Todos nos enfadamos. Pero para algunas personas, esta emoción humana básica y poderosa es difícil de manejar. Es posible que tengamos problemas para expresar la ira, o incluso para reconocerla en nosotros mismos. Por otro lado, puede conducir a un comportamiento destructivo y violento, asustando a las personas que nos rodean y causando fricciones en las relaciones.
Los problemas de ira se han relacionado con una variedad de desafíos físicos, de salud mental y sociales. Hay una gran cantidad de consejos para cualquiera que quiera aprender a lidiar con la ira de una manera constructiva y saludable.
- Trate de no evitar la confrontación. Muchas personas, particularmente las mujeres, no se sienten cómodas sintiendo enojo o experimentándolo en otros. Pero es una emoción legítima que puede resaltar cuestiones importantes. Ocultar tus sentimientos de ira, o alejarte de ellos en los demás, provocará explosiones más grandes de ira internalizada en el futuro o puede conducir a la depresión.
- Evite asignar culpas. A nadie le gusta estar equivocado, pero defender inmediatamente tu posición atacando a la otra persona solo los pondrá a la defensiva. Si te ha defraudado, por ejemplo, concéntrate en cómo te hizo sentir en lugar de recurrir a los insultos. Trate de mantenerse en el mismo tema en lugar de mencionar los errores que cometieron en el pasado. Abordarlo de esta manera tiene más posibilidades de obtener resultados positivos. A menudo, la otra persona se disculpará, especialmente si el ambiente se mantiene bastante tranquilo.
- Sigue así. Aunque tener una gran diatriba es tentador, hay mejores maneras de expresar su punto de vista. Tu tono de voz es crucial. Deja que exprese el hecho de que te preocupas por la otra persona y permite que exprese sus cálidos sentimientos hacia ti. Esto ayudará a que ambas partes se mantengan sensatas. Es posible que tengas una tendencia a dejar que la discusión se intensifique y se vuelva histérica. Reconocer este patrón es vital. A menudo encontrarás que hay un momento en el que te das cuenta de lo que está pasando. El truco, aunque no es fácil, es escuchar esta advertencia y tomar una decisión diferente. Para que esta técnica funcione, tendrás que pensarlo un poco antes. Considere todos los beneficios: más posibilidades de ser escuchado y comprendido, menos posibilidades de sentirse avergonzado o culpable después, menos presión sobre la relación o la amistad. Esto proporcionará la motivación para detenerse cuando las cosas se salgan de control. Habiéndolo logrado una vez, tendrás fe en que puedes hacerlo de nuevo.
- Ser profesional. Si no es un amigo, un familiar o una pareja romántica, sino un colega de trabajo al que te enfrentas, respira hondo unas cuantas veces y da un paso atrás por un momento, si puedes. Es posible mantener la dignidad y defenderse al mismo tiempo. No dejes que se vuelva demasiado emocional. Termina la confrontación lo antes posible para que puedas darte un espacio para recuperar la compostura y exponer los hechos. Programe una reunión sabiendo exactamente lo que quiere discutir, tal vez involucrando a un tercero adecuado. Sugiera cómo se podrían hacer las cosas de manera diferente en el futuro.
- Prepárate para hacer un compromiso. Trate de pensar con flexibilidad durante los enfrentamientos. Tenga una resolución en mente, pero manténgase abierto a compromisos basados en las opiniones de la otra persona. Es probable que ninguna de las partes obtenga lo que quiere al 100 por ciento. Trate de seguir escuchando incluso si parecen ser completamente irrazonables. Es posible que ellos mismos no sean hábiles en la confrontación. La ira y los sentimientos heridos pueden sesgar nuestra interpretación de los eventos y las conversaciones; puede ser mucho menos personal de lo que imaginas al principio. Manténgase abierto a las posibles soluciones. Pero no acepte condiciones o reglas vinculantes cuando sabe que no está pensando con claridad. Por lo general, puede volver a evaluar los acuerdos del momento y decidir si realmente está preparado para cumplirlos.
Recuerde: todos somos humanos ya veces dejamos que la ira se apodere de nosotros. Pero el hecho de que te permitas estar enojado no significa que también tengas que dejar que el enojo gobierne tus interacciones con los demás, o que se salga de control. Pruebe estas técnicas y practíquelas en su propia vida para lidiar con la ira de manera más constructiva y controlar su ira.