El tacto enriquece nuestras vidas.
Una caricia de un ser querido.
La sensación de una camiseta de algodón gastada.
Un beso atípico de un niño.
El resorte de masa siendo amasado.
El suave pétalo de una rosa.
Pero algunas personas tienen aversión a uno o más tipos de caricias que normalmente disfrutan o toleran. Si encuentra que su aversión al tacto interfiere con su vida personal, relaciones, felicidad, no es demasiado tarde para buscar respuestas.
La sensibilidad táctil se encuentra tanto en niños como en adultos. La sensibilidad al tacto puede deberse a trastornos del procesamiento sensorial, problemas de salud emocional y mental y condiciones físicas.
Los síntomas pueden incluir, entre otros, los siguientes:
Ser demasiado sensible al tacto y, a veces, al movimiento.
Evitar los abrazos y otras caricias afectivas: encontrar este tipo de caricias desagradable, incluso puede resultarle doloroso.
Disgusto y evitación de sabores, olores, sonidos, vistas o texturas que normalmente son tolerados por la mayoría de las personas dentro del grupo de edad y cultura.
Puede ser “hiperactivo” o “hipoactivo”
Le resulta difícil relajarse, calmarse, desestresarse
Torpeza o torpeza física
No le gustan algunos tipos de movimiento como las montañas rusas.
Puede que no le guste subir escaleras, colinas, subidas
Puede resultarle difícil la transición, especialmente al despertarse y comenzar el día.
poca resistencia
Problemas de pareja
Ansiedad, depresión, problemas de manejo de la ira
Retirado
Puede usar sustancias para relajarse en momentos íntimos o para sentirse cómodo en grupos.
Si usted es un adulto, adolescente o padre de un niño con sensibilidad táctil, obtener una evaluación y explorar las posibles razones del problema es el primer paso hacia la curación. Aunque hoy en día es más probable que las sensibilidades se aborden en niños, si es un adulto no dude en explorar sus opciones de tratamiento. Comience por encontrar la causa principal.
¿Es un trastorno del procesamiento sensorial?
Si su disgusto por el tacto se debe a una orden de procesamiento sensorial (consulte los síntomas para varios grupos de edad, en la Fundación SPD), los terapeutas ocupacionales están capacitados para ayudarlo.
Si se trata de un niño que tiene aversión al tacto debido a un trastorno del procesamiento sensorial, puede obtener más información de la terapeuta ocupacional Miriam Manela.
¿Se debe a un trauma o abuso?
Si su aversión al tacto se debe a un problema emocional, como un trauma, como un abuso, le recomiendo que obtenga asesoramiento sobre trauma con un terapeuta que tenga experiencia en esta área. También recomiendo asesoramiento espiritual si es posible. Trabajar con un terapeuta ocupacional que tenga experiencia trabajando con clientes abusados o traumatizados puede ser una parte esencial de su plan de tratamiento.
¿Se debe a una enfermedad mental?
Si le han diagnosticado una enfermedad mental, como depresión, trastorno bipolar o ansiedad, es posible que encuentre intolerables algunos tipos de contacto. Recomiendo trabajar con su terapeuta sobre este tema, preferiblemente tener una o más sesiones con su cónyuge, familiares o amigos para que puedan comprender lo que está experimentando y puedan trabajar juntos en este y otros temas. La terapia ocupacional también puede ser útil.
¿Se debe a una condición física continua?
Algunas afecciones, como la neuropatía, la meralgia parastésica, las lesiones antiguas que parecen curarse y otras enfermedades físicas también pueden provocar una en curso aversión al tacto. Algunas de estas condiciones tienen que ser manejadas (neuropatía y otros problemas nerviosos); otros pueden ser tratados y “curados”.