Ajolote

no es un pez, ni un mamífero, ni una salamandra, es un anfibio único llamado ajolote – una palabra náhuatl, que curiosamente es como la pequeña criatura se llama más comúnmente fuera de su tierra natal de México, donde es más conocida por sus nombres hispanizados ajolote, achiote o achoque. Ahora tristemente en peligro de extinción, este inocente, aunque, según la mayoría de los comentaristas, ‘feo’, habitante de los lagos del centro de México tiene mucho simbolismo cultural e importancia, que se remonta a los días de los aztecas y más allá… (Escrito por Ian Mursell/Mexicolore)

Foto 1: ¿El ajolote mexicano, sonriendo a la cámara…? (Click en la imagen para agrandar)

No es fácil encontrar información sobre la importancia cultural del ajolote. Es mucho más fácil aprender cómo alimentarlo y cuidarlo: ahora es una popular mascota acuática ‘exótica’ y se cría en cautiverio hoy en día en varios países, incluido México, donde existen varios proyectos de conservación importantes y donde sus propiedades medicinales especiales Sus cualidades y características evolutivas han sido reconocidas durante mucho tiempo.
Pero empecemos aclarando exactamente qué ES un ajolote. Damos aquí la taxonomía (su lugar en el reino animal) de los Ambystoma mexicano – el ajolote más común en México – según lo proporcionado por colegas del Instituto Durrell de Conservación y Ecología (enlace a continuación) –

Foto 2: ¡Un ajolote en Londres! (Click en la imagen para agrandar)

Filo: Chordata – animales con un cordón nervioso hueco que recorre su cuerpo.
Subfilo: Vertebrata – animales con una ‘columna vertebral’ ósea que encierra su cordón nervioso.
Clase: Anfibio: – Vertebrados de cuatro patas (aunque algunos se han quedado sin patas), los adultos generalmente respiran aire y son principalmente terrestres, se reproducen en el agua, los jóvenes son acuáticos con branquias.
Orden: Caudata (Urodela) – tritones y salamandras: anfibios con patas cortas, un tronco largo y una cola bien desarrollada.
Familia: Ambystomatidae – un grupo diverso de 35 especies de salamandras robustas y de piel suave que se encuentran en América del Norte.
Género: ambistoma – un género que contiene 31 especies de axolotl, 14 de las cuales se encuentran en México (de las cuales 5 exhiben algún grado de neotonía – se explica a continuación*)
Especies: Ambystoma mexicano – las especies endémicas encontradas en Xochimilco (ver abajo).

Foto 3: ‘Un ajolote en la mano vale….’ (Click en la imagen para ampliar)

El ajolote ha sido descrito de diversas formas como ‘una forma inmadura de salamandra’ (Warwick Bray), ‘una especie de gran salamandra larvaria que nunca crece’ (Sophie D. Coe), ‘una salamandra acuática’ (Bernard Ortiz de Montellano); más atrás en el tiempo como ‘feo y ridículo’ del maestro jesuita Francisco Javier Clavijero, y ‘reptil problemático’ de Alexander von Humboldt. Basado en su nombre náhuatl – una combinación de atl (agua y xolotl (traducido de diversas formas como perro, gemelo o doble, juguete/muñeco y también monstruo) – la criatura inofensiva ha sido etiquetada como ‘perro de agua’, ‘monstruo de agua’, ‘pez mexicano andante’, ‘juguete de agua’, ‘agua -doble’ y más…
Bien conocida hoy en día por sus poderes regenerativos (especialmente la regeneración de extremidades), su capacidad de (auto)curación (especialmente para heridas), sus cualidades medicinales, su valor nutricional (una alta fuente de proteínas), incluso por el uso de su carne como afrodisíaco, no sorprende descubrir que los mexicas (aztecas) también lo valoraban por igual. Para empezar se consumía, como muchos otros habitantes del lago de Texcoco, como alimento básico. De hecho, si echa un vistazo al texto en español en la parte superior de nuestra imagen principal de arriba, puede verlo descrito en el Códice Florentino como comida de los señores – ‘comida para los señores…’

Foto 4: Los aztecas recolectaron una gran variedad de criaturas acuáticas del lago Texcoco; ilustración de José Narro (Click en la imagen para ampliar)

Como explica de Montellano: «Los aztecas comían prácticamente todos los seres vivos que caminaban, nadaban, volaban o se arrastraban, incluyendo… una gran variedad de peces, ranas… huevos de peces, escarabajos acuáticos y sus huevos, y larvas de libélulas, todos obtenido de los lagos de la cuenca [of Mexico]Y ajolotes. ‘Gracias’ a los españoles, quienes consideraron que el agua del lago era peligrosa y plagada de enfermedades, y procedieron a drenarlo, solo la grupa de estos lagos se puede ver hoy en Xochimilco, en las afueras del sur de la Ciudad de México. Los habitantes humanos de Xochimilco dan testimonio hoy de los métodos tradicionales que se utilizan para cocinar ajolotes: ‘Se cortan los pelos, se quitan los órganos, luego se lavan, se les agrega sal, con tiras de chiles secos. Se ponen de dos en dos sobre hojas de maíz, y se cocinan al vapor’ (Castelló Ytúrbide). Conocemos estos alimentos envueltos en maíz como tamales.

Foto 5: Un hogar azteca, con tres piedras de hogar sagradas; ilustración de Felipe Dávalos (Click en la imagen para ampliar)

El Libro XI del Códice Florentino incluye una breve entrada sobre el ajolote, junto con una ilustración en color (foto principal, arriba). Sahagún, quien compiló el Códice, nos dice que los aztecas consumían tamales rellenos de ajolotes ‘buenos, finos, comestibles, sabrosos…’, chiles amarillos y otros alimentos durante el festival anual de Izcalli, dedicado a uno de los dioses más antiguos de Mesoamérica, Huehueteotl/Xiuhtecuhtli, el Viejo Señor del Fuego. Lo que es menos conocido es que el Códice también nos dice, en el Libro I, Capítulo 13, que cuando los aztecas hacían ofrendas a esta deidad, a los niños se les permitía y animaba específicamente a arrojar al hogar ajolotes y otras pequeñas criaturas que habían capturado. en casa, tal vez en un reconocimiento simbólico de los poderes transformadores del ajolote. Izcalli fue, después de todo, una celebración de crecimiento y renacimiento.

Foto 6: Escultura de piedra de Xólotl, en el Museo Nacional de Antropología de México (Click en la imagen para ampliar)

En el Códice Florentino el ajolote aparece junto a otros dos alimentos sagrados, el maíz y el maguey (planta del siglo). Significativamente, los tres juegan un papel simbólico en el mito de la creación del quinto ‘sol’ o era mundial. El Libro VII del Códice cuenta la historia de cómo Xólotl, un avatar de Venus y estrella vespertina hermano gemelo del dios creador Quetzalcóatl, para evitar ser sacrificado junto con un grupo de otros dioses por el Sol, antes de que soplara el Viento (Ehécatl). movimiento vivificante hacia el Sol y la Luna para poner en marcha nuestro mundo actual- decide esconderse transformándose, primero, en un doble tallo de maíz, luego en una planta de maguey en dos partes y luego… ¡en un ajolote! (Es atrapado y asesinado al final).
Así como juega un papel clave en la mitología mexica, ‘la transformación también juega un papel importante en las etapas de la alimentación. Las sustancias alimenticias siempre están cambiando: se mueven constantemente a través de diferentes etapas, desde la materia prima hasta las comidas preparadas. El ciclo de un grano que crece desde una semilla en la tierra hasta una planta que a su vez es cosechada y preparada de diversas formas es un poderoso ejemplo de la capacidad de un alimento para transformarse y transformarse de un estado a otro’ (Morán).

Foto 7: Tenga en cuenta las branquias en forma de ‘tocado’ en el ajolote (Haga clic en la imagen para ampliar)

La extraña apariencia del ajolote lo señala como ‘posiblemente la más extraña e interesante de las criaturas que la fauna de México ha dado a la zoología mundial’ (Moreno). Curiosamente, en náhuatl el término xolotl se relaciona más con ‘inusual’, ‘deformado’ y ‘anormal’ que con la idea occidental de ‘monstruoso’; también puede referirse a cualquier objeto pequeño con forma de huevo, de ahí la conexión con un juguete o incluso con una muñeca (Cabrera). En la mitología, Xolotl tiene asociaciones caninas, tanto la deidad como el domesticado sin pelo. xoloitzcuintli Se creía que acompañaban a las almas de los muertos en el largo viaje hasta el Mictlán. Inmediatamente queda claro que Xolotl y xoloitzcuintli comparten la misma raíz en náhuatl: xolo, un término generalmente tomado en los diccionarios de náhuatl para significar ‘página’ o ‘sirviente masculino’. Esto encaja bien con el papel de Xólotl como paje de su hermano gemelo Quetzalcóatl. Pero, ¿estamos ante una criatura que encarna «monstruosidades», o simplemente ante una criatura que es única, especial, diferente, aunque «rara» en nuestros términos? Mientras que los gemelos -la ‘consecuencia de la intervención de Xólotl’ (Mateo Higuera)- eran, en palabras de Taube, ‘temidos como presagios extraños y anormales de significado religioso’, también eran ‘asesinos de monstruos y héroes culturales que crean el entorno y los materiales necesario para la vida humana. En un llano más suave, más prosaico, podrían ser emblema de todas las ‘rarezas dobles que se encuentran en la naturaleza’ (Cordry) como las hojas dobles del maguey, el tallo doble del maíz, el reflejo de uno en el agua, la sombra de un cuerpo, etc.

Foto 8: Quetzalcóatl (‘Q’) preside el juego de pelota, frente a Xólotl (‘X’), quien encabeza un baile en honor a Quetzalcóatl. Códice Borbónico, pl. 26-7 (Click en la imagen para ampliar)

Así como Venus es ‘unas veces la primera y otras la última estrella en desaparecer entre los rayos del sol naciente’ (Caso), Xólotl, simbólicamente, es ‘la última en morir a manos del Sol’ en el mito de la creación. de la quinta era. Su muerte no fue fácil de lograr, debido a su habilidad como hechicero, capaz de transformarse tres veces en diferentes disfraces, cada uno con rasgos duales/gemelos. No es de extrañar que siempre haya sido una deidad difícil de clasificar.
La asociación de Xolotl con la dualidad y los dobles/gemelos, combinada con la noción de Movimiento (uno de los veinte signos de los días) – que la mayoría de los estudiosos sienten que sustenta toda la mitología y cosmología mesoamericana – vuelve a surgir en relación con el juego de pelota ritual (Xolotl y Quetzalcóatl eran los patrocinadores de el juego – foto 8). Como explica Mateos Higueras, la forma misma del juego de pelota era una imitación de las rígidas líneas rectas del cartel de Movimiento, y ‘El movimiento era una constante’. [in the game] entre espectadores, jugadores y el propio balón.’

Foto 9: Tlaloque (sacerdote de la lluvia), Códice Vaticano A pl. 50 (detalle) (Click en la imagen para ampliar)

Finalmente, hay otra leyenda azteca importante que no presenta al propio Xólotl ni al propio ajolote, sino a un sacerdote llamado Axolohua, cuyo papel en la fundación de Tenochtitlán es poco conocido. En su Crónica Mexicayotl Tezozomoc nombra a Axolohua – ‘El que tiene ajolotes’ – como uno de los dos protagonistas clave ‘portadores de dioses’ encargados por Huitzilopochtli de ubicar el legendario Lugar del nopal en una roca.
El otro (sumo) sacerdote mencionado en la leyenda es Cuauhtlequetzqui (Águila que entra en el fuego), y en su estudio clásico El arreglo azteca Rudolph van Zantwijk hace una distinción importante entre él y Axolohua:
‘Cuauhtlequetzqui representaba al sol, y Axolohua [an Otomí rain priest] representaba agua del cielo. Así, los dos formaron un liderazgo espiritual dual para los agricultores, que dependían del efecto nutritivo del sol y la lluvia para la prosperidad.’ Los dos sacerdotes ‘ocupan posiciones opuestas’, y al mismo tiempo son complementarios. Dualidad por excelencia.

Foto 10: Molcajete mexicano (mortero) y tejolote (mortero) (Click en la imagen para agrandar)

Pero terminamos con un dilema. Uno de los varios aztequismos (Palabras del español mexicano derivadas del náhuatl) generalmente asociadas con xolotl es tejolote – el mortero omnipresente que se usa todos los días en los hogares mexicanos con su socio el molacjete como molinillo de mortero o piedra para la elaboración de salsas picantes. Varios estudiosos (Seler, Mateos Higuera, Santamaría, Cabrera…), sugieren que el término deriva de tetl (piedra) y xolotl (monstruo, doble…), pero otros (Moreno, Siméon, Kartunnen…) sugieren una derivación alternativa: teci (moler) y ólotl (algo redondo). Ambos son plausibles, aunque volviendo a la complejidad de la palabra xolotluno difícilmente describiría el hogar molcajete como una ‘piedra monstruosa’. Lo que SÍ llama la atención sobre la forma del mortero es su forma simple, simétrica, redondeada y de dos extremos (foto 10).

Foto 11: Un taller internacional de varias agencias en México (2014) sobre el ajolote, (Haga clic en la imagen para…