La forma incorrecta de «hacer que sea fácil» para él salir contigo

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Pruebe esto en su lugar.

Has decidido hacer que las citas sean un poco más ligeras.

Claro, tienes estándares (crees), pero también eres una mujer agradable y agradable a la que no le gusta causar problemas sin (cree) ningún motivo.

Entiendes que los hombres a menudo no se quedan porque las mujeres los hacen pasar por obstáculos innecesarios, probándolos en cada oportunidad que tienen, lo que hace que todo sea tan difícil cuando se supone que las citas son ligeras y divertidas.

Y fácil.

Entonces decides ser la chica sencilla de al lado. La chica divertida, que nunca crea ningún drama, que comprende y aprecia al chico con el que está.

Excepto que lo abordas de manera incorrecta.

Tú te encargas de programar las fechas. Cada vez.

Tomaste la iniciativa de invitarlo a salir en tu primera cita y te gustó tanto que lo invitaste a salir en una segunda, al diablo con las normas de género.

Parecía encantado de que lo hicieras y siguió aceptando la mayoría de tus invitaciones, así que seguiste preguntándole hasta que os vivisteis durante meses.

Claro, no siempre puede asistir a todas las citas. A veces tiene otros planes, pero todo lo que tienes que hacer es proponer una fecha alternativa y él estará a bordo.

La relación se siente sólida. Se siente como si realmente estuvieras yendo a alguna parte. No importa que él nunca te envíe un mensaje de texto primero o que nunca te invite a salir. Si dice que sí a lo que le sugieres, significa que quiere verte. ¿Bien?

Lo que no ves es que esencialmente lo estuviste arrastrando todo este tiempo, haciendo que todo sucediera por tu cuenta. Lo más probable es que no tengas novio, tienes a alguien que sabe que puede contar con una oferta tuya cada vez que no tenga nada mejor que hacer.

Cada vez que tenga algo mejor que hacer, sabe que puede cancelarlo de manera segura; simplemente se lo volverás a preguntar el próximo fin de semana.

¿Se lo estás poniendo fácil? Seguro. ¿Vale la pena? Dudoso.

Siempre adaptas tu agenda a la de él.

El está ocupado. Es un trabajador muy ocupado, una abeja ocupada. Al menos esa es la imagen que le gusta proyectar.