¿Cuántas veces has escuchado la palabra «mejor amigo» mencionada en los votos matrimoniales?
«Tengo mucha suerte de casarme con mi mejor amigo».
«Eres el amor de mi vida, pero también eres mi mejor amigo».
«No puedo creer que pueda casarme con mi mejor amigo».
Siempre me pregunto si el padrino y la dama de honor están pensando: «Bueno, ¿qué diablos estoy haciendo?». I haciendo aquí entonces?
Puede ser maravilloso considerar a tu pareja como tu mejor amigo, pero ese no es el caso para muchas parejas. Para aquellos de ustedes que sienten que su relación no es tan significativa o fuerte porque no consideran a su pareja como su mejor amigo, eso no es cierto.
Aquí hay cuatro razones por las que tu pareja no debería ser tu mejor amiga y cómo esas cosas pueden incluso mejorar tu relación.
Esther Perel, conocida psicoterapeuta especializada en relaciones, habla de cómo esperamos que nuestra pareja sea a la vez nuestro mejor amigo y nuestra pareja erótica, entre muchas otras cosas.
“El matrimonio era una institución económica, en la que se daba una sociedad de por vida en términos de hijos, estatus social, sucesión y compañerismo. Pero ahora queremos que nuestros socios nos sigan dando todas estas cosas, pero además, quiero que seas mi mejor amigo, mi confidente de confianza y, además, mi amante apasionado. Y vivimos el doble”.
“Entonces, nos acercamos a una persona y básicamente le pedimos que nos dé lo que antes nos daba una aldea entera. Dame pertenencia, dame identidad, dame continuidad, pero dame trascendencia, misterio y asombro, todo en uno”.
¡Eso es mucho para poner sobre los hombros de una sola persona!
Todos tenemos nuestras fortalezas y debilidades. A veces mi marido quiere solucionar mis problemas y lo único que quiero es que me escuche. A veces hago demasiadas preguntas (aparentemente). Nuestros socios no siempre pueden ser…