¿Cómo respondemos? ¿Y por qué se me eriza la piel?
(Foto de Mateus Campos Felipe en Unsplash).
Un día, nueva en Instagram, recibí un mensaje privado de un hombre que no conocía. Fue un «hola» inofensivo.
Hice lo responsable y revisé su perfil: por las fotos que había publicado, parecía ser un ser humano real y no un robot de spam. Había fotos de él y su hija. Así que yo era el educado pueblerino, el escritor profesional con un perfil público en las redes sociales, y respondía «hola».
Él respondió de inmediato; Pude ver esos pequeños puntos mientras escribía.
Su respuesta y, más importante aún, mi reacción, me dejaron desconcertado.
CHICO DE INSTAGRAM: hola hermosa.
MI RESPUESTA:
Miremos eso de nuevo, en cámara lenta.
CHICO DE INSTAGRAM: hola hermosa.
Reacción parte 1: Pánico. «¡Agáchate antes de que me vea!»
Reacción parte 2: Ira, hacia él y hacia mí. “Esa zapatilla. Lo dejé entrar y está siendo espeluznante”.
Reacción parte 3: Decepción. «Casi hago un nuevo amigo, pero no».
No pensé racionalmente en cómo responderle. Simplemente hice clic en el botón «bloquear» y me alejé.
Cuestionándome a mí mismo
Casi de inmediato, comencé a dudar de mi decisión de bloquear a este extraño.
Primero: tal vez exageré. Quizás no era espeluznante. Quizás fue amable y merecía una respuesta cortés. Este chico pensó que “hola hermosa” era algo válido, y tal vez lo sea. Quizás pensó que me estaba felicitando. Tal vez aquí estábamos en territorio de Marte contra Venus, y los hombres piensan que es una excelente manera de romper el hielo con una mujer que no conocen.
Segundo: ¿bloquearlo fue una decisión responsable, dado que se trataba de mi perfil de escritor profesional, y no sólo de un perfil personal? ¿Fue así como respondería Michelle Obama?
Tal vez debería haberle agradecido cortésmente sus amables palabras y redirigir la conversación. Podría conseguir que se suscribiera a mi boletín informativo o que fuera patrocinador. Podría convertirse en uno de mis mayores fans.