Si bien las náuseas relacionadas con la ansiedad son bastante comunes, los vómitos generalmente ocurren solo con ansiedad extrema.
La mente y el intestino están estrechamente vinculados, por lo que si alguna vez te has dado cuenta de que tu mente está acelerada mientras te sientes a punto de vomitar, no estás solo.
La investigación sugiere una fuerte conexión entre la salud intestinal y la salud mental, lo que significa que las náuseas o los vómitos pueden estar relacionados con la ansiedad o los síntomas depresivos.
La ansiedad y los malestares estomacales no tienen que ser elementos permanentes en su vida. Comprender el vínculo y las posibles soluciones podría ayudarlo a calmar tanto su mente como sus entrañas.
Respuesta corta: sí. Pero, por lo general, los vómitos solo ocurren en casos de ansiedad extrema.
“Las náuseas, que preceden a los vómitos, son uno de los síntomas más comunes de la ansiedad”, dice Wendi Koslowski, LPC, directora clínica del Pathlight Mood and Anxiety Center.
“Cuando alguien tiene ansiedad, se envían señales por todo el cuerpo (incluido el estómago) relacionadas con la respuesta de lucha o huida”, explica Koslowski. “Estas señales son un proceso biológico normal y automático para preparar el cuerpo para enfrentar una crisis… y alteran la forma en que el estómago y el intestino procesan y digieren los alimentos, causando náuseas”.
La investigación también ha encontrado que la ansiedad y la anticipación están asociadas con las náuseas.
Un estudio anterior de 2009 de muchas personas con problemas intestinales encontró que el 41 % de las personas que experimentaban náuseas también tenían un trastorno de ansiedad.
Es importante tener en cuenta que no es necesario que estés en una situación que ponga en peligro tu vida para tener náuseas. Piense en esa sensación de malestar que puede tener antes de tomar una prueba o hablar en público.
En algunos casos, cuando la ansiedad es extrema o tienes un ataque de pánico, las náuseas pueden volverse tan intensas que vomitas o tienes arcadas.
“Los vómitos son mucho menos comunes que las náuseas”, dice Koslowski. “No es un síntoma raro de ansiedad, pero tampoco común”.
También es posible que la ansiedad desencadene más fácilmente náuseas y vómitos en personas con una afección gastrointestinal (GI) existente, como el síndrome del intestino irritable (SII) o malestar estomacal crónico.
El vómito puede aliviar la ansiedad, pero no necesariamente. Según Koslowski, lo que realmente brinda alivio es una sensación de control sobre las respuestas automáticas de su cuerpo.
“Tener un resultado tangible de vomitar también puede ser increíblemente valioso cuando los que te rodean, o tú mismo, minimizan la experiencia de la ansiedad”, explica Koslowski. “La experiencia de vomitar puede hacer que tu experiencia interna se sienta ‘real’”.
Koslowski explicó cómo la validación y la conexión con los demás disminuyen la angustia y brindan alivio dentro y fuera de las crisis.
“Muchas personas de apoyo en nuestras vidas saben cómo ayudar cuando estamos enfermos, pero ese no es siempre el caso cuando nuestra enfermedad no se exterioriza”, dice Koslowski.
Tener un resultado físico externo de ansiedad hace que sea obvio que estamos angustiados, lo que podría hacer que las personas que nos rodean nos brinden más apoyo. Ese apoyo comunitario adicional puede disminuir la ansiedad.
“No se cree que los vómitos ocasionales sean peligrosos”, comienza Koslowski, “pero si ocurren con más frecuencia, especialmente durante períodos prolongados, pueden volverse peligrosos”.
Los riesgos físicos de las purgas frecuentes relacionadas con la ansiedad incluyen:
“Los vómitos regulares por ansiedad pueden causar más ansiedad y miedo, y luego este miedo puede aumentar la frecuencia de los ataques de ansiedad”, explica Koslowski. “Este circuito de retroalimentación puede ser difícil de detener una vez activado”.
Si su respuesta de lucha, huida o congelación está activada, piense en respirar profundamente unas cuantas veces. Existen opciones de acción rápida y a largo plazo para ayudarlo a dejar de vomitar por la ansiedad.
A corto plazo:
- Trate de moverse diariamente (p. ej., dar un paseo, estirarse, hacer respiraciones abdominales).
- Controle lo que come (p. ej., alimentos suaves y no fritos hasta que hayan pasado las náuseas).
- Calma tu estómago conté de menta o manzanilla.
- Considere medicamentos recetados y de venta libre para reducir las náuseas.
- Distráigase por unos minutos escuchando su canción favorita, contando hacia atrás desde 100 o hablando con un amigo.
- Aproveche la respiración profunda o la meditación para calmar su ansiedad.
Para un alivio a largo plazo, la mejor manera de detener los vómitos por ansiedad es abordar su ansiedad de frente. Para hacer eso, es posible que desee considerar hablar con un profesional de salud mental.sobre tu experiencia.
“La buena noticia es que existen muchas intervenciones de tratamiento para la ansiedad basadas en la evidencia”, ofrece Koslowski. Esto incluye la terapia conductual cognitiva (TCC) y la prevención de exposición y respuesta (ERP).
Hay varias formas de manejar su ansiedad, lo que significa que incluso si algunas no le parecen adecuadas, es muy probable que encuentre algunas que sí lo hagan. Algunas ideas incluyen:
Es común que las personas con ansiedad sean duras consigo mismas cuando surgen los síntomas. En cambio, trata de mostrarte compasión y enfrentar tu ansiedad con curiosidad en lugar de juzgar.
Si a veces siente náuseas y ansiedad al mismo tiempo, sepa que hay soluciones disponibles para que la sensación no regrese (o al menos desaparezca más rápido). Incluso en momentos de crisis, hay pasos que puede seguir para sentirse más tranquilo.
Como punto de partida, considere monitorear su experiencia con los vómitos y la ansiedad, y pruebe algunas de las herramientas mencionadas anteriormente para ver cuáles lo ayudan a encontrar alivio.
Si bien las soluciones a corto plazo son útiles en el momento, disminuir los vómitos inducidos por la ansiedad a largo plazo requiere llegar al fondo de su ansiedad.
Recuerde, siempre hay profesionales que están listos y dispuestos a ayudarlo a recuperar el control y encontrar la paz en su mente y cuerpo.