Si experimenta fobia a los peces, puede evitar los acuarios o los mercados de pescado. Pero hay estrategias disponibles para ayudarlo a sobrellevarlo.
Los peces no son necesariamente las criaturas más adorables para mirar (u oler). Pero para algunas personas, encontrarse con un pez es una verdadera fobia conocida como ictiofobia.
Una persona con ictiofobia probablemente evitaría los acuarios, los restaurantes de mariscos, la pesca y la natación en el océano. También pueden evitar las películas o la literatura con peces.
La investigación de 2018 sugiere que hasta el 15% de la población mundial experimentará una fobia en su vida. Junto con el miedo a las alturas, las fobias a los animales son las más comunes.
La ictiofobia es un miedo persistente e irracional a los peces. Las personas con ictiofobia pueden temer ver, oler, tocar o comer pescado.
La ictiofobia no se reconoce como un trastorno distinto en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, 5.ª edición, revisión del texto (DSM-5-TR). Pero sus síntomas caen bajo los criterios de diagnóstico de Fobia Específica: Tipo Animal.
Ictiofobia frente a otras fobias relacionadas con los peces
Algunas características de la ictiofobia pueden superponerse o confundirse con otras fobias. Por ejemplo, una persona que teme al océano también podría temer lo que hay debajo del océano.
O una persona que teme a los tiburones, clasificados como peces cartilaginosos, técnicamente le teme a un pez, pero puede que no tema a todos los peces.
La ictiofobia es distinta de las siguientes fobias:
- Galeofobia: el miedo a los tiburones.
- talasofobia: el miedo a los cuerpos de agua profundos, como el océano.
- megalohidrotalasofobia: el miedo a las grandes criaturas u objetos submarinos.
La ictiofobia implica síntomas emocionales, psicológicos y físicos similares a los que se experimentan durante un ataque de pánico.
Los síntomas emocionales o psicológicos de la ictiofobia pueden incluir los siguientes:
- ansiedad o miedo repentino e intenso
- pánico
- pensamientos acelerados
- evitar cualquier lugar con pescado
- miedo a perder el control
- miedo
- insomnio
Los síntomas físicos de la ictiofobia incluyen los siguientes:
- sacudiendo o temblando
- confusión o niebla mental
- mareo
- respiración rápida o dificultad para respirar
- corazón acelerado
- dolor de cabeza
- transpiración
- dolor en el pecho
- náuseas
Dependiendo de la persona, estos síntomas pueden variar de leves a severos.
Entre los adultos con Fobia Específica, en un año determinado, la Replicación de la Encuesta Nacional de Comorbilidad (NCS-R) indica:
- El 21,9% presentaba deterioro grave
- 30,0% tenían deterioro moderado
- El 48,1% presentaba deterioro leve
Al igual que otras fobias y trastornos de ansiedad, es probable que la ictiofobia sea causada por factores genéticos, fisiológicos y ambientales.
Los niveles generales de estrés de una persona y la sensación general de no tener el control pueden desempeñar un papel en el desarrollo de la fobia.
Por ejemplo, una investigación de 2018 sugiere que las fobias específicas son más probables en personas con niveles educativos más bajos. También son más comunes en personas divorciadas o viudas.
Además, el cerebro juega un papel importante en la forma en que reaccionamos ante una amenaza. Cuando percibimos un riesgo para nuestra seguridad, nuestros cuerpos se involucran en las reacciones de «lucha, huida, congelación o adulación» a través de circuitos y mecanismos cerebrales específicos.
La investigación de 2017 ha demostrado que los desafíos en estos circuitos cerebrales pueden provocar trastornos de ansiedad, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y fobias específicas.
Un estudio de 2020 sugiere que el miedo puede ser una emoción aprendida o innata.
Crecer en un entorno familiar que induce al miedo puede contribuir al desarrollo de la ictiofobia. Por ejemplo, un niño cuyo padre tiene una fuerte reacción negativa al pescado puede heredar esa ansiedad y comenzar a temerle al pescado.
La ictiofobia no se reconoce como un trastorno distinto en el DSM-5-TR, pero sus síntomas se incluyen en los criterios de diagnóstico de Fobia específica: tipo animal.
Según el DSM-5-TR, se da un diagnóstico de fobia específica si los síntomas cumplen los siguientes criterios:
- Miedo significativo con respecto a un objeto o situación específica. En el caso de la ictiofobia, sería un miedo extremo a los peces.
- El desencadenante (pez) casi siempre desencadena miedo o ansiedad repentinos e intensos.
- El miedo es desproporcionado al peligro real del objeto o situación específica.
- La fobia (miedo a los peces) da como resultado una angustia clínicamente significativa o un deterioro del funcionamiento.
- Los desencadenantes (p. ej., acuarios, muelles de pesca, restaurantes de mariscos) se evitan activamente o se soportan con intensa ansiedad.
- La fobia (miedo a los peces) es persistente y dura 6 meses o más.
- La fobia (miedo a los peces) no se explica mejor por los síntomas de otra afección, como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) o el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Cuando no se tratan, las fobias pueden empeorar y afectar significativamente su vida. Si vive con ictiofobia y esta interfiere con su calidad de vida, considere buscar tratamiento.
El tratamiento para la ictiofobia y otras fobias puede incluir uno o una combinación de los siguientes:
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC para las fobias específicas implica la desensibilización o la terapia de exposición, en la que te expones gradualmente a tus desencadenantes hasta que tu ansiedad disminuye. Si tiene ictiofobia, puede comenzar la TCC mirando fotos de peces y luego avanzar a un acuario y tal vez incluso ir a un muelle donde hay gente pescando.
- Técnicas de relajación: La meditación, la respiración profunda y las prácticas de atención plena pueden ayudar a reducir los síntomas de ansiedad.
- Medicamento: Se pueden recetar bloqueadores beta, como propranolol o benzodiazepinas, como Valium o Lorazepam, para ayudar a aliviar la ansiedad. Particularmente en situaciones específicas como ir a un restaurante de mariscos.
Este artículo de Psych Central ofrece más información sobre el tratamiento de las fobias.
Si vive con ictiofobia, hay varias cosas que puede hacer para reducir su miedo. Estos incluyen visualización, meditación y un plan para cuando se enfrente a desencadenantes.
Técnicas de visualización
La visualización es una buena manera de practicar cómo «acercarse» a los peces sin tener que hacerlo. Considere la siguiente práctica.
Cierra los ojos e imagínate en medio de un zoológico. En su mente, comience a caminar hacia el área del acuario. Esta parte del zoológico tiene peces de colores y otros animales marinos.
Mientras “camina” hacia esta sección, háblese amablemente y dígase a sí mismo que está haciendo un gran trabajo.
Imagínese parado frente a un gran acuario de vidrio lleno de varios tipos de peces. Cuente hasta 10 mientras “observa” el pez y luego abra los ojos.
Haz tu mejor esfuerzo para sentarte con la ansiedad y la incomodidad. Si te sientes abrumado, trata de observar tu respiración natural sin controlarla.
Si su fobia es grave y no es fácil sobrellevar los sentimientos abrumadores, considere participar en este ejercicio con el apoyo de un profesional de la salud mental o un ser querido de confianza. No estás solo.
Meditación
La meditación es una estrategia a largo plazo que puede ayudar a reducir los niveles generales de ansiedad.
El estrés y la ansiedad son síntomas de la respuesta de lucha, huida, inmovilización o agachamiento de su cuerpo.
La meditación reduce la ansiedad al entrenar el cerebro y el cuerpo para alcanzar un estado de calma conocido como «respuesta de relajación».
Lograr la “respuesta de relajación” te ayudará a superar tu fobia a los peces.
Ten un plan listo
Es importante idear un plan para cuando esté expuesto a sus desencadenantes. Por ejemplo, si tienes que ir a un acuario para el cumpleaños de tu amigo, prueba los siguientes consejos:
- Visualiza un lugar que te haga sentir tranquilo. Muestra una foto relajante en tu teléfono que puedas mirar.
- Si es posible, escuche música relajante a través de sus auriculares.
- Respira profundamente mientras cuentas hasta tres con cada respiración.
- Habla con dulzura contigo mismo como lo harías con un ser querido que experimenta miedo. Dígase a sí mismo que estará bien y que está haciendo un gran trabajo.
- Si es posible, hable con un amigo cercano que pueda ayudarlo a hablar sobre la experiencia.
Si su miedo a los peces afecta significativamente su calidad de vida, considere hablar con un profesional de salud mental calificado.
Por ejemplo, si tus amigos van a pescar en aguas profundas con regularidad, pero decides no hacerlo debido a tu fobia, entonces el tratamiento podría ayudarte a sobrellevar la situación.
Las fobias son altamente tratables con varios enfoques conductuales, como la desensibilización.
También hay varios recursos en línea disponibles. Mental Health America ofrece una comunidad de apoyo en línea donde puede compartir sus experiencias con otros. The Tribe es otro grupo de apoyo en línea para personas con diversos trastornos de ansiedad.