El dolor te cambia

La verdad es que nada te cambiará más que ser lastimado por otra persona.

A medida que paso más tiempo solo, tratando de reconectarme conmigo mismo, me doy cuenta de lo diferente que soy hoy que hace 3 meses, 6 meses o 12 meses.

Me volví a conectar con viejos amigos, conocí gente nueva, tuve relaciones, perdí amigos, me rompieron el corazón y me pusieron a prueba en todos los sentidos que pude imaginar.

He pasado por muchas cosas; Me han lastimado mucho y aprendí mucho de todo ello.

La gente te dice cuando eres niño que la vida es impredecible, pero no creo que puedas estar preparado (o advertido) para lo que te hará pasar la vida.

Cuando has pensado en suicidarte, has visto la vida desde una perspectiva diferente y es difícil recuperarte de eso, pero lo intentarás de todos modos. Cuando atraviesas tanto dolor que la felicidad, la felicidad genuina, parece tan fuera de tu alcance, puede resultar difícil ver las cosas de la misma manera.

Abriste mis ojos

No soy quien era y probablemente nunca lo volveré a ser.

Odio decir esto, me duele escribir esto, pero ya no soy quien era hace un año, para bien o para mal.

Por primera vez, puedo decir honestamente que una parte de mí se rompió en 2017 y eso me aterroriza. Honestamente, me asusta hasta lo más profundo, porque nunca nadie me había causado ese tipo de dolor.

Pero gracias a ti soy diferente, me abriste los ojos a una perspectiva diferente sobre la felicidad y la confianza.

Sin embargo, estoy agradecido de haber experimentado ese nivel de comodidad y felicidad, aunque haya sido por poco tiempo.

Pero ya no sé cómo confiar y, sinceramente, me da miedo pensar en ello.

Durante los últimos 9 meses he estado perdido, esperando que todo mejorara, esperando que las cosas simplemente volvieran, y a veces así es, pero no del todo.

Veo las cosas de manera diferente ahora

El otro día alguien me dijo que ya no parezco tan “feliz” o “extrovertida” como antes. Ese fue el momento en que me di cuenta de lo profundo que cortas.

No sonrío tanto. No hablo tanto. No salgo tanto. No me arriesgo tanto. Y seguro que no confío tanto.

El dolor que causaste, cambió a mí.

Para bien o para mal, el dolor te cambia.