¿Qué tan útil es poner un nombre a tus experiencias? Que su terapeuta le dé un diagnóstico de salud mental depende de varios factores.
Puede suponer que una parte integral de trabajar con un terapeuta implica recibir un diagnóstico, pero ese no es necesariamente el caso.
Diferentes terapeutas tienen diferentes puntos de vista y enfoques al diagnosticar, o no diagnosticar, a sus clientes. Algunos pueden preferir usar términos generales para describir los síntomas del individuo, mientras que otros prefieren proporcionar un diagnóstico médico oficial.
Un diagnóstico puede ser beneficioso para guiar su proceso de tratamiento y cobertura de seguro, pero también tiene sus inconvenientes.
Un diagnóstico es el nombre de una condición que un profesional médico asigna a su experiencia en función de sus síntomas.
Aunque un diagnóstico puede ayudarlos a usted y a su terapeuta a determinar las opciones de tratamiento adecuadas, no lo define como persona. Identifica un grupo de síntomas específicos y es simplemente un paso en el proceso de la terapia.
Cuando se trata de enfermedades mentales, los profesionales suelen determinar un diagnóstico realizando una evaluación psicológica y preguntando sobre su historial. Algunos terapeutas ordenarán pruebas especiales para descartar otras condiciones médicas.
Los expertos en salud mental generalmente se refieren al Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, quinta edición, revisión de texto (DSM-5-TR), que incluye criterios específicos para varias afecciones de salud mental.
Si su terapeuta diagnostica o no condiciones de salud mental depende de diferentes factores, incluidas las preferencias de ambos.
Algunos clientes presionan por un diagnóstico oficial y otros no. Y algunos terapeutas sienten que un diagnóstico es una parte importante del proceso de tratamiento, mientras que otros consideran que poner un nombre a los síntomas es innecesario o, en algunos casos, dañino.
Además, el tipo de terapeuta que vea podría influir en si recibe un diagnóstico.
Por ejemplo, un psiquiatra, un médico capacitado para evaluar los trastornos de salud mental, puede tener más confianza para hacer un diagnóstico que un profesional de la salud mental con calificaciones diferentes.
Aunque simplemente poner un nombre a sus síntomas no los curará, algunos expertos creen que es una parte valiosa del proceso de terapia.
Puede ser importante que un terapeuta proporcione un diagnóstico por varias razones:
- es posible que no estén adecuadamente capacitados para tratar las necesidades de ciertos diagnósticos
- se necesitan diagnósticos para la cobertura de seguro para ambas partes
- Es necesario identificar condiciones graves de salud mental para avanzar en el mejor interés del cliente por su seguridad.
Obtener un diagnóstico de salud mental puede ayudarlo a usted y a su terapeuta a elegir tratamientos adecuados para su afección e identificar posibles riesgos para la salud en el futuro. La teoría es que no puedes tratar una condición de manera efectiva si primero no identificas de qué se trata.
Un diagnóstico también puede ser útil cuando se trata de aprovechar al máximo su plan de seguro médico. Muchas empresas requieren el diagnóstico de un médico antes de cubrir o reembolsar los costos de su tratamiento.
También se requiere un diagnóstico para calificar para la protección laboral bajo la Ley de Estadounidenses con Discapacidades y el apoyo por discapacidad del Seguro Social..
Suponga que un terapeuta cree que tiene una afección que podría ayudar con medicamentos. En ese caso, es posible que lo diagnostiquen o lo deriven a un psiquiatra para que lo diagnostique y lo ayude a obtener una receta.
Algunas personas sienten que un diagnóstico puede ser una etiqueta dañina o estigmatizante que los seguirá durante muchos años. A otros les preocupa que el diagnóstico sea incorrecto y que sea más difícil buscar un diagnóstico preciso en el futuro.
En algunas situaciones, los terapeutas no brindan un diagnóstico porque no creen que sea esencial para el proceso de recuperación. Muchos profesionales creen que las etiquetas pueden hacer que los clientes se concentren en aspectos erróneos de su estado de salud mental.
Un estudio anterior de 2007 sugirió que los terapeutas eran especialmente reacios a diagnosticar el trastorno límite de la personalidad (TLP), un síndrome complejo con síntomas que se superponen a otros trastornos.
Algunas de las razones citadas por los autores del estudio incluyeron la creencia de que la afección no se puede tratar y la falta de voluntad para hacer un diagnóstico de una afección asociada con el estigma.
Tiene derechos específicos al divulgar su diagnóstico como cliente que recibe terapia.
Por ejemplo, tiene derecho a pedirle a su terapeuta que le diga si cree que tiene una afección de salud mental. Si desea un diagnóstico, puede preguntarle a su terapeuta por adelantado. Lo mismo se aplica si no desea escuchar acerca de esta información.
Además, según la ley de la Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico (HIPAA, por sus siglas en inglés), las conversaciones y la información que comparte con su proveedor sobre su atención o tratamiento se consideran protegidas..
Si se siente incómodo con el estilo de diagnóstico de su terapeuta, puede considerar obtener una segunda opinión o buscar otro médico más adecuado para satisfacer sus necesidades.
Obtener un diagnóstico de salud mental puede ser útil para su plan de terapia. Pero algunos terapeutas y clientes prefieren no discutir ni centrarse en este aspecto de la atención.
Puede ser útil hablar con un terapeuta sobre las ventajas y desventajas de etiquetar su experiencia para que pueda decidir si conocer su diagnóstico será útil en su situación.
Un diagnóstico es solo una pieza del rompecabezas y no te define. Si cree que su diagnóstico es incorrecto o ha cambiado, es posible que usted y su proveedor deseen reevaluar su condición. Un diagnóstico de salud mental se puede refinar con el tiempo.