Los efectos a largo plazo del acoso entre hermanos adultos

Conoces muy bien esa sensación de hundimiento. Se espera que hagas una aparición en una próxima reunión familiar, y sabes que tu hermano estará allí, menospreciándote, como de costumbre.

Si bien algunos padres ven el acoso entre sus hijos como una forma normal de rivalidad entre hermanos, pocas personas se dan cuenta de que, en muchas familias, puede continuar hasta bien entrada la edad adulta.

Entonces, ¿qué es y por qué ocurre?

El acoso entre hermanos puede adoptar muchas formas, pero siempre se realiza con la intención de avergonzar, menospreciar o excluir a la víctima. Puede incluir insultos, amenazas, burlas constantes y reclutar a otros hermanos para que se unan a ellos en el acoso.

El acoso entre hermanos puede ocurrir porque los padres no lo toman en serio, asumiendo que es solo una fase o que es natural que los hermanos peleen y peleen entre ellos. Sin embargo, la mayoría de las veces, la intimidación se arraiga dentro de las familias donde los padres practican tácticas de abuso e intimidación.

Los niños están programados para imitar el comportamiento que ven a su alrededor, por lo que no sorprende que un niño que está siendo acosado por un padre abusivo continúe acosando a otros. Como suele ser el caso con los acosadores, serán aquellos incluso menos poderosos que ellos, como hermanos menores o compañeros de clase, quienes terminarán siendo el objetivo. El niño también puede recurrir a diversas formas de intimidación como una forma de descargar la frustración que siente por el maltrato de sus padres hacia él, pero que no puede detener.

La dinámica de la relación entre el acosador y la víctima a menudo permanece sin cambios desde la infancia hasta la edad adulta. El acosador continúa victimizando a su hermano porque tener a alguien a quien molestar aumenta su frágil sentido de autoestima. La víctima, desgastada por años de malos tratos a manos de su hermano, puede sentir resentimiento, pero también puede no saber cómo cambiar la situación, permitiendo así que continúe el abuso.

El acosador puede haberse acostumbrado tanto a tener un hermano que no puede o no quiere defenderse que no quiere que la dinámica entre ellos cambie y se vuelva más saludable. Tener a alguien a quien culpar por sus problemas o descargar su frustración le conviene al acosador y por eso se resisten deliberadamente a cualquier intento de reconciliación sincera.

Después de muchos intentos de tratar de tener una relación sana con el hermano acosador, la mayoría de las víctimas simplemente se dan por vencidas y aceptan la situación, por muy miserable que les haga. Algunos toman la medida drástica, pero necesaria, de evitar el contacto con su hermano.

El alejamiento entre hermanos adultos no es tan raro como la mayoría de la gente piensa, con un estudio reciente en la Universidad de Cornell que encontró que uno de cada diez adultos tiene uno o más familiares de los que están separados. Para muchas personas en esta situación, es un último recurso y uno con el que pueden lidiar durante años antes de finalmente dar el paso. Sin embargo, la mayoría informa sentir una fuerte sensación de alivio porque ya no tienen que soportar el comportamiento de su hermano acosador.

Luis Santos/Bigstock