¿Qué era exactamente la ‘medicina de obsidiana’ para los aztecas?

Adivinar…

¿Hacia dónde apuntaban los aztecas cuando los españoles les preguntaban de dónde sacaban sus cuchillos?

¿Qué era exactamente la ‘medicina de obsidiana’?

La obsidiana, un vidrio volcánico duro y quebradizo notoriamente difícil de trabajar, fue un material con un gran valor simbólico, práctico, religioso y ritual en la antigua Mesoamérica. Pero, ¿también se usaba con fines medicinales? El Códice Florentino sugeriría que sí: hay una larga referencia a él en el Libro 9, en el que las víctimas de sacrificio ofrecidas por la comunidad de artesanos de plumas de Amantlán a sus dioses fueron obligadas a beber «medicina de obsidiana» antes de ser enviadas a los dioses. ¿Exactamente con qué estaban siendo tratados/a…? (Escrito por Ian Mursell/Mexicolore)

Foto 1: Las representaciones de puntas de proyectil (obsidiana) se representaban comúnmente asociadas con guerreros. Códice Magliabecchiano, fol. 7r (Click en la imagen para ampliar)

Según el Codex, «a fin de que [the victims] no temieran, que no temieran la muerte, primero les hicieron beber lo que llamaban la medicina de obsidiana. Se dice que aparentemente por medio de ella los despojaron de sus sentidos, de su conciencia, para que ya no tuvieran miedo a la hora de que les abrieran los senos… algunos… se trastornaron bastante; por su propia voluntad subieron – corrieron – hasta la cima [of the temple] del diablo, anhelando – buscando [death], aunque fueran a sufrir, a perecer.’ ¡Cosas poderosas! Pero, ¿era ‘medicina’ y contenía obsidiana?
La palabra en náhuatl no nos da mucha pista: itzpactli literalmente significa medicina de obsidiana, y en la cultura nahua ciertas piedras siempre han tenido propiedades medicinales. De hecho, el Libro 11 del Códice Florentino en realidad enumera «algunas de las piedras que también son medicinas». Así que la idea, aunque suene desagradable, es posible, si no plausible…

Foto 2: ‘Tolteca [glossy dark blue-green] obsidiana’ (la calidad más alta) (arriba); la ‘piedra de sangre’ (abajo). Códice Florentino Libro 11 (Click en la imagen para ampliar)

Recordemos que los nahuas tenían una gran reputación y respeto por la medicina, a la que definían -significativamente- como ‘conocimiento de las piedras preciosas’ ya la que atribuían un noble origen tolteca (Libro 10) (foto 2). Anteriormente en el mismo libro, se describe a un buen médico como «un conocedor de hierbas, de piedras, de árboles, de raíces». Para dar un ejemplo, la ‘piedra de sangre’ (eztetl) (foto 2, abajo) (llamado así porque aparecía con una textura de sangre moteada) se recomendaba para calmar un cuerpo herido y sangrante.

Foto 3: Molienda (carbón) en un metate, Códice Florentino Libro 11 (L); obsidiana molida sobre un metate (R) (Click en la imagen para agrandar)

El eminente antropólogo francés Jacques Soustelle resume esta antigua tradición en su obra clásica Vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista española:-
‘Los médicos mexicanos entendieron el uso del tratamiento fundado en un cierto conocimiento del cuerpo humano -conocimiento que sin duda estaba bastante difundido en un país con tan frecuentes sacrificios humanos- y de las propiedades de las plantas y minerales. Redujeron fracturas y entablillaron miembros rotos. Eran hábiles para sangrar a los pacientes con lancetas de obsidiana. Ponían emplastos suavizantes sobre los abscesos y obsidiana finamente molida sobre las heridas – “Muelida como la harina, esta piedra untada sobre las heridas y llagas recientes, las cura muy rápidamente” [Sahagún]”’.
¡¿Pero fue realmente consumido como una bebida…?!

Foto 4: ‘Sílex excéntrico’ (generalmente obsidiana): en exhibición, Museo del Templo Mayor, Ciudad de México (L); cultura tolteca que representa gotas de agua o sangre (centro); Cultura maya, Musées Royaux d’Art et d’Histoire, Bruselas (R) (Click en la imagen para ampliar)

Otra fuente se acerca a la idea: en su obra clásica Diccionario de mitología náhuatl, Cecilio Robelo cita a Torquemada describiendo una bebida muy estimada y ‘mística’ consumida por el rey y su séquito que se decía infundía y vigorizaba el alma con valor y ‘determinación imparable’, tomada al prestar juramento en momentos de gran importancia histórica. Esto era itzpacalatl (también conocido como itzpactli), ‘agua de obsidiana lavada’, una mezcla de sangre humana (de los sacrificios) y el residuo del lavado ritual de las hojas de obsidiana utilizadas para cortar la carne humana.
Además, la sangre, los corazones y la obsidiana estaban vinculados tanto simbólica y ritualmente como físicamente: en la iconografía (foto 4), en los actos de autosacrificio, en los ritos funerarios (siendo la obsidiana el equivalente común de la piedra de jade de los nobles colocada en la boca para representar [’serve as’] un corazón en el otro mundo)…

Foto 5: Una hoja de obsidiana en un cuenco con agua protegía a los mexicas contra los malos espíritus… (Click en la imagen para ampliar)

Otra conexión con la medicina surge de la estrecha asociación de la obsidiana con, entre otras deidades, Tezcatlipoca (famoso por su espejo negro de obsidiana «humeante»). Alejandro Pastrana cita a Fray Durán al referirse a una pasta negra, que representaba la obsidiana, con propiedades medicinales: ‘De todas partes venían al templo de Tezcatlipoca… para que les aplicaran la medicina divina, y con ella tapaban la parte donde sentían dolor. , y sintieron un alivio notable… les pareció celestial…’
Al ser un vidrio volcánico reflectante, la obsidiana también estaba imbuida de cualidades protectoras: Pastrana da un ejemplo de Sahagún –
‘Tenían otra superstición, decían que para evitar que los brujos entraran en la casa para hacer daño, era útil colocar una hoja de piedra negra en un recipiente con agua. [pic 5] detrás de la puerta o en el patio de la casa de noche, decían que los hechiceros se verían allí y viéndose en el agua con la espada se dieron a la fuga.’

Foto 6: Bloque de obsidiana mesoamericana. Museo Británico, inv. no. Am.9114-9115 (Haga clic en la imagen para ampliar)

Dado que se creía que la obsidiana, como el oro y la plata, era una secreción divina, como una semilla, de origen celestial pero que reside debajo de la superficie de la tierra, los mineros de obsidiana bien pueden haber temido perturbar las entrañas de la tierra, ya que cavaron profundamente en el ‘ inframundo prohibido’ (Pastrana). No en vano, se han encontrado figurillas (protectoras) de dioses asociados a la obsidiana (Tezcatlipoca, Itzpapalotl, Itzli…) tanto en las propias minas como en talleres de obsidiana sobre el suelo. Los mineros debían realizar importantes rituales dedicados a estas deidades tanto antes como después de ingresar físicamente al inframundo. No es casualidad que uno de los desafíos que enfrentaron las almas en su viaje de cuatro años hasta el Mictlán fue enfrentar un viento helado que podría atravesarte ‘como una hoja de obsidiana’.

Imagen 7: cuchillos de pedernal que se ciernen sobre tazones de vino de agave (‘octli’) (abajo a la izquierda); Códice Vindobonensis pl. 20 (detalle) (Click en la imagen para ampliar)

Entonces, ¿dónde nos deja todo esto con respecto a la ‘medicina de obsidiana’?
La respuesta está en OTRAS deidades asociadas con la obsidiana. En su magistral libro sobre Tezcatlipoca Burlas y Metamorfosis de un Dios AztecaGuilhem Olivier señala que «las deidades del vino de agave y la bebida en sí se asocian a veces con la obsidiana o el pedernal», con cuchillos de pedernal que aparecen simbólicamente sobre cuencos de octli (conocido como pulque en México hoy) (foto 7). El eminente erudito alemán Eduard Seler fue uno de los primeros en describir la bebida alcohólica ritual de los aztecas como ‘la bebida de corte’. Pulque Se pueden ver deidades como Patécatl (a veces encontrada como Pantécatl) portando instrumentos de obsidiana (foto 8, izquierda). Y un cetro de obsidiana con una corona esférica era un accesorio importante de Techálotl, otro dios del pulque (siga el enlace a continuación para obtener más información).

Foto 8: Deidad del pulque Patécatl portando un gran cuchillo de obsidiana (L – Codex Vaticanus 3773, pl. 90, detalle); y sosteniendo un ‘potenciador de pulque’ (R – Codex Borbonicus, pl. 11, detalle) (Click en la imagen para ampliar)

Pero no estamos hablando aquí del pulque ‘estándar’: había una variedad súper ‘aumentada’ que contenía una raíz o hierba especial, a veces llamada ‘potenciador del pulque’, que le daba una patada casi letal. Curiosamente, fue Patécatl quien se dice que descubrió estas raíces mágicas que se añadieron a aguamiel (‘agua de miel’ – la savia dulce del agave maguey antes de que se fermente). La raíz, llamada quapatli o ocpatli siempre se mostró como un cordón de dos hilos doblado y anudado (foto 8, derecha). Quizás el efecto de agregar esta raíz era, como otras drogas comúnmente encontradas en el México antiguo, alucinógeno. Fray Durán menciona más de una vez ‘vinos’ tan poderosos, generalmente ‘en relación con hombres a punto de sufrir un destino terrible…’ (Berdan & Rieff Anawalt, vol. 2).

Foto 9: Ejemplos de consumo excesivo de alcohol en la época azteca, con la raíz ‘pulque-potenciador’ claramente visible; Códice Mendoza, fol. 70r, detalle (arriba), Códice Tudela, fol. 70, detalle (abajo) (Click en la imagen para agrandar)

Si bien supuestamente se restringe al uso ritual y ceremonial, los ejemplos en los códices muestran claramente que la raíz potenciadora del pulque está vinculada a escenas de embriaguez (plebeya); en el caso de la Códice Tudela (foto 9, abajo) ¡la raíz en realidad está entrando en la tina de pulque!
En conclusión, entonces, la ‘medicina de obsidiana’ era para los mexicas una simple metáfora del pulque súper potente, dado a las víctimas del sacrificio en la preparación para su partida del mundo, tanto para adormecer sus sentidos como para alentarlos a bailar el vals. escalones del templo-pirámide con entusiasmo positivo. La mente, literalmente, se aturde…

Fuentes consultadas:-
El códice florentinoLibros X y XI (Eds. Charles E. Dibble & Arthur JO Anderson), Escuela de Investigación Estadounidense, Santa Fe, Nuevo México, 1979
Vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista española por Jacques Soustelle, Stanford Uni Press, California, 1961
El cuerpo humano y la ideología: conceptos de los antiguos nahuas de Alfredo López Austin, vol. I (trans. Ortiz de Montellano), Uni of Utah Press, Salt Lake City, 1988
Diccionario de mitología náhuatl por Cecelia A. Robelo, Ediciones Fuente Cultural, Ciudad de México, 1951 (2da. ed.)
Burlas y Metamorfosis de un Dios Azteca por Guilhem Olivier, University Press de Colorado, 2003
El Códice Mendoza por Frances F. Berdan y Patricia Rieff Anawalt (Vol. II), University of California Press, Los Ángeles, 1992
• ‘La Obsidiana en Mesoamérica de Alejandro Pastrana, Arqueología Mexicana no. 80, julio-agosto de 2006, págs. 49-54
• ‘El simbolismo de la obsidiana en el México central posclásico’ de Alejandro Pastrana e Ivonne Athie, en Reflejos de Obsidiana: Dimensiones Simbólicas de la Obsidiana en Mesoamérica (Eds. Marc N. Levine y David M. Carballo, University Press of Colorado, Boulder, 2014
Una guía de tequila, mezcal y pulque por Virginia Bottorff de Barrios, Editorial Minutiae Mexicana, Ciudad de México, 1980.

Fuentes de imágenes: –
• Foto principal: foto de Ana Laura Linda/Mexicolore
• Foto 1: imagen del Codex Magliabecchiano escaneada de nuestra copia actual de la edición facsímil de ADEVA, Graz, Austria, 1970
• Pix 2 y 3(L): imágenes del Códice Florentino (original en la Biblioteca Medicea Laurenziana, Florencia) escaneadas de nuestra propia copia de la edición facsímil de 3 volúmenes del Club Internacional del Libro, Madrid, 1994
• Pix 3(R), 4(L) & 5: fotos de Ian Mursell/Mexicolore
• Foto 4 (centro): foto de y cortesía de Alejandro Pastrana
• Foto 4(R): foto de Michel Wal, Wikipedia (‘Pedernal excéntrico’)
• Foto 6: foto © Fideicomisarios del Museo Británico
• Foto 7: imagen del Codex Vindobonensis escaneada de nuestra propia copia de la edición facsímil de ADEVA, Graz, Austria, 1974
• Foto 8(L): imagen del Códice Vaticano 3773 escaneada de nuestra propia copia de la edición facsímil de ADEVA, Graz, Austria, 1972
• Foto 8(R): imagen del Codex Borbonicus escaneada de nuestra propia copia de la edición facsímil de ADEVA, Graz, Austria, 1974
• Foto 9 (arriba): imagen del Códice Mendoza escaneada de nuestra propia copia del facsímil de James Cooper Clarke…