Cuando tengas el corazón roto, deja ir la esperanza. |

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«La esperanza puede ser terriblemente destructiva cuando tienes el corazón roto».

Escuché esta cita reveladora mientras miraba el video TedX de Guy Winch sobre cómo arreglar un corazón roto.

Winch expone científicamente los hechos sobre cómo nuestro cerebro nos engaña para que recorramos el carril de la memoria y revivamos los momentos dolorosos una y otra vez en un bucle.

Al final, esto nos convence de que todo lo que salió mal en la relación fue nuestro error. De ahí que, a lo largo de la sesión, Winch recalque que dejarse llevar y seguir adelante es una lucha para mirar hacia adelante en nuestras vidas y no hacia atrás.

Sí, la esperanza es destructiva porque nos hace repasar escenarios que probablemente nunca sucederán en la vida real. La esperanza, cuando tenemos el corazón roto, cambia nuestra perspectiva de ser realista a ser un falso soñador. Nos priva de la capacidad de disfrutar la vida y vivir el momento presente.

Al final del día, la esperanza deja nuestros cuerpos emocionalmente agotados y agotados. Agotado hasta el punto de que a veces las funciones diarias que parecen perfectamente normales para otras personas parecen una tarea gigantesca para los que tienen el corazón roto.

La pregunta más importante aquí es por qué todavía queremos vivir con la esperanza de que algún día estaremos con la misma persona que, tal vez de la nada, nos cerró la puerta de su vida en la cara, la misma persona que nos paralizó emocionalmente y nos privó de la fuerza para volver a amar.

Necesitamos recordar que el cambio es la ley de la naturaleza. En realidad, extrañamos a una persona que ya no existe en la vida real y necesitamos dejarla ir. Necesitamos dejar de lado su identidad, que sólo existe en nuestra mente, y aceptar que nuestro capítulo con ellos está cerrado para siempre.

Una vez que finalmente decidimos dejarlo ir, la misma esperanza que nos llevaba por la madriguera de la destrucción puede usarse como herramienta para avanzar en la vida. Esta esperanza se convierte en la luz al final de un túnel oscuro, y una vez que lo cruzamos, nos inyecta una ola de paz interior y, de repente, todo parece lleno de vida.

Sí, dejar ir deja un gran vacío en nuestros corazones. Y al comienzo de nuestro viaje, puede parecer una pelea: una pelea para controlar la necesidad de contactarlos nuevamente, una pelea para dejar de lado todos los recuerdos, buenos o malos, que compartimos con ellos.

Pero al final, este viaje de curación y abandono vale la pena. Es una prueba de que hemos llegado tan lejos y de cómo durante todo este tiempo tuvimos en nuestro interior la fuerza y ​​la resiliencia que necesitábamos.

Siempre me gusta pensar en dejar ir como un viaje paso a paso, un maratón sin límite de tiempo. Y todas las cosas que hacemos para soltarnos son como una meditación, un proceso de introspección que poco a poco se suma para ayudarnos a crecer como persona.

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autor: Varun Kapoor

Imagen: ayepixel/Instagram

Montaje: Nicole Cameron