Crédito: Foto de Sydney Sims en Unsplash
Todos hemos sido agraviados, ignorados o dejados de lado. Y si tenemos suerte, el malhechor podría preguntar: “¿Qué puedo hacer para compensarte?”
Esa parece una respuesta inofensiva. No puedo creer que me llevó hasta los 44 años darme cuenta de que «¿Qué puedo hacer para compensarte?» ¡Es una evasión TANTO!
Hace casi exactamente 2 años se desarrollaron los siguientes acontecimientos y fueron el catalizador de mi comprensión: ¡cómo NO manejar una mala acción!
Una de mis peores debacles en las citas involucró a un tipo tranquilo y guapo que vivía en Dallas. (Vivo en Austin).
Dio la casualidad de que me dirigía a Dallas para un concierto que me entusiasmaba mucho. Mencioné el hecho de que tenía un boleto extra y que sería bueno conocerlo y disfrutar el espectáculo juntos.
No estaba demasiado entusiasmado, pero accedió a acompañarme. Estaba saliendo de una mala racha de citas en la que me cancelaron y descartaron, por lo que la idea de una noche agradable y sencilla con un chico genial me resultaba atractiva. Hice todo lo posible para mantener bajas las expectativas y una noche relajada.
El día antes del concierto, me cuenta que su hermana va a dar a luz a su tercer hijo mediante cesárea programada. El día siguiente. Como el día del concierto.
Mmm.
Intenté adaptarme a este nuevo acontecimiento ofreciéndole dejarle el billete cuando lo llamara.
Nos mantuvimos en contacto el día del espectáculo. Mientras conducía hacia Dallas, las actualizaciones no eran prometedoras. A las 6:30 mi “cita” TODAVÍA no podía comprometerse de una forma u otra.
Para entonces el bebé ya había nacido. (Me envió fotos que no le pedí).
Dijo que estaba cansado, que salió del hospital en un momento y se fue a casa.
En ese momento, le envié un mensaje de texto con total naturalidad diciéndole que estaba claro que no iba a venir (como cierre para mí más que nada). Me respondió que me llamaría cuando pudiera.
Así que 90 minutos antes del espectáculo se fue.
¡Literalmente tenía que aparecer! Vivía en Dallas. Yo había pagado el billete. Pagué mi propio alojamiento, cena y viaje en taxi.