La ira adolescente toma muchas formas. Puede expresarse como indignación y resentimiento, o rabia y furia. Es la expresión de la ira adolescente, el comportamiento, lo que vemos. Algunos adolescentes pueden reprimir su ira y retraerse; otros pueden ser más desafiantes y destruir la propiedad. Continuarán con su comportamiento, o puede escalar, hasta que decidan buscar dentro de sí mismos las raíces de su ira. Pero la ira adolescente es un sentimiento, una emoción, no un comportamiento. Y la ira generalmente es causada por algo que sucede en la vida de un adolescente.
La ira adolescente puede ser una emoción aterradora, pero no es inherentemente dañina. Sus expresiones negativas pueden incluir violencia física y verbal, prejuicios, chismes maliciosos, comportamiento antisocial, sarcasmo, adicciones, abstinencia y trastornos psicosomáticos. Estas expresiones negativas de la ira adolescente pueden devastar vidas, destruir relaciones, dañar a otros, interrumpir el trabajo, nublar el pensamiento efectivo, afectar la salud física y arruinar el futuro.
Pero hay un aspecto positivo en tal expresión, ya que puede mostrar a otros que existe un problema. La ira adolescente suele ser una emoción secundaria provocada por el miedo. Puede motivarnos a resolver aquellas cosas que no están funcionando en nuestras vidas y ayudarnos a enfrentar nuestros problemas y lidiar con las razones subyacentes del enojo, específicamente cosas como:
- Abuso
- Depresión
- Ansiedad
- Dolor
- Abuso de alcohol o sustancias
- Trauma
Los adolescentes enfrentan muchos problemas emocionales durante este período de desarrollo. Se enfrentan a cuestiones de identidad, separación, relaciones y propósito. La relación entre los adolescentes y sus padres también está cambiando a medida que los adolescentes se vuelven cada vez más independientes. Los padres a menudo tienen dificultades para lidiar con la nueva independencia de sus hijos adolescentes.
Esto puede generar frustración y confusión que pueden generar ira y un patrón de comportamiento reactivo tanto para los padres como para los adolescentes. Es decir, los adolescentes simplemente reaccionan negativamente a los comportamientos de sus padres y los padres reaccionan de manera igualmente negativa. Esto establece un patrón de interacción que se refuerza a sí mismo. A menos que trabajemos para cambiar nuestro propio comportamiento, no podemos ayudar a otros a cambiar el suyo. Necesitamos responder en lugar de reaccionar entre nosotros y ante las situaciones. La intención no es negar la ira, sino controlar esa emoción y encontrar la manera de expresarla de una manera productiva o, al menos, menos dañina.
Los adolescentes que lidian con la ira pueden hacerse estas preguntas a sí mismos para ayudar a lograr una mayor conciencia de sí mismos:
- ¿De dónde viene este enfado?
- ¿Qué situaciones provocan este sentimiento de ira?
- ¿Mis pensamientos comienzan con absolutos como “debe”, “debería”, “nunca”?
- ¿Mis expectativas son irrazonables?
- ¿A qué conflicto no resuelto me estoy enfrentando?
- ¿Estoy reaccionando al dolor, la pérdida o el miedo?
- ¿Soy consciente de las señales físicas de la ira (p. ej., puños apretados, dificultad para respirar, sudoración)?
- ¿Cómo elijo expresar mi ira?
- ¿Hacia quién o qué está dirigida mi ira?
- ¿Estoy usando la ira como una forma de aislarme o como una forma de intimidar a los demás?
- ¿Me estoy comunicando de manera efectiva?
- ¿Me estoy centrando en lo que me han hecho en lugar de en lo que puedo hacer?
- ¿Cómo soy responsable de lo que estoy sintiendo?
- ¿Cómo soy responsable de cómo se manifiesta mi ira?
- ¿Mis emociones me controlan o yo controlo mis emociones?
Entonces, ¿qué pueden hacer los adolescentes y los padres? Escuche a su adolescente y concéntrese en los sentimientos. Trate de entender la situación desde su perspectiva. Culpar y acusar solo construye más muros y acaba con toda comunicación. Diles cómo te sientes, apégate a los hechos y afronta el momento presente. Demuestra que te importa y muestra tu amor. Trabaje hacia una solución en la que todos obtengan algo y, por lo tanto, se sientan bien con la resolución. Recuerde que la ira es el sentimiento y el comportamiento es la elección.