Días o incluso horas después del nacimiento de sus hijos, los padres llegan a conclusiones sobre su temperamento. Pueden describir a sus bebés como quisquillosos o tolerantes, sensibles o curiosos. Durante años, los pediatras y psicólogos prestaron poca atención a las descripciones muy tempranas de los padres sobre sus bebés, atribuyéndolas a ilusiones o ingenuidad. ¡Pero ahora sabemos que estos padres tenían razón todo el tiempo!
El temperamento es una descripción de cómo un niño reacciona al mundo que lo rodea. Es un estilo personal. Por ejemplo, mientras que todos los bebés se sobresaltan y lloran, algunos lo hacen en muchas situaciones, mientras que otros solo en unas pocas. Algunos bebés parecen tomar los cambios con calma; otros se alteran ante el más mínimo cambio en su rutina.
Esto significa que algunos bebés son más “difíciles” o “requieren más trabajo” que otros. Pero no importa cuál sea el temperamento, encontrará que la vida es mucho más fácil en casa si trabaja con el estilo de su bebé en lugar de luchar contra él.
Estas son las variables o dimensiones estándar que los psicólogos usan para estudiar el temperamento de los niños:
- Nivel de actividad. ¿Es su bebé generalmente inquieto y activo, o relajado y relajado? (¡Existe alguna evidencia de que los recién nacidos muy activos son aquellos de los que las madres se quejaban de que pateaban mucho antes de nacer!)
- Regularidad. ¿Qué tan predecibles son los ciclos de alimentación y sueño de su bebé?
- Aproximación/Retirada. ¿Cómo responde su bebé a situaciones y personas nuevas? ¿Se alegra cuando ve algo nuevo o retrocede?
- Adaptabilidad. ¿Qué tan bien maneja su bebé los cambios en su horario o las interrupciones menores en sus actividades? Si se enoja, ¿se recupera rápidamente?
- Umbral sensorial. ¿Qué tan sensible es su bebé a las luces brillantes, los ruidos fuertes o la ropa áspera?
- Ánimo. ¿Su bebé parece estar básicamente feliz o generalmente molesto y enojado?
- Intensidad. ¿Qué tan ruidoso es su bebé cuando está emocionado o infeliz? ¿Parece extrovertida o apagada?
- Distracción. Si tu bebé tiene hambre, por ejemplo, ¿puedes hacer que deje de llorar temporalmente hablándole en voz baja o dándole un chupete?
- Persistencia. ¿Su bebé juega con un juguete simple durante mucho tiempo o prefiere pasar rápidamente de un juguete a otro?
Pensar en el temperamento de su bebé en estos términos puede darle pistas para resolver algunos de los problemas de conducta que le resultan especialmente frustrantes. Si, por ejemplo, su bebé tiene un umbral sensorial bajo, puede notar que se sobresalta y llora cuando se enciende una radio o una luz en su habitación. Pero los signos pueden ser más sutiles que eso. Podría rechazar un biberón porque está demasiado caliente o demasiado frío. Es posible que se aleje de ti o grite cuando la levantes porque es muy sensible al tacto. El temperamento podría explicar por qué a un niño como este no le gusta que lo acunen para dormir, es demasiado estimulante, mientras que a otro niño con un temperamento diferente podría encantarle.