¿Ese sonido te molesta? Podría ser misofonía

¿Normalmente se enfada, se irrita o se pone ansioso cuando escucha sonidos cotidianos? Podría ser misofonía, y hay ayuda para ello.

La misofonía es más que sentirse molesto por sonidos específicos. Las personas con esta condición experimentan altos niveles de angustia mental y emocional, hasta el punto de que pueden reestructurar sus vidas en torno a ella.

Masticar chicle o comida, respirar y dar golpecitos con los dedos son solo algunos de los ruidos que podrían llevarte a experimentar malestar emocional y físico si vives con misofonía.

Entonces, ¿cuál es la causa? Los investigadores están aprendiendo que la misofonía puede tener que ver con la forma en que las neuronas se activan en el cerebro.

A medida que los investigadores aprenden más, las personas que viven con misofonía pueden tener más opciones de tratamiento.

La misofonía es cuando alguien experimenta reacciones físicas y emocionales negativas a ciertos sonidos.

A menudo, esos sonidos son hechos cotidianos, como las personas:

  • tos
  • olfateando
  • golpeando los dedos
  • hacer clic en bolígrafos

La misofonía a veces se denomina síndrome de sensibilidad sonora selectiva.

Existen algunos términos para la sensibilidad al sonido, y cada uno tiene características específicas. Es por esto que puede ser útil definir la misofonía en comparación con otras experiencias relacionadas:

  • hiperacusia es la sensibilidad o baja tolerancia a una gama de sonidos dentro de un cierto volumen o frecuencia
  • misofonía es una reacción emocional, como la ira o la evitación, a sonidos específicos, independientemente del volumen
  • fonofobia es el miedo a ciertos sonidos

La misofonía no es un diagnóstico formal en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 5ª edición (DSM-5). Los investigadores, sin embargo, han propuesto criterios para diagnosticar el fenómeno, con la esperanza de que pueda ayudar a quienes viven con los signos de misofonía.

La misofonía es un poco diferente para todos. Pero hay signos físicos y emocionales comunes que experimentan muchas personas.

Los signos de misofonía surgen en respuesta a ciertos sonidos. Aunque cualquiera de una amplia gama de sonidos puede provocar una reacción, los ejemplos comunes incluyen sonidos repetitivos, nasales u orales hechos por personas o mascotas. Por ejemplo:

  • masticar comida
  • chasquido de labios
  • reventar chicle
  • golpecitos con el pie
  • silbido

Estos sonidos no tienen que provenir de otras personas, aunque eso es común.

Los sonidos como relojes que hacen tictac o armarios y cajones que se abren y cierran también pueden provocar una respuesta.

Puede experimentar una variedad de emociones en respuesta a esos sonidos que lo molestan, como:

  • enojo
  • irritación
  • asco
  • furia
  • ansiedad

La misofonía también puede afectar la forma en que eliges vivir. También puede causar algunos síntomas físicos, que incluyen:

  • presión en el pecho
  • transpiración
  • frecuencia cardíaca elevada
  • ganas de parar el sonido
  • imitando el sonido para dejar de escucharlo
  • Evitar situaciones en las que pueda producirse el sonido.

Es posible que esté constantemente en guardia si no está seguro de cuándo puede ocurrir un sonido o qué otros sonidos pueden causarle las mismas reacciones.

Una encuesta de 2017 de más de 300 personas con misofonía descubrió que la mayoría había vivido con la condición desde la juventud.

¿Por qué la gente tiene misofonía? Los investigadores todavía están estudiando la causa.

Un estudio experimental de 2021 puede ofrecer alguna información. Los investigadores descubrieron neuronas espejo activadas por sonidos en personas con misofonía. Estas neuronas generalmente hacen que las personas modelen, reflejen o imiten el comportamiento que ven.

En las personas con misofonía, las mismas neuronas se activan como si estuvieras realizando el acto que provoca el sonido.

Los autores del estudio especulan que la reacción negativa es el resultado de sentirse fuera de control, como si el espacio personal hubiera sido invadido o que las metas actuales se estuvieran frenando.

Dado que aún no se ha establecido la causa de la misofonía, no es seguro si la condición es física o psicológica.

Un estudio experimental de 2019 demostró que diferentes áreas del cerebro en personas con misofonía se activan en respuesta a sonidos desencadenantes en comparación con personas sin la afección.

La misofonía, aunque no es una forma de trastorno del espectro autista o un trastorno de ansiedad, comparte algunas características de ambas condiciones.

¿Es la misofonía una forma de autismo?

La misofonía no es una forma de autismo. Tampoco es un síntoma del trastorno del espectro autista.

Sin embargo, algunas personas autistas pueden experimentar una disminución de la tolerancia al sonido. Investigaciones recientes han categorizado esta relación con el sonido como una combinación de:

  • misofonía
  • hiperacusia
  • fonofobia

¿Es la misofonía un síntoma de ansiedad?

La misofonía no es un trastorno de ansiedad, ni es necesariamente un síntoma de ansiedad. Pero las personas con misofonía pueden reaccionar con síntomas de ansiedad cuando se exponen a un sonido desencadenante.

Las personas que viven con un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o un trastorno de ansiedad pueden experimentar sensibilidad al sonido.

En una encuesta de 2018 que exploró la posible relación entre la misofonía y el TOC, los investigadores encontraron una conexión más fuerte con los síntomas obsesivos, en lugar de compulsivos, del TOC.

Los investigadores que han abogado por un diagnóstico independiente de misofonía señalan que para algunas personas puede ser un aspecto o síntoma de otra afección, como la intolerancia sensorial. Queda mucho por aprender de esta experiencia.

No existen medicamentos para tratar la misofonía. Sin embargo, trabajar con un profesional de la salud mental puede ayudar.

Las opciones incluyen trabajar para desensibilizarse del sonido que provoca la reacción.

Los profesionales de la salud también pueden trabajar con usted para controlar las posibles respuestas emocionales, como la ira, que resultan de la exposición al sonido.

Hasta que los investigadores determinen las causas fundamentales de la misofonía, las personas que viven con la afección pueden enfrentar desafíos para manejar su experiencia.

Si bien la mayoría de las personas ni siquiera notan los ruidos comunes, las personas que viven con misofonía pueden responder intensamente a estos sonidos.

Las opciones de tratamiento para la misofonía incluyen trabajar con un profesional de la salud mental para desensibilizarse de los sonidos que causan una perturbación y trabajar para controlar la respuesta emocional.

Una nueva investigación revela que la misofonía puede resultar de las neuronas espejo en el cerebro. Estos hallazgos apuntan a que la misofonía tiene una causa física. Sin embargo, se necesita más investigación.