Luchar o huir es una respuesta común a una amenaza o peligro. Tu cerebro desencadena estas acciones para protegerte.
Podrías empujar y empujar si un extraño te agarra. O podría salir corriendo del camino de un automóvil que se aproxima.
A veces, una amenaza puede hacer que se congele en lugar de luchar o huir. Si alguna vez no ha podido moverse para protegerse o pedir ayuda, es posible que haya experimentado una inmovilidad tónica, también conocida como parálisis inducida por un trauma.
La inmovilidad tónica es una respuesta al trauma. Es una incapacidad involuntaria para moverse o incluso hablar.
Si te encuentras en una situación traumática, podrías congelarte brevemente antes de defenderte o intentar escapar.
Pero si permanece congelado y no puede reaccionar, puede estar experimentando lo que se llama inmovilidad tónica o parálisis inducida por trauma.
La congelación y la inmovilidad tónica son ambas respuestas al trauma. Dado que tienen características similares, es posible que escuche que los términos se usan indistintamente. Pero la congelación y la inmovilidad tónica son diferentes.
La congelación ocurre en el primer encuentro con la amenaza, y la inmovilidad tónica es la parálisis inducida por la amenaza que te deja incapaz de actuar.
La inmovilidad tónica es parte de la cascada de defensa humana, según una investigación de 2015. Esto incluye:
- Excitación: la primera toma de conciencia de una amenaza
- Pelea o vuela: una respuesta activa
- Congelar: un breve retraso antes de luchar o huir
- Inmovilidad tónica (parálisis) e inmovilidad colapsada (desmayo): la respuesta cuando la amenaza es ineludible
- inmovilidad quieta: descanso y recuperación
En los animales, la inmovilidad tónica se activa al contacto con un depredador. La inmovilidad es para calmar el reflejo asesino del depredador. También puede disuadir al depredador de comerse a la presa, ya que los animales carnívoros suelen preferir alimentos vivos.
En los humanos, la inmovilidad tónica puede ocurrir como una reacción de defensa ante el miedo extremo.
La inmovilidad tónica es una respuesta común durante una agresión sexual. En un estudio de 2017, los investigadores evaluaron la inmovilidad tónica en 298 mujeres, todas sobrevivientes de agresión sexual, utilizando la escala de inmovilidad tónica.
Descubrieron que el 70% de las mujeres informaron experimentar una inmovilidad tónica significativa y el 48% informaron una inmovilidad tónica que era «extrema».
El estudio también encontró que la inmovilidad tónica se asoció con el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y la depresión 6 meses después de la agresión.
La investigación de 2016 muestra que la inmovilidad tónica extrema es más común en personas que han experimentado:
Si ha experimentado un trauma similar más de una vez, es posible omitir la respuesta de vuelo, lucha y congelación y pasar directamente de un estado de excitación a una inmovilidad tónica.
Hay más de una forma de manejar el PTSD por un trauma que causó inmovilidad tónica. Si encuentra que el enfoque que ha probado no ha ayudado, hay otras opciones a considerar.
Los tratamientos traumatológicos comunes incluyen:
- Terapia cognitiva conductual (TCC): identificar y cambiar patrones de pensamiento angustiosos
- Terapia de exposición prolongada (PE): confrontar los factores desencadenantes en un entorno seguro y de apoyo
- Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR): reprocesamiento de recuerdos estresantes
La atención plena informada sobre el trauma también puede ayudar. Si está interesado en probar este enfoque, se recomienda que trabaje con un maestro de atención plena informado sobre traumas que pueda ayudarlo a crear un entorno seguro para manejar su exposición a factores desencadenantes.
Otra opción a investigar es la psicoeducación de la inmovilidad tónica (TIP), estudiada en un ensayo clínico de 2021.
La psicoeducación es útil para una variedad de condiciones de salud mental y física. Le enseña sobre el problema con el que está viviendo para ayudarlo a comprender y validar su experiencia.
El autocuidado entre sesiones de terapia también puede ayudar. El sueño reparador, la nutrición, el ejercicio y las conexiones sociales nutritivas son ejemplos de áreas en las que puede mejorar.
Si ha experimentado inmovilidad tónica durante o después de un trauma y, como resultado, vive con un trastorno de estrés postraumático, es una buena idea considerar buscar apoyo de salud mental.
Es posible que se sienta reacio a buscar ayuda porque le preocupa cómo los demás pueden percibir su respuesta traumática de inmovilidad tónica. Es posible que te preocupe que piensen que deberías haber hecho algo en lugar de quedarte inmóvil.
Es crucial recordar que la inmovilidad tónica es una reacción involuntaria. No elegiste la pasividad, y no es lo mismo que el consentimiento.
En cambio, su sistema nervioso puso en marcha una serie de señales y hormonas que lo dejaron incapaz de moverse o hablar, a pesar de que quería que el trauma se detuviera.
No tienes que cuestionarte o culparte por tu reacción. Puede sentirse capacitado para buscar ayuda si cree que la necesita.
Si no está seguro de cómo encontrar soporte, explorar algunas opciones de recursos es una forma de comenzar.
Psych Central tiene algunas páginas que pueden resultarle útiles:
El Departamento de Asuntos de Veteranos de EE. UU. tiene una página de Obtener ayuda para personas que viven con PTSD.
El Centro Nacional de Recursos para la Violencia Sexual tiene una lista completa de comunidades en línea que ofrecen apoyo y ayuda.
Healthline también ofrece una lista de grupos de apoyo para PTSD en línea.
La inmovilidad tónica es una respuesta traumática que ocurre cuando su sistema nervioso decide que no es seguro luchar o huir. Es común entre los sobrevivientes de violencia sexual.
La inmovilidad tónica no es una elección y no implica consentimiento. La parálisis inducida por un trauma no es algo que hayas “hecho mal”. Es un reflejo natural.
Hay una conexión entre la inmovilidad tónica y el PTSD. El tratamiento puede ayudar, por lo que es crucial buscar apoyo si cree que lo necesita.