¿Qué es un ataque de nervios?

A ataque de nervios se refiere a un término convencional y de uso frecuente para describir genéricamente a alguien que experimenta un episodio de enfermedad mental que es tan grave que afecta directamente su capacidad para funcionar en la vida cotidiana. La enfermedad mental específica puede ser cualquier cosa: depresión, ansiedad, trastorno bipolar, esquizofrenia u otra cosa. Pero la referencia a un «ataque de nervios» generalmente se refiere al hecho de que la persona básicamente ha dejado sus rutinas diarias: ir a trabajar, interactuar con sus seres queridos o amigos, incluso levantarse de la cama para comer o ducharse.

Un ataque de nervios puede verse como una señal de que la capacidad de uno para hacer frente a la vida o una enfermedad mental se ha visto abrumada por el estrés, los acontecimientos de la vida, el trabajo o los problemas de relación. Al desconectarse de sus responsabilidades y rutinas regulares, el ataque de nervios de un individuo puede permitirle tratar de reagrupar sus habilidades de afrontamiento y aliviar temporalmente el estrés en su vida.

Se puede considerar que alguien con un ataque de nervios se ha “retirado” temporalmente de la sociedad. Ya no mantienen sus relaciones sociales con los demás, les resulta difícil o imposible ir a trabajar y pueden reportarse enfermos varios días seguidos. Las personas con un ataque de nervios a menudo ni siquiera tienen los recursos de afrontamiento disponibles para cuidar de sí mismos, o hacen mucho más que un cuidado y mantenimiento rudimentario de sí mismos. Pueden comer en exceso (si les proporciona comodidad) o simplemente dejar de comer por completo, sin sentir la necesidad o la energía para hacerlo.

Dado que un ataque de nervios no es un término clínico o científico, su significado también puede variar en cuanto a su duración y gravedad, así como los resultados. Muchas personas que sufren una crisis nerviosa generalmente buscan tratamiento (o un ser querido busca tratamiento en su nombre), y el tratamiento generalmente se encuentra en el extremo serio del espectro de todas las intervenciones disponibles. La hospitalización como paciente hospitalizado por una crisis nerviosa grave no sería inusual, para ayudar a una persona a estabilizarse y encontrar una estrategia de tratamiento eficaz para el trastorno mental que la afecta.

Las personas que sufren una crisis nerviosa y buscan tratamiento para ella normalmente se recuperarán de las profundidades más extremas de la “crisis” en unas pocas semanas (que pueden acelerarse con tratamiento psiquiátrico hospitalario). La recuperación a más largo plazo generalmente requiere meses de tratamiento ambulatorio continuo con especialistas en salud mental, como un psiquiatra o un psicólogo.

Una crisis nerviosa no es una condición que deba temer, ya que es simplemente una indicación de estrés abrumador y enfermedad mental en la vida de una persona. Los seres queridos y los amigos de alguien que sufre una crisis nerviosa deben apoyar los esfuerzos de la persona para buscar ayuda.

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