Los empáticos son personas muy sensibles que a menudo tienen desafíos especiales en las relaciones íntimas.
La intimidad puede estirar nuestros corazones como ninguna otra cosa. Nos desafía a ser personas más valientes, más seguras y generosas.
La relación amorosa correcta nos empodera. Cuando ambos socios están emocionalmente disponibles y comprometidos el uno con el otro, el empático se siente seguro al saber que alguien «lo respalda».
Ser valorados y adorados nos hace más fuertes.
Sin embargo, para personas empáticas como yo, la unión puede resultar difícil. A veces puede resultar abrumador y hacernos querer salir corriendo. ¿Por qué? Como personas sensibles, a menudo asumimos el estrés de nuestra pareja en una relación íntima y podemos temer que nos asfixien si no sabemos cómo poner límites a esa persona.
Aquí está nuestra lucha: queremos compañía, pero, paradójicamente, puede que no nos hagamos sentir seguros.
Volverse callosos, entumecidos o fingir que no tenemos miedo no es la respuesta; aprender a navegar y proteger sus sensibilidades en la relación sí lo es.
En mi libro sobre cómo lograr la libertad emocional, analizo cuatro tipos emocionales que potencialmente pueden ser buenos socios para una persona empática. Conocer el tipo de tu alma gemela puede darte una idea de cómo interactúas con esa persona. También te ayudará a dominar tus emociones en lugar de simplemente reaccionar cuando el amor de tu vida te presiona (¡lo que hacen las almas gemelas!). Manejar las emociones de manera efectiva no significa reprimirlas o sentirlas menos. Se trata de encontrar el equilibrio, fortalecer tus áreas vulnerables y maximizar tus activos.
¿Qué tipo es el alma gemela ideal para los empáticos?
Depende de tu temperamento y necesidades. Continúe leyendo para descubrir qué tipo prefiere.
Tipo 1. El intelectual: Pensador intenso.
Los intelectuales son analistas brillantes, articulados e incisivos que se sienten más cómodos en su mente. El mundo está poderosamente filtrado a través del pensamiento racional. Conocidos por mantener la calma en situaciones acaloradas, a menudo luchan con las emociones, no confían en sus agallas y tardan en involucrarse en algo alegre, sensual o juguetón.Consejos para las relaciones:
Los intelectuales prefieren permanecer en sus cabezas, mientras que tú tiendes a ser más sensual e intuitivo. Les encanta arreglar las cosas, por lo que, a menudo, el mejor enfoque es ofrecerles soluciones. Por ejemplo, los empáticos tienen necesidades especiales y necesitan tiempo tranquilos y a solas para reponerse. Exprésale esto a tu pareja, asegurándote de hacerle saber que no es personal y que no hizo nada malo.
Como empático, es importante expresar sus necesidades para que usted y su intelectual puedan descubrir formas creativas de encontrar el equilibrio.
Esta es una potente técnica de cuidado personal para mantener alto su estado de ánimo y su energía.
Ejercicios para ayudar a tu intelectual:
- Respirar. Si está paralizado mentalmente, simplemente inhale y exhale profundamente, inhalando por la nariz y exhalando por la boca.
- Ejercicio. Ya sea que esté caminando, patinando o levantando pesas, el ejercicio crea una conciencia corporal aguda que relaja una mente ocupada.
- Empatizarse. Antes de trabajar en un tema, pregúntese: «¿Cómo puedo responder desde mi corazón, no sólo desde mi cabeza?».
Tipo 2. El empático: Esponja emocional.
Los empáticos son muy sensibles, cariñosos y solidarios. Son instrumentos muy afinados en lo que respecta a las emociones y tienden a sentirlo todo, a veces hasta el extremo.
Consejos para las relaciones:
He tratado a muchas parejas en las que ambos son empáticos. Les he enseñado cómo honrar las sensibilidades de los demás.
El lado positivo es que entienden fácilmente lo que sienten los demás; el aspecto más desafiante es definir sus propias necesidades y establecer límites entre sí para sentirse seguros y tranquilos.
Dos empáticos que están abrumados por el mundo pueden crear ansiedad en casa. Por eso es fundamental que cada pareja tenga su espacio tranquilo y separado para relajarse. Cuando los empáticos se activan, necesitan un tiempo de descanso para reagruparse y descomprimirse. Aunque a menudo resulta difícil para dos empáticos estar enamorados, a largo plazo la relación puede ser exitosa cuando existe respeto mutuo y comunicación.
¡La conexión de pasión y corazón es increíble!
Ejercicios para ayudar a dos empáticos en una relación:
- Tome minidescansos relajantes a lo largo del día. Sal a caminar, medita solo en tu habitación. Concéntrate en exhalar emociones reprimidas como la ansiedad o el miedo para que no se alojen en tu cuerpo.
- Protege tus sensibilidades. Haga una lista de sus cinco situaciones más estresantes emocionalmente y luego formule un plan para manejarlas para que no entre en pánico. Por ejemplo, lleve su propio automóvil a lugares para no quedar atrapado en situaciones sociales. (Para obtener más estrategias, lea mi artículo «Seis consejos de relaciones para empáticos»).
Escriba #3. The Rock: tipo fuerte y silencioso
Consistentes, confiables y estables, siempre estarán a su disposición. Puedes expresar emociones libremente a su alrededor; no se enfadarán ni te juzgarán. Pero a menudo les resulta difícil expresar sus propios sentimientos y sus compañeros siempre intentan que expresen sus emociones.
Consejos para las relaciones:
Los empáticos y las rocas pueden ser socios maravillosos. Se equilibran y se ayudan mutuamente a crecer. La Roca puede aprender de un empático a expresar su pasión y emociones con mayor claridad, mientras que tú puedes aprender a conectarte con la Roca. No es que las rocas no tengan sentimientos. Sólo necesitan que les ayudes a salir. Me encanta tener una pareja que sea una roca. Son como grandes osos que están sólidos en la tierra.
Ejercicios para ayudar a la roca:
Agitar las cosas. Empiece a iniciar intercambios emocionales en lugar de simplemente responder a ellos. Recuerda que mostrar emociones es una forma de pasión y generosidad también.
Expresar un sentimiento al día. En un diario, escriba una emoción que esté experimentando. No te reprimas. ¿Estás enojado? ¿Contenido? ¿Enamorado? Lo que sientas, ¡bravo! Dile a alguien. Expresa la emoción.
Escriba #4. The Gusher: expresa emociones pero corre el riesgo de dar TMI
Los Gushers están en contacto con sus emociones y les encanta compartirlas. Nadie tiene que preguntarse dónde están. Los Gushers pueden procesar rápidamente la negatividad y seguir adelante. Su desventaja es que tienden a compartir “demasiada información” y compartir demasiado puede agotar a la gente.
Consejos para las relaciones:
La intensa y continua necesidad del gusher de compartir sus emociones (incluso hasta el punto de generar algo de drama) puede sobrecargar y quemar a un empático. Para que un empático y un efusivo sean socios exitosos, es importante que el efusor equilibre el compartir emocional con un ir más hacia adentro para encontrar respuestas, en lugar de utilizar siempre al empático como caja de resonancia. Los empáticos deben establecer límites claros con los gushers para proteger sus sensibilidades.
Ejercicio para ayudar a un chorro:
Antes de buscar apoyo, sintonízate con tu intuición. Dedique unos momentos de tranquilidad a mirar hacia adentro para descubrir lo que dice su instinto. Intenta solucionar la situación desde un lugar tranquilo y centrado. Mira lo que parpadea o «ah-tiene» ir a ti. Tómate el tiempo para desarrollar tus propios músculos emocionales para no tener que compartir todo lo que sientes con tu pareja empática.
Las recompensas de ser empático en una relación íntima son muchas: las comodidades del compañerismo, la pasión, confiar lo suficiente en la persona y en uno mismo como para seguir entregándose al poder curativo del amor.
Como psiquiatra, quiero ayudar a los empáticos a tener la suficiente confianza como para arriesgarse a entregarse al amor, tal vez incluso por primera vez.
¿Cuál es tu tipo emocional?
Este artículo es una adaptación del bestseller del New York Times de la Dra. Judith Orloff, “Libertad emocional: libérese de las emociones negativas y transforme su vida” (Three Rivers Press, 2011).
Vídeo extra:
Autor: Judith Orloff
Montaje: Renée Picard
Imagen: Pixabay; Sofía en Flickr