El rápido crecimiento de la tecnología refleja el alcance cada vez mayor del ciberacoso. Uno puede experimentar efectos psicológicos como depresión, baja autoestima y ansiedad.
Según un estudio de 2020, entre el 15 % y el 35 % de los jóvenes han sufrido ciberacoso. La investigación también sugiere que los efectos del ciberacoso pueden afectar a los adultos.
Un gran estudio de 2021 indica que las condiciones de salud mental, como la depresión, la ansiedad y el uso de sustancias, pueden predecir mayores posibilidades de ciberacoso para los adultos, especialmente los hombres.
Pero se necesita más investigación para respaldar estos hallazgos.
El acoso cibernético puede incluir difundir rumores o mentiras sobre alguien o compartir detalles privados que podrían ser vergonzosos o vergonzosos. Puede ocurrir en espacios, tales como:
- mensajes de texto
- publicar fotos o videos en sitios de Internet
- medios de comunicación social
- redes de juegos
- salas de chat y foros en línea
- otros espacios digitales
El acoso cibernético es cuando alguien intencionalmente intenta dañar a otra persona con una agresión cada vez mayor al expresar cosas malas e hirientes a través de dispositivos electrónicos.
Tales acciones pueden crecer rápidamente en Internet y “volverse virales”, lo que agrava aún más el estrés psicológico que siente la persona objeto del acoso.
La investigación de 2020 indica que las personas que son objetivo de los acosadores cibernéticos pueden verse afectadas negativamente física y mentalmente. Pero muchas personas que experimentan ciberacoso pueden guardar silencio por vergüenza, miedo o vergüenza.
El ciberacoso en adultos y niños puede provocar o aumentar las posibilidades de:
Los jóvenes de hoy son particularmente vulnerables. Muchos adolescentes, incluso los niños más pequeños, pasan horas interminables conectados a Internet con sus teléfonos, computadoras u otros dispositivos digitales.
Un estudio sueco de 2019 indica que los jóvenes involucrados en el acoso cibernético, ya sea como objetivo o perpetrador, tenían un mayor riesgo de síntomas de depresión y ansiedad. También tenían niveles más bajos de bienestar general.
Un niño acosado en un patio de recreo puede encontrar un refugio en casa donde sienta la protección de sus padres y familiares.
Es diferente en el ciberespacio porque la intimidación puede perdurar, volverse persistente e incluso permanente.
Debido a que sucede en línea, puede pasar desapercibido para los adultos responsables que, de lo contrario, podrían intervenir y ayudar, señala el sitio web del gobierno Stopbullying.gov.
Si bien es posible que algunos niños no muestren ningún signo de acoso cibernético, los expertos aconsejan a los padres que estén atentos a cambios significativos en el comportamiento o los hábitos de sus hijos.
Por ejemplo, revisar las redes sociales con más frecuencia de lo habitual podría indicar que algo anda mal.
Considere mantener abiertas las líneas de comunicación preguntándole a su hijo qué sabe sobre el ciberacoso y si alguna vez lo ha experimentado.
Los cambios en un niño que pueden indicar acoso cibernético incluyen:
- dificultad para dormir
- pesadillas
- absentismo escolar
- sentirse desamparado
- pérdida de autoestima
- dolores de estómago
- dolores de cabeza
Los adultos también pueden notar síntomas emocionales, como:
- ansiedad
- vergüenza
- frustración
- su hijo no puede hablar de sus sentimientos
Cuanto más pequeño es un niño, más probable es que mencione problemas vagos de salud física en lugar de articular una emoción.
Algunos niños pueden volverse agresivos ya que no tienen una salida para estas emociones nuevas e incómodas.
Reconocer comportamientos agresivos que están fuera de lugar puede indicar posibles dificultades con el ciberacoso.
Los padres pueden ayudar a los niños a evitar o prevenir el acoso cibernético hablando con ellos acerca de tener cuidado de no publicar fotos o información privada en línea. Especialmente el contenido que no compartirían con sus padres.
Los niños pueden prevenir el ciberacoso adoptando estas estrategias de Stopbullying.gov:
- denunciar el ciberacoso a tus padres u otro adulto responsable
- solo acepta solicitudes de un amigo en línea o de la red de alguien que conozcas
- considere no participar en “sexting” mediante el envío de textos o fotos con contenido sexual
Si los efectos del acoso cibernético lo afectan, considere los siguientes métodos de afrontamiento:
- No responda directamente ni tome represalias contra el acoso cibernético porque esa podría ser la reacción que busca el acosador.
- Reporte el acoso cibernético a los padres, maestros o autoridades si se justifica.
- Bloquee a los acosadores cibernéticos o cualquier persona que actúe de manera cuestionable desde sus cuentas en línea.
- Desconéctate de las redes sociales. Tomar un descanso puede mejorar tu perspectiva mental y aliviar la ansiedad.
Las investigaciones han demostrado que el ciberacoso puede afectar negativamente la salud mental de una persona. El ciberacoso puede provocar ansiedad, aislamiento social y estrés psicológico adicional que puede empeorar con el abuso repetido.
Considere hablar con sus hijos sobre los riesgos del ciberacoso. Así como reconocerlo y denunciarlo y cómo evitar que vuelva a ocurrir.
Las redes sociales son un espacio donde los jóvenes se reúnen con sus amigos para divertirse y entretenerse.
Ayudar a sus hijos a lidiar con los aspectos más difíciles de estar en línea, como el ciberacoso, puede enseñar resiliencia. Su hijo también puede sentirse más cómodo socializando con sus compañeros en el mundo real y el digital.
Si está buscando apoyo, consulte la guía de Psych Central para obtener una lista de recursos de salud mental.