El enredo ocurre cuando los límites de una persona se superponen a los límites de otra persona de una manera parasitaria y poco saludable.
En las relaciones saludables, las personas tienen límites saludables entre sí. Cada persona es un individuo autónomo y tiene su propia identidad, pensamientos, sentimientos, opiniones y agencia para tomar sus propias decisiones.
En una relación enredada, los límites de las dos personas se superponen. Hay muy poca separación.
En este tipo de relación, una persona tiende a creer que tiene derecho a definir, dictar y controlar la identidad, los pensamientos, los sentimientos, las opiniones y la agencia de otras personas.
En el caso del padre enredador, el niño es definido por el padre y el padre cree y se comporta como si lo que hace el niño fuera por el padre. Al niño se le enseña desde el nacimiento que su propósito es ser un reflejo y servir a las necesidades de los padres. El padre no tiene problema en creer que el papel de su hijo es reflejarlo.
La relación es muy parasitaria. El padre es el parásito, alimentándose del niño. El niño es controlado mentalmente para creer que su propósito en la vida es existir para el padre.
Piense en eso por un minuto. ¿No es realmente el trabajo de los padres estar allí para el niño, criándolo para que sea un individuo fuerte, seguro de sí mismo y saludable? En una situación de enredo, el niño es criado para servir a los padres y anticiparse a las necesidades de los padres. El padre no se preocupa por las necesidades del niño, en realidad. Sí, puede alimentar y vestir a su hijo; pero, a menudo, esto se debe a que no se vería muy bien como padre si no hiciera las actividades de crianza más obvias.
Cuando un niño crece en un hogar donde uno de los padres está enredado con él, el niño crece sin identidad propia, perdido y confundido acerca de quién es. Se siente responsable del bienestar emocional de sus padres y asume los roles de generador de significado y cuidador emocional de los padres. En este tipo de ambiente, es muy difícil para el niño desarrollar un fuerte sentido de sí mismo. Ha sido entrenado para ser quien es a la luz de lo que los padres necesitan que sea.
Cuando el padre se siente molesto, el niño cree que él es el responsable. Se siente culpable y obligado a averiguar cómo hacer felices a sus padres.
El niño crece con la incapacidad de tener una identidad personal porque su punto de vista para todas las decisiones se define externamente. El niño ha sido intrínsecamente entrenado para buscar fuera de sí mismo sus elecciones. No tiene idea de cómo hacer referencia a sí mismo.
Debido a que el padre cría a sus hijos con una mentalidad egoísta, el niño no recibe una guía real para la vida. Se deja que el niño descubra su propio camino. El padre no puede molestarse en enseñarle al niño cómo navegar por su propio camino porque está demasiado preocupado por sí mismo.
Dado que el niño se cría con límites disfuncionales y permeables, no ha aprendido a desarrollar los límites saludables necesarios para vivir bien en el mundo. Lo más probable es que sea víctima de otros tipos de personas depredadoras porque no ha aprendido el valor de sí mismo o cómo protegerse de otros que cruzan su espacio personal.
Se produce más daño porque cuando creces con un padre narcisista aprendes que el amor es condicional. Esto hace que camines sobre cáscaras de huevo porque tu valor está constantemente en juego.
Cómo sanar de crecer con una relación parental enredada:
Aprende a auto referenciarte. Haces esto comprobando dentro de ti mismo y viendo cómo te sientes. Observe cómo cada decisión que toma le hace sentir. Determina tomar una decisión basada en lo que quieres, no en lo que los demás quieren. Esto es difícil porque estás muerto de miedo de meterte en problemas por no complacer a tus padres. Pero para crecer tienes que aprender a dominar la habilidad de la autorreferencia.
Establezca límites personales. Esto requiere que aprendas de lo que eres y de lo que no eres responsable en las relaciones y lo que permitirás o no que otros te hagan. Puede tener una tendencia a sentirse responsable de los sentimientos de otras personas, pero entrénese para darse cuenta de que los sentimientos de otras personas son su responsabilidad, no la suya. Este es un límite.
Valorate a ti mismo. Los niños con padres narcisistas no se valoran en absoluto. Esto se debe a que sus padres los han cosificado y les han hecho sentir una falta de valor intrínseco. Cuando eres criado desde el nacimiento para buscar tu valor fuera de ti mismo, y la fuente externa es un narcisista, entonces estás prácticamente condenado a tener una baja opinión de tu valor. Para curar esto, debes comenzar a tratarte a ti mismo de manera diferente a como te trataron tus padres. Tienes que ser amable contigo mismo; sé paciente contigo mismo; eliminar el diálogo interno negativo.
Vuélvete a ser padre. Como no creciste con un par de padres saludables, fuiste criado de una manera que fue insuficiente para un desarrollo saludable. Para curar esto, puedes aprender a volver a ser padre usando imágenes. Por ejemplo, suponga que sucede algo y se da cuenta de que se siente culpable, responsable o avergonzado, o alguna otra emoción negativa de su infancia. En lugar de actuar sobre la emoción o regañarte por ello, aprende a tratarte a ti mismo de una manera que traiga sanación a tu niño interior. Ver siguiente paso.
Aprende a calmarte a ti mismo. Crecer con un padre que te enseña a ser responsable del bienestar de los padres te impide saber cómo estar ahí para ti mismo. Es importante aprender a encontrar formas de nutrirte a ti mismo cuando te sientas emocionalmente desregulado. Esta es probablemente una habilidad subdesarrollada y deberá aprenderse. Piense en formas de cuidarse, como dormir lo suficiente, alimentarse con alimentos saludables, hacer mucho ejercicio, etc.
Aborda tus sentimientos de culpa. La paternidad narcisista probablemente lo haya afectado más al engendrar en usted sentimientos crónicos de culpa y responsabilidad por otras personas. Aprenda a notar los sentimientos de culpa y comience a decirse a sí mismo que no tiene que actuar de acuerdo con estos sentimientos. Solo nota los sentimientos objetivamente fuera de ti con curiosidad. Recuerda que el hecho de que sientas algo no significa que tengas que actuar en consecuencia. Tome una decisión consciente de dejar de asumir la responsabilidad de los sentimientos de los demás. Recuerda que te sientes culpable porque has sido entrenado para ser manipulado de esa manera.
No rendirse nunca. La curación es un proceso de por vida y llevará tiempo y práctica. Sigue recordándote que el enredo implica límites inadecuados entre dos personas. La forma en que va a sanar los efectos de esto en su propia vida será estableciendo y practicando la aplicación de límites saludables.