Sin vulnerabilidad, le resultará difícil formar relaciones profundas.
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“La apertura es la voluntad de contarle a la gente tu historia. La vulnerabilidad es tu voluntad de dejar que otros sean parte de ella”. – Desconocido
La gente suele pensar que soy extrovertida, lo que me deja boquiabierto. Claro, soy excelente para mantener conversaciones. No tengo miedo de hacer ruido delante de las personas adecuadas. Soy esencialmente un libro abierto.
Pero esa es sólo la versión de mí que sale a la luz cuando estoy rodeado de gente. Mi yo verdadero y auténtico es alguien que no mucha gente llega a ver. Y no lo hago a propósito; Simplemente me cuesta ser vulnerable con la gente.
La apertura y la vulnerabilidad son como gemelos fraternos. Con la luz adecuada, pueden parecer un poco idénticos. Pero en cualquier circunstancia normal, claramente no son lo mismo. Aunque diré que no se puede tener lo último sin lo primero.
Mucha gente confunde ser un libro abierto con vulnerabilidad. Y aunque la apertura es una gran característica, no es lo que ayuda a crear relaciones íntimas. Para eso necesitas salir de tu zona de confort.
Ya sean amistades o parejas románticas, la vulnerabilidad es lo que crea una conexión significativa. Brene Brown, psicóloga y autora, explica que la vulnerabilidad puede ser difícil porque implica “incertidumbre, riesgo y exposición emocional”.
Las diferencias entre apertura y vulnerabilidad pueden ser marcadas y sutiles, dependiendo de los aspectos que se estén analizando. Así que repasemos algunos:
No he llorado delante de la mayoría de mis amigos (es decir, todos menos uno). Mi terapeuta, a quien vi durante tres años, nunca vio salir una lágrima de mis ojos. Y nunca en ninguna terapia de grupo fui yo quien dejó fluir mis sentimientos.
Pero todas esas personas conocen la historia de mi vida; entienden los detalles de algunos de los eventos más traumáticos de mi vida. Pero lo que no entienden, porque elegí no dejarlos, son las emociones de todo esto.