Así es como recuperé “yo”.
Foto de Diego Rezende en Unsplash
Hace unos años comencé lo que luego se convertiría en la relación más tóxica de mi vida. Al principio todo parecía genial. Los colores eran más brillantes, la comida sabía mejor y me sentí más ligero. Pero pasaron un par de meses y me di cuenta de que había cambiado, y no para mejor.
Existe una delgada línea entre experimentar cosas y emociones increíbles y quedar tan envuelto en esos sentimientos que terminas perdiendo tu verdadero yo.
Así fue como supe que me estaba perdiendo en mi relación y cómo hice algunos cambios para mejorar.
Solía salir con mucha gente y tenía muchos amigos cercanos. Pero poco a poco se desvanecieron cuando comencé a aislarme con mi novio.
Tenía tantas ganas de pasar tiempo con él que me olvidé de las demás personas en mi vida. Dejé de salir, ya no tuve tiempo de salir con amigos y con el tiempo dejaron de preguntar porque “Siempre tuve planes con mi novio”.
Siempre quería hacer cosas con mi pareja y parecía que no podía estar sola por mucho tiempo. No podía pasar más de un par de horas sin enviarle mensajes de texto o hablar con él, y nos veíamos constantemente.
Me encantaba la música, correr, escribir y salir, pero comencé a hacer cada vez menos esos increíbles pasatiempos. Todo lo que quería hacer era pasar el mayor tiempo posible con él. Empecé a desarrollar un sentido de dependencia.
Odio las películas de ciencia ficción, en realidad hacer. Pero cuando estaba en esa relación, vi muchos de ellos. Estaba tan concentrada en complacerlo y hacer las cosas que él disfrutaba, que olvidé mis propias necesidades y gustos.
No hay nada de malo en comprometerse y hacer cosas que no necesariamente te gustan si eso hace feliz a la otra persona. Pero estaba tan desesperado por entretenerlo que pasé miles de horas de malas películas de ciencia ficción que no hicieron nada por mí.
También olvidé cuáles eran mis objetivos. Y los pocos que recordé, inventé excusas de por qué yo…