con las expresiones faciales adecuadas y reconocer señales sutiles que pueden indicar si una persona está feliz, triste o enojada.
Prosodia
Esta elegante palabra simplemente significa el volumen y la entonación de nuestras voces en una conversación. Cuando hablamos, el sonido de nuestra voz sube y baja naturalmente. Algunos niños con autismo tienen prosodia plana, lo que puede hacer que su voz suene robótica y sin emociones. Un logopeda puede ayudar a los niños a modular el tono y el volumen de su voz cuando hablan.
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Gramática
Algunos niños con autismo pueden cometer errores gramaticales con frecuencia o referirse a sí mismos en tercera persona. Un terapeuta del habla puede ayudar a abordar estos problemas comunes y promover los tiempos verbales correctos.
Habilidades sociales
Como se mencionó, la falta de señales sociales y de conciencia puede ser uno de los signos reveladores más obvios del autismo en los niños pequeños. Los logopedas pueden ayudar a los niños a reconocer y desarrollar sus habilidades de comunicación social, incluida la forma en que interactúan con otras personas, tomar turnos en la conversación, mantenerse a distancias adecuadas al hablar y más.
Habilidades conversacionales
Si bien muchos niños con autismo pueden hacer declaraciones simples y breves, es posible que les cueste mantener una conversación. Esto incluye responder a su interlocutor, no interrumpir, iniciar un diálogo y participar en el vaivén natural del discurso. Los logopedas pueden ayudar a los niños con sus habilidades de conversación para que puedan implementar estas prácticas en situaciones cotidianas.
Preguntas
La capacidad de formular preguntas y comprender respuestas es clave para las interacciones sociales. Practicar el formato de preguntas y respuestas en un entorno estructurado con un logopeda puede ayudarlos a prepararse para las interacciones diarias.
Comunicación alternativa/aumentativa (CAA)
Para los niños no verbales, existen ciertas tecnologías de comunicación y dispositivos de asistencia que pueden ayudarlos a expresar sus necesidades de forma independiente. Estas herramientas se denominan colectivamente dispositivos de comunicación alternativos o aumentativos. Su logopeda puede recomendarle si alguna de estas herramientas es adecuada y cómo utilizarla correctamente. Ellos…