La sobrecarga sensorial ocurre cuando te enfrentas a más información sensorial de la que tu cerebro puede procesar.
Si alguna vez apagó la radio del automóvil para poder concentrarse en lo que ve a través del parabrisas, ha regulado la entrada sensorial.
Puede que no tenga sentido al principio; después de todo, ¿cómo puede la música afectar la forma en que funcionan tus ojos? — pero su cerebro debe procesar toda la información que recibe. Eliminar la música que escuchas hace que sea más fácil reaccionar a lo que ves fuera del auto.
Entonces, ¿qué sucede cuando una persona es bombardeada con múltiples tipos de información sensorial que no puede regular?
La entrada de su entorno no se detiene en sus sentidos. Varias áreas del cerebro procesan las sensaciones que experimentas. Cuando este procesamiento no puede seguir el ritmo de las nuevas entradas, el resultado es una sobrecarga sensorial.
Las razones de este desajuste entre la entrada y la integración sensorial pueden variar. Un ambiente ocupado podría ser el culpable. Por ejemplo:
- La persona que experimenta la sobrecarga puede estar cansada o hambrienta, por lo que es posible que sus circuitos cerebrales no funcionen tan bien como de costumbre.
- La neurología de algunas personas puede ser sensible debido a condiciones de salud mental o problemas médicos.
La sobrecarga sensorial activa una respuesta de lucha, huida o inmovilización en la que intenta escapar de los factores desencadenantes. Aquí es cuando ves signos como crisis nerviosas en los niños e irritabilidad en los adultos.
Es más que una simple aversión a los ruidos fuertes. La sobrecarga sensorial puede afectar cualquiera de sus sentidos, como:
- audiencia
- vista
- oler
- gusto
- tocar
- balance
- conciencia de la posición del cuerpo
A veces, más de un sentido se ve abrumado. Por ejemplo, un estudiante en una asamblea escolar podría sentirse abrumado por los sonidos que hacen eco en el gimnasio, el resplandor de las luces fluorescentes y el movimiento y la presencia de todos los estudiantes a su alrededor.
Aunque la sobrecarga sensorial puede ocurrirle a cualquier persona a cualquier edad, hay muchas condiciones de salud y desarrollo en las que es más probable que ocurra.
TDAH
La sobrecarga sensorial es una característica del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). No todas las personas con TDAH experimentan sobrecarga sensorial y sobreestimulación, pero las posibilidades aumentan debido a ciertos factores del TDAH, como:
- dificultades de autorregulación
- falta de conciencia del entorno
- hiperenfoque
- hiperactividad
- impulsividad
- desatento inatención
- respuesta atípica a los estímulos
Ansiedad
La conexión entre la ansiedad y la sobrecarga sensorial va en ambos sentidos. Las personas que experimentan ansiedad tienen una mayor probabilidad de experimentar una sobrecarga sensorial, lo que a su vez puede causar ansiedad.
Autismo
Se estima que alrededor del 90 % de las personas autistas tienen experiencias sensoriales atípicas, según una revisión de 2020. Esto significa que pueden responder más o menos a la información sensorial que las personas alísticas (no autistas).
Los diferentes neurotipos tienen diferentes umbrales de sobrecarga sensorial y una persona autista puede sentirse abrumada en situaciones que no afectan a las personas alísticas.
Síndrome de conmoción cerebral y posconmoción cerebral
Una conmoción cerebral es una lesión cerebral traumática (TBI, por sus siglas en inglés) leve. Puede ser seguido por el síndrome posterior a la conmoción cerebral, que describe síntomas que persisten más de lo esperado.
La sensibilidad a la luz y al sonido es un signo común de TBI y puede afectar la calidad de vida. Un estudio de 2019 reveló una conexión entre la TBI y el trastorno de estrés postraumático (TEPT) en el personal militar debido al procesamiento sensorial alterado.
fibromialgia
La fibromialgia es una afección que causa dolor y que afecta a todo el cuerpo.
Un estudio de 2021 informa que las personas con fibromialgia tienen una mayor sensibilidad no solo al dolor, sino también a otras sensaciones, como la luz, el olfato y el sonido.
Y un estudio de imágenes cerebrales de 2014 en 35 mujeres con fibromialgia y 25 mujeres sin fibromialgia mostró que esta hipersensibilidad se refleja en diferentes patrones de actividad cerebral entre personas con y sin fibromialgia. Los autores también señalan que esta sensibilidad sensorial estaba relacionada con el dolor espontáneo.
Esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad autoinmune que afecta a las células nerviosas. La sobrecarga sensorial es un síntoma común de la EM y los desencadenantes incluyen:
- demasiadas voces al mismo tiempo
- entornos ruidosos y concurridos, como tiendas y restaurantes
- fatiga
- espacios desconocidos
- multitudes
TEPT
Las personas con PTSD a menudo experimentan una sobrecarga sensorial provocada por la hipervigilancia. Este es un estado de ansiedad continua como mecanismo de defensa contra la amenaza percibida. La hipervigilancia exige una gran cantidad de información sensorial, lo que puede provocar una sobrecarga.
La sobrecarga sensorial puede hacer que una persona sea más sensible de lo normal a la información de su entorno.
Por ejemplo:
- Los sonidos repentinos pueden quitarle el aliento y hacer que se estremezca.
- Tienes que apagar las luces porque te empieza a doler la cabeza.
- La tela texturizada quema la piel y las etiquetas de la ropa pican insoportablemente.
Los síntomas de sobrecarga sensorial pueden ser cognitivos. Si no puede concentrarse a menos que haya un silencio absoluto, o si hablar por encima del volumen del televisor requiere demasiada energía, sus sentidos pueden verse abrumados.
Los cambios emocionales pueden ser el resultado de una sobrecarga sensorial. Éstas incluyen:
- irritabilidad
- ansiedad
- inquietud
- llanto
- agitación
- enojo
Los niños pueden experimentar reacciones similares pero las expresan de diferentes maneras. Un niño puede tener un colapso total en lugar de simplemente estar irritable.
Si su hijo se siente abrumado por algo, es posible que el desencadenante no sea fácil de descifrar. Si bien su hijo puede taparse los oídos con las manos debido a la sensibilidad al sonido, un problema de conciencia corporal puede ser más difícil de identificar.
No hay medicamentos que pueda usar para compensar la sobrecarga sensorial, pero existen estrategias y modificaciones en el estilo de vida que pueden ayudar. También es beneficioso para tratar cualquier condición que ocurra con la sobrecarga sensorial.
Identificar el comportamiento
El primer paso para lidiar con la sobrecarga sensorial es evaluar las reacciones en contexto. Esto te ayudará a saber si la reacción está relacionada con una sobrecarga sensorial. Es útil mantener un registro para que pueda identificar patrones.
Por ejemplo, puede notar que su hijo está muy emocionado al final de los días de banda o educación física en la escuela. Los instrumentos fuertes y torpes pueden ser abrumadores. Cuerpos que se mueven rápidamente junto con corredores chirriantes, pies que hacen ruido y gritos resonantes en un gimnasio, todo bajo luces fluorescentes, puede ser demasiado.
Plan para la recuperación
En esos días de banda y educación física, puede ser útil mantener el horario de su hijo libre de actividades extracurriculares o visitas con amigos. Esto podría ayudarlos a recuperarse tranquilamente.
Del mismo modo, si está irritable después de trabajar todo el día junto a la construcción, está bien renunciar a los planes de la noche.
Anticipar y evitar
Si bien es posible que a su hijo no se le permita faltar a la educación física en la escuela, la misma asistencia obligatoria no se aplica a las actividades extracurriculares.
Por ejemplo, si el ajetreo, las luces deslumbrantes y los ecos en la pista de patinaje están causando un problema, puede comparar esto con los beneficios de las lecciones de patinaje y considerar elegir otra actividad.
Reducir el impacto
Si no puede evitar un entorno de activación sensorial, puede reducir su impacto.
Puede intentar usar elementos de protección, como anteojos de sol, tapones para los oídos o auriculares con cancelación de ruido. Cortar las etiquetas de las camisas puede ayudar, así como elegir la tela adecuada para la ropa.
Practica calmarte a ti mismo
Las personas de todas las edades pueden aprender técnicas para calmarse a sí mismas que pueden ayudarlas a superar los episodios de sobrecarga sensorial. Algunas estrategias incluyen:
Cuidado de la salud
La sobrecarga sensorial puede ser más fácil de manejar cuando su salud es buena. Una dieta equilibrada, una hidratación adecuada y un sueño reparador contribuyen a la salud de su cerebro. De esta manera, su cerebro puede hacer frente mejor a los desafíos de integración sensorial.
Comprender la sobrecarga sensorial facilita su manejo. Si experimenta demasiada información sensorial, recuerde que tomar un descanso de su actividad actual puede aliviar el estrés y la incomodidad.
Si se trata de una persona que se porta mal, la causa puede ser una sobrecarga sensorial. Evaluar el entorno puede darte pistas sobre cómo puedes ayudar. Por ejemplo, puede reducir los niveles de ruido y luz, o simplemente darles espacio.
También es útil recordar que la sobrecarga sensorial no es una elección que hace una persona. No es culpa de nadie, y las personas que lo experimentan pueden beneficiarse de la empatía y el apoyo.