El acoso sexual, como el acoso sexual, puede tener efectos nocivos. Aquí está la diferencia entre los dos y cómo hacer frente.
La intimidación es un comportamiento hiriente que puede tener consecuencias adversas en la salud mental y el bienestar. Y ya no sucede solo en los patios de las escuelas.
En el mundo actual, los acosadores pueden intimidar en persona o en línea, lo que lo convierte en un problema social de gran alcance.
Ser acosado sexualmente puede ser igualmente perjudicial y angustiante. Las personas que se involucran en la intimidación o el acoso sexualizado pueden causar mucho daño a otra persona.
De acuerdo con FamilyLives.org, cualquier palabra o acción de naturaleza sexual con la intención de presionarlo para que haga algo provocativo, indulgente o sexual se considera acoso sexual.
Le puede pasar a cualquiera en cualquier situación, especialmente a través de las redes sociales o mensajes de texto.
Tampoco es específico de género. Las personas que se identifican como hombre o mujer, trans o no binarias pueden sufrir acoso sexual.
Una investigación publicada en 2021 sobre grupos focales formados por 253 personas de 13 a 18 años sugiere que el acoso sexual y el acoso sexual podrían considerarse «dos caras de la misma moneda».
El acoso sexual consiste en perpetrar actos sexuales no deseados o no deseados. El acoso sexual consiste en obtener un resultado sexual.
Aunque los dos se superponen en algunos aspectos, la diferencia entre el acoso sexual y el acoso sexual es cómo las leyes federales los clasifican, acusan y procesan.
Actualmente, no existen leyes federales contra el acoso escolar en los Estados Unidos.
A pesar del daño que causa el bullying, los niños, adolescentes y adultos pueden intimidar a otros por varias razones.
Algunas motivaciones para la intimidación pueden incluir:
- el deseo de ejercer poder y control sobre otro
- ganar estatus social
- encajar en un grupo social
Además, las personas que han sufrido intimidación dentro de la dinámica familiar o que tienen baja autoestima pueden correr un mayor riesgo de intimidar a otros.
Si las palabras o acciones de naturaleza sexual de alguien te hacen sentir presionado, degradado, antagonizado, señalado, asustado o intimidado, entonces es probable que estés experimentando acoso sexual.
El acoso sexual obvio puede incluir:
- burlarse o menospreciar la identidad de género de alguien (por ejemplo, deadnaming)
- usar palabras o acciones para invocar la vergüenza sexual
- chistes sexuales o insinuaciones sobre un individuo
- comentarios sexuales en publicaciones en las redes sociales que etiquetan o llaman a una persona
- atención sexual persistente y no deseada
- gestos sexuales o tocamientos inapropiados
- exigir o enviar (no solicitado) fotos o sexts sexualmente explícitos
- continuamente pidiendo sexo o actos sexuales
Además, el acoso sexual puede ser tan sutil que es difícil de identificar. Ejemplos incluyen:
- Una pareja romántica puede usar la coerción sexual para presionarlo a participar en actividades con las que no se siente cómodo.
- Otros pueden presionarlo para que publique material sexualmente incómodo a cambio de ser aceptado en su grupo.
- Alguien podría usar sutiles palabras, acciones o comportamientos sexualizados que te dejen confundido sobre si se trata de coqueteo o acoso sexual.
A veces es difícil prevenir el acoso sexual porque puede ocurrir de forma inesperada. Para ser claro, no es tu culpa.
Hay maneras de asegurarse de que el comportamiento sea menos probable que le suceda a usted o a un ser querido:
Estableciendo límites
Los límites son esenciales para el bienestar físico y mental y establecen claramente lo que tolerará o no. Considere evaluar sus límites personales y trabajar para fortalecerlos si es necesario.
Hablando y hablando
El acoso sexual a menudo no se denuncia. Esto incluye sentimientos de vergüenza, responsabilidad o preocupación por lo que podría pasar si el acosador se entera.
Hablar abiertamente sobre el acoso sexual, qué observar y cómo afrontarlo puede ayudarlo a usted y a sus seres queridos a defenderse a sí mismos.
Ser consciente del acoso cibernético
Hace años, el acoso ocurría en persona oa través de conversaciones telefónicas. Ahora, con el vasto mundo de la comunicación en línea, en aplicaciones y basada en texto, el acoso sexual puede ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento.
Aún así, la investigación de 2017 sugiere que muchos jóvenes aún desconocen la prevalencia del acoso cibernético.
Si el acoso sexual ocurre a través de las redes sociales, existen formas de detenerlo, como:
- bloquear el perfil de un acosador
- borrando cuentas de redes sociales
- reportar al usuario a la plataforma:
Además, es posible prevenir el acoso en línea teniendo en cuenta con quién te conectas y qué tipos de textos y publicaciones creas.
El acoso sexual puede abarcar una amplia gama de palabras y acciones diseñadas para controlar o cambiar el equilibrio de poder hacia el acosador.
El acoso de naturaleza sexual puede sucederle a cualquiera y causar un daño significativo a quienes lo experimentan.
Prevenir el acoso implica mantener abiertas las líneas de comunicación con sus seres queridos y estar al tanto de las señales de acoso sexual. También significa desarrollar y mantener límites saludables.
Si desea obtener más información sobre el acoso sexual, estos recursos pueden ser útiles: