A veces, dejar a un narcisista no es una opción. Un padre reconoce que su hijo adulto es narcisista pero desea desesperadamente mantener una relación básica. Un cónyuge no está dispuesto a dejar a su pareja narcisista por varias razones, como la económica, el compromiso o (me atrevo a decir) el amor. Un niño se da cuenta de que su padre es un narcisista, pero no quiere o no puede sacarlo de su vida.
Entonces, ¿cómo puede una persona aprender a vivir con el egoísmo, la arrogancia, la superioridad y el derecho todos los días sin perder la cabeza? ¿Cómo toleran que el narcisista use el acoso para controlar, la intimidación para convencer, el silencio para evitar la intimidad, la ira para ocultar inseguridades y los obsequios para mostrar amor? Es posible y aquí hay algunas sugerencias:
- Estúdialos. Ninguno de los siguientes consejos funcionará a menos que una persona esté dispuesta a salir de la relación y estudiar al narcisista. Esto es esencial para obtener más información, aprender a desapegarse emocionalmente y restablecer viejos argumentos habituales. Cuando una persona es capaz de analizar y sistematizar el comportamiento narcisista de manera desapasionada, aporta claridad de pensamiento y restablece el equilibrio emocional.
- Llámalo. La mayoría de los narcisistas están orgullosos de su narcisismo y lo citan como el aspecto positivo de su personalidad. Si bien es posible que el intercambio inicial de diagnósticos no salga tan bien, el efecto posterior tiende a ser mucho mejor. Declaraciones como, cuidado con tu narcisismo, hechas con un tono no sarcástico pueden ser bastante efectivas siempre que el narcisista confíe en la relación y la valore.
- Entiende el ciclo del abuso. El ciclo de abuso narcisista es único e involucra cuatro fases: sentirse amenazado, abusar de otros, convertirse en víctima y sentirse empoderado. El aprendizaje de las características de identificación de cada paso permite a una persona detener el ciclo. Para obtener más información, lea este artículo: El ciclo narcisista del abuso.
- Discernir las tácticas de abuso. Afortunadamente, los narcisistas son criaturas de hábitos, por lo que cuando descubren una táctica de abuso que es efectiva, la repiten. Hay siete maneras en que una persona puede ser abusada: física, emocional, verbal, mental, económica, sexual y espiritualmente. Algunos ejemplos incluyen agresión, confusión, tergiversar la verdad, gaslighting, limitar el acceso al dinero, coerción sexual y pensamiento dicotómico. Observa la táctica como si fuera un espectáculo en lugar de tomártelo como algo personal.
- Jugar un juego. Los narcisistas usan su encanto para atraer a otros al hacer una pregunta sobre la otra persona. Sin embargo, con frecuencia no se molestan en escuchar la respuesta y, a menudo, interrumpen con una historia sobre ellos mismos. En lugar de enojarte, tómate el tiempo. Juegue un juego para ver qué tan rápido cambia el tema e intente mejorar el tiempo con cada compromiso.
- Cuidado con los regalos sorpresa. La historia del caballo de Troya es un ejemplo apropiado de dar regalos narcisistas. Para pasar desapercibidos a la ciudad griega de Troya, se llenó una casa de madera con soldados. Una vez que el caballo estuvo dentro de las puertas, los hombres salieron y alcanzaron la ciudad. Cada regalo sorpresa de un narcisista debe tratarse con precaución en lugar de ingenuidad.
- Alimenta el ego. Para prosperar, los narcisistas necesitan una alimentación diaria de atención, afirmación, afecto y adoración. Un simple comentario de, te ves increíble, eres tan bueno en eso, o eres impresionante va un largo camino. Descubra formas de mostrar aprecio y agradecimiento al narcisista diariamente y la ira disminuirá en gran medida. Esto no es manipulación, sino una comprensión básica de cómo funciona el trastorno de personalidad.
- Restablecer expectativas. Los narcisistas son conocidos por su falta de empatía por los demás. Mientras esperan simpatía por ellos mismos, no van a corresponder. Esta ausencia empática es una ceguera que mantiene a los demás a distancia y limita la intimidad. Cuando se necesite compasión, busque otra fuente en lugar de exigírsela al narcisista.
- Protege las inseguridades. Con demasiada frecuencia, cuando una persona se entera de las inseguridades ocultas del narcisista, lo menciona como represalia como un ataque ofensivo. Esto solo aumenta la reacción narcisista porque se ven obligados a estar a la defensiva y se suma a su vergüenza percibida. En cambio, ayude al narcisista a proteger sus inseguridades al verlo más como un tesoro escondido que no debe ser expuesto.
- Establece límites. Uno de los límites más fáciles de establecer es evitar el juego de la culpa. Los narcisistas no se disculparán por sus errores, pero requerirán tanta humildad de los demás. Incluso podrían exagerar los errores de los demás para minimizar los suyos. En cambio, ponga cada error en su contexto adecuado, niéguese a disculparse solo para mantener la paz y resista la tentación de echarle la culpa al narcisista. No te vuelvas como ellos mientras intentas aprender a vivir con ellos.
- Evite la vergüenza. El mal supremo para un narcisista es ser humillado públicamente. A veces esto es inevitable como con los políticos y sus innumerables escándalos. Hilary Clinton optó por apoyar a su hombre y esto no perjudicó en absoluto su reputación. Los narcisistas aprecian la lealtad especialmente cuando se hace en su momento más vergonzoso.
- Encuentra lo bueno. Un trastorno de personalidad no hace mala a una persona; simplemente cambia su capacidad para percibir con precisión la realidad. Algunos días puede ser más difícil encontrar lo bueno en el narcisista que otros, pero con un poco de práctica, este ejercicio se vuelve más fácil. Por cada pensamiento de frustración dirigido a ellos, contrarrestalo con una declaración positiva. Incluso los más simples servirán, por ejemplo, limpian bien o cuentan grandes historias.
Es importante tener a alguien fuera de la relación que lo apoye cuando las cosas se ponen difíciles. Ya sea un consejero, un amigo o un miembro de la familia, su aliento puede reconstruir la fortaleza en tiempos de debilidad.