Todos somos viajeros en el tiempo: recurrimos a recuerdos del pasado, experimentamos el presente y esperamos futuras recompensas. Pero la facilidad con la que viajamos de un lado a otro hace una diferencia crucial en lo bien que nos va en la vida y lo felices que somos mientras la vivimos.
Nuestra perspectiva temporal, ya sea que tiendamos a quedarnos estancados en el pasado, vivamos solo el momento o nos esclavicemos por nuestras ambiciones para el futuro, puede predecir todo, desde el éxito educativo y profesional hasta la salud y la felicidad en general.
El profesor emérito de psicología de la Universidad de Stanford, Philip Zimbardo, acuñó la idea de la perspectiva temporal. Después de más de diez años de investigación, concluyó que nuestra actitud hacia el tiempo es tan definitoria como los rasgos clave de la personalidad, como el optimismo o la sociabilidad. Él cree que la perspectiva del tiempo influye en muchos de nuestros juicios, decisiones y acciones. Zimbardo recomendó que una perspectiva temporal más basada en el futuro podría ayudar a los estudiantes a estudiar y progresar hacia la educación superior.
La mayoría de los investigadores creen que nuestra perspectiva del tiempo se aprende en gran medida en la infancia. La cultura también influye en nuestra perspectiva temporal. Las sociedades individualistas y “enfocadas en mí” tienden a estar enfocadas en el futuro, mientras que las sociedades más “enfocadas en nosotros”, las que fomentan el compromiso social, invierten más en el pasado. La riqueza también tiene un efecto: las comunidades más pobres tienden a vivir más en el presente. Pero todos podemos cambiar nuestra perspectiva del tiempo, dice Zimbardo.
Idealmente, podemos aprender a cambiar nuestra atención fácilmente entre el pasado, el presente y el futuro, y adaptar conscientemente nuestra forma de pensar a cualquier situación dada. Aprender a cambiar las perspectivas del tiempo nos permite participar plenamente en todo lo que hacemos, ya sea una tarde relajada disfrutando de una copa de vino o recordando eventos de hace mucho tiempo con un viejo amigo.
Aunque esta habilidad es vital, dado que la perspectiva del tiempo es en gran medida una forma inconsciente y habitual de ver las cosas, se necesita un esfuerzo concertado para mejorar nuestro uso de ella.
¿Cuál es tu tipo?
Zimbardo identificó cinco enfoques clave para la perspectiva del tiempo. Estos son:
- El tipo ‘pasado negativo’. Te enfocas en experiencias personales negativas que todavía tienen el poder de molestarte. Esto puede conducir a sentimientos de amargura y arrepentimiento.
- El tipo ‘pasado positivo’. Adoptas una visión nostálgica del pasado y te mantienes en contacto muy cercano con tu familia. Tiendes a tener relaciones felices, pero la desventaja es un enfoque cauteloso de «más vale prevenir que curar» que puede frenarte.
- El tipo ‘presente-hedonista’. Está dominado por impulsos de búsqueda de placer y es reacio a posponer sentirse bien en aras de una mayor ganancia posterior. Eres popular pero tiendes a tener un estilo de vida menos saludable y tomas más riesgos.
- El tipo ‘presente-fatalista’. No estás disfrutando el presente pero te sientes atrapado en él, incapaz de cambiar la inevitabilidad del futuro. Esta sensación de impotencia puede conducir a la ansiedad, la depresión y la asunción de riesgos.
- El tipo ‘enfocado en el futuro’. Eres muy ambicioso, te enfocas en las metas y te gusta hacer listas de «cosas por hacer». Tiendes a sentir una persistente sensación de urgencia que puede crear estrés para ti y para quienes te rodean. Su inversión en el futuro puede tener el costo de relaciones cercanas y tiempo de recreación.
Los cinco tipos entran en juego en nuestras vidas en algún momento, pero probablemente habrá una o dos direcciones en las que esté más enfocado. Identifíquelos y podrá comenzar a desarrollar un enfoque más flexible y saludable.
Usar la perspectiva del tiempo de manera efectiva
El objetivo es encontrar una perspectiva que se dé cuenta de nuestras necesidades psicológicas esenciales y valores profundamente arraigados. El equilibrio y la positividad provienen de hacer un uso positivo del pasado, encontrar formas saludables de saborear el presente y hacer planes de mejora de manera rutinaria.
Tome sus arrepentimientos, por ejemplo, y considere cómo podrían funcionar para usted. ¿Quizás podrías volver a la universidad después de todo? Usa las emociones dolorosas para alimentar tu motivación. Sumérgete en actividades gratificantes que exigen toda tu atención en lugar de actividades pasivas como mirar televisión. Esto conduce a una mayor satisfacción y es más probable que cree recuerdos felices duraderos.
Cree que puedes mejorar el futuro a través de tus propias acciones constructivas y obtendrás una sensación de empoderamiento y control, además de minimizar esas dudas persistentes y la incertidumbre de lo que está por venir. Al creer que tendremos un futuro positivo, en realidad aumentamos nuestra probabilidad de hacerlo.
Referencia y otros recursos
Zimbardo P. y Boyd J. Poniendo el tiempo en perspectiva: una métrica de diferencia individual válida y confiable. El Diario de Personalidad y Psicología Social, vol. 77, 1999, págs. 1271-88.
Web profesional del Dr. Philip Zimbardo
Perspectiva temporal y salud.