Tenga cuidado con las personas que no dicen malas palabras

Consejos prácticos para ayudar a navegar en un mundo imperfecto

Foto de Frame Harirak en Unsplash

Hace unos días conocí a un estudiante universitario que quería una entrevista para el periódico del campus. Recientemente había dado una presentación en la biblioteca local sobre mi última novela y ella planeaba escribir un artículo sobre mi trabajo.

Nos conocimos en un pequeño café cerca del campus y, en el momento en que la vi, me acordé de mis propias hijas pequeñas. Aunque era una mujer de veinte años, sentí una fuerte impresión de juventud. He sido padre durante diez años y hasta ese momento no me había dado cuenta de cuánto había cambiado mi experiencia como padre mi percepción de las personas. Existe un instinto de protección que se arraiga y se nutre de las interacciones con los hijos. Te vuelves más propenso a apreciar la inocencia y la vulnerabilidad, lo que te obliga a brindar orientación y protección.

Charlamos durante aproximadamente una hora y ella hizo muchas buenas preguntas sobre mis antecedentes y también sobre temas más filosóficos. Pensé que había desarrollado un buen sentido de ella, pero al final de la entrevista, ella me sorprendió.

«Entonces, ¿tienes algún consejo de vida?»

Aquí había una pregunta que lamentablemente no estaba preparado para responder. Sentí la compulsión de darle una respuesta útil, pero aunque había pasado mucho tiempo pensando en el futuro de mis propias hijas, todavía no había reflexionado sobre lo que necesitarían saber a la edad de veinte.

A la mañana siguiente me desperté y escribí la siguiente lista. Creo que constituye un buen consejo y planeo contárselo a mis hijas si alguna vez me miran como lo hizo ese estudiante universitario. Estoy seguro de que lo ampliaré con el tiempo y la experiencia.

Tenga cuidado con las personas que no dicen malas palabras.

Yo mismo digo malas palabras demasiado, me entrego al humor inapropiado y nunca hago un esfuerzo manifiesto por cultivar una imagen respetable. Dicho esto, las personas de mala reputación con las que me he topado en su mayoría eran del tipo que no dice malas palabras, son muy apropiadas y tienen una reputación impecable. Imagínate.

No se cargue con presiones reprimiendo sus frustraciones. Encuentra un lugar privado para gritar si te preocupa el decoro, el universo aún puede oírte. El veneno no es tu carga. Déjalo salir y sé…