¿Qué significa realmente ser Ashtangi? |

yo soy un ashtangi.

Realmente no me gustan las etiquetas personales pero esto es lo que soy. Hago Ashtanga yoga todos los días; toda mi vida gira en torno a ello. Pero ¿qué significa “ser ashtangi”?

Ashtanga yoga tiene la clave para redescubrirnos a nosotros mismos. Con el tiempo, esta práctica nos ayuda en nuestra vida cotidiana. Rápidamente comprendemos que no podemos controlar todo en nuestras vidas. La forma en que reaccionamos ante los desafíos y manejamos las situaciones comienza a cambiar.

Ser un ashtangi significa ser un outsider, una especie de rebelde. Ashtanga yoga nos saca de la corriente principal. Al ser ashtangi, comenzamos a tener una forma de vida alternativa y consciente. No se trata sólo de pantalones Lululemon, ni siquiera de cantar o meditar por la paz, de no dejar tu trabajo para convertirte en profesor de yoga, o de salvar abejas o ballenas o el propio planeta Tierra.

Los Ashtangis son aquellos que se quedan en el mundo, haciendo lo mismo de antes: trabajar duro, tomar copas, criar hijos. Cuanto más profundizamos en la práctica, más preguntas disolvemos. Los Ashtangis simplemente ven que nada tiene un significado intrínseco. Ni siquiera la práctica misma.

Ser ashtangi significa ir en contra del status quo de cómo creemos que deberíamos lucir o hacer con nuestras vidas. Nos rebelamos contra las normas aceptadas y contra lo que nuestras familias esperaban que hiciéramos con nosotros mismos y nuestras carreras. Nuestra práctica diaria nos da la capacidad de permanecer fieles a nuestro propio camino.

Nuestra práctica diaria de yoga desarrolla una conciencia desapegada y la mente se fortalece con el tiempo. Empezamos a comprender y aceptar que nuestros pensamientos pueden crear nuestra propia realidad, pero esa realización tampoco significa nada. Notamos que es fácil volver a caer en el hábito de proyectar hacia el futuro con ansiedad, lo que puede llevarnos a la depresión.

Al continuar yendo a la colchoneta y respirar cinco respiraciones en cada postura y llevar nuestra atención al momento presente, comenzamos a notar el presente. Y mientras se respira en una postura difícil hay libertad para ser exactamente lo que somos. El momento presente no es diferente a nuestro propio yo. Eliminamos las creencias limitantes sobre nosotros mismos que nos impiden alcanzar nuestros sueños, porque llegamos a darnos cuenta de que no somos nada de lo que creemos que somos.

Esa es la conexión con uno mismo que a menudo olvidamos, pero el yoga puede ser una línea directa de regreso a esa unión. La palabra yoga significa unión. Nuestro yo se convierte en nuestro mejor amigo.

Podemos sentirnos solos y reflejar nuestras necesidades a nuestra pareja, hijos o amante. Pero al volver a casa con nosotros mismos a través del yoga, nos damos cuenta todas y cada una de las veces de que, en efecto, somos libres y suficientes tal como somos.

Podemos tener confianza en nuestra soledad. Esta epifanía, el hecho de que lo único que realmente tenemos en este mundo somos nosotros mismos, puede darnos conocimiento sobre cómo manejar nuestras relaciones y ser una mejor pareja.

Ser un ashtangi es tener ojos brillantes que sonríen a la vida mundana. Esa libertad es un regalo del Ashtanga yoga para nosotros. Nuestra buena suerte puede haber ocurrido por suerte o por casualidad, pero los ojos brillantes generan abundancia de oportunidades.

No estamos obsesionados con lo que no tenemos, lo que no hemos logrado y cómo no seremos felices ni completos ni realizados hasta que encontremos a nuestra «alma gemela».

Dejamos de compararnos con el estatus, el éxito, la fama o la celebridad de los demás y, en cambio, disfrutamos del conocimiento pacífico de nosotros mismos. Y seguimos practicando Ashtanga yoga.