Enfrentarse a un cliente que se resiste o posiblemente es hostil al proceso terapéutico o al terapeuta puede ser inquietante y desafiar el éxito del tratamiento (Clay, 2017).
Sin embargo, el terapeuta debe tener cuidado. Etiquetar el comportamiento como resistente puede resultar de una falta de conocimiento o habilidades terapéuticas, y una respuesta inadecuada a la situación puede dañar el progreso del cliente (Shallcross, 2010).
Las interacciones reconfiguradas e incómodas pueden fortalecer la relación terapéutica y el tratamiento posterior, y fomentar el crecimiento del cliente.
Este artículo explora la resistencia en terapia, el potencial del terapeuta para reducir su impacto negativo y su uso como parte del proceso de terapia.
Antes de continuar, pensamos que le gustaría descargar nuestros tres ejercicios de psicología positiva de forma gratuita. Estos ejercicios basados en la ciencia exploran aspectos fundamentales de la psicología positiva, incluidas las fortalezas, los valores y la autocompasión, y le brindarán las herramientas para mejorar el bienestar de sus clientes, estudiantes o empleados.
¿Qué es la resistencia al cambio?
Si bien algunos clientes pueden tener inconsciente resistencia (también conocida como transferencial) a la terapia, otros tienen “una oposición consciente y deliberada a las iniciativas terapéuticas que no logran comprender o aceptar” (Austin & Johnson, 2017).
Tal resistencia u objeción, tanto al terapeuta como a la terapia, a veces se denomina «resistencia realista» e incluye la oposición a (Rennie, 1994):
- El enfoque general de la terapia del terapeuta.
- Técnicas específicas en sesión
- Algunos de los términos utilizados por el terapeuta
Al tener un problema con el enfoque general para la terapia es un obstáculo que puede necesitar un enfoque específico, el terapeuta puede moderar las dificultades con las técnicas y los términos de la sesión construyendo una relación de trabajo sólida entre el terapeuta y el cliente (Austin & Johnson, 2017).
Quizás el mayor problema no sean tanto las objeciones del cliente, sino su potencial invisibilidad. El cliente puede reclamar e incluso parecer estar de acuerdo con el proceso de la terapia y las recomendaciones del terapeuta, pero mantener oculto su desacuerdo.
Sin embargo, es probable que los terapeutas observadores detecten actos encubiertos de resistencia cuando el cliente (Ackerman & Hilsenroth, 2001):
- Utiliza declaraciones que distancian al terapeuta.
- Evita temas particulares
- Se retira físicamente de la conversación.
La capacitación y la experiencia pueden ayudar a los profesionales de la salud mental a reconocer los actos sutiles de desafío, abordarlos y fortalecer la colaboración con el cliente (Austin & Johnson, 2017).
2 ejemplos de resistencia al cambio
Los siguientes dos ejemplos del mundo real brindan información sobre los tipos de resistencia que un psicólogo puede enfrentar:
- Después de 15 años como terapeuta, Kirk Honda experimentó su peor caso de resistencia al trabajar con dos padres y una hija. El padre, molesto por el proceso, comenzó a atacar verbalmente a Honda y, al poco tiempo, la hija se unió. Sudando y sintiéndose a punto de tener un ataque de pánico, Honda dijo que casi sale corriendo de la oficina (Clay, 2017).
Al recuperar la compostura, eventualmente pudo reparar la relación terapéutica, pero lo dejó conmocionado y cuestionando su competencia. Al reflexionar, Honda se dio cuenta de que la resistencia, aunque incómoda, puede ser un camino valioso hacia el éxito en la terapia (Clay, 2017).
- El terapeuta Robert Wubbolding ofrece el ejemplo de un adolescente resistente que toma drogas, abandona la escuela y se rebela contra la escuela y los padres.
“La autoevaluación es clave para lidiar con la resistencia”, dice Wubbolding (Shallcross, 2010).
Conectar con el cliente y entender su percepción como víctima con poco control es vital. Luego, el terapeuta puede ayudar al cliente a darse cuenta de que el camino que ha seguido no lo ha ayudado, o ha empeorado las cosas, y puede ser hora de probar un nuevo enfoque.
La resistencia del cliente puede tomar diferentes formas, incluyendo (Miller, 1999):
- Discutir: el cliente cuestiona la precisión de lo que dice el terapeuta, cuestiona su experiencia y autoridad, y actúa con hostilidad.
- Interrumpir: el cliente interrumpe repetidamente al terapeuta hablándole o cortándolo.
- Negación: el cliente no está dispuesto a reconocer los problemas, aceptar la responsabilidad o aceptar consejos; por ejemplo:
- Culpar a los demás de sus propios problemas
- Poner excusas por su comportamiento.
- No estar dispuesto a cambiar
- Ignorar: el cliente ignora al terapeuta al no prestar atención, al no responder, al no dar una respuesta audible o al cambiar la dirección de la conversación.
Razones para la Resistencia: 3 Teorías y Modelos Psicológicos
Si bien las rupturas en la alianza terapéutica a menudo son inevitables, pueden obstruir la participación del cliente y dificultar el proceso terapéutico. Tal resistencia puede resultar de (Safran, Crocker, McMain, & Murray, 1990):
- Usar técnicas que no resuenan con el cliente
- No poder seguir o hacer lo que el cliente espera o quiere
El cliente también puede intentar evitar temas específicos, conocidos como ‘resistencia colusoria’. O pueden presentarse como psicológicamente frágiles y buscar una reacción del terapeuta (Austin & Johnson, 2017).
Varias teorías intentan explicar la resistencia en psicoterapia. Si bien difieren en sus causas supuestas y en cómo tratar a los pacientes resistentes, reconocen comportamientos similares como resistentes (Beutler, Moleiro y Talebi, 2002).
Incluyen:
Modelo psicoanalítico de resistencia
El modelo de Freud sugiere que la resistencia resulta de la confrontación del paciente con conflictos irresolubles.
De acuerdo con este marco teórico, el yo tiene varias defensas específicas, como “la negación, la sublimación, el aislamiento, la intelectualización, el desplazamiento, la regresión, la proyección y la formulación reactiva” (Leahy, 2003).
Como resultado, los clientes pueden no ser conscientes de sus problemas reales porque sus defensas proteger desde la verdad, exhibida como resistencia (Leahy, 2003).
Modelos conductuales de resistencia
Puede que a los conductistas no les guste el término resistencia, pero reconocen que los clientes a menudo no cumplen con las instrucciones terapéuticas (Leahy, 2003).
De acuerdo con el modelo conductual, la “incapacidad del paciente para cumplir con la terapia puede ser el resultado de refuerzos inapropiados o contingencias de refuerzo” (Leahy, 2003). El comportamiento resistente puede ocurrir cuando las acciones positivas no se refuerzan inmediatamente o el cliente tiene que esperar el resultado deseado.
Modelos cognitivos de resistencia
En modelos cognitivos como el de Albert Ellis, la resistencia suele ser el resultado de expectativas poco realistas y otras creencias irracionales.
Según tales modelos, la resistencia, como otras creencias irracionales, requiere una confrontación frontal. Se debe ayudar al cliente a abandonar las creencias irracionales para seguir adelante (Leahy, 2003).
Cómo tratar con clientes difíciles y resistentes
Si bien la resistencia puede interferir con la colaboración y la terapia, no debería hacer que se detenga.
Tan terapéutico rupturas pueden servir como vehículos “que pueden usarse para profundizar el vínculo terapéutico y promover el crecimiento” (Austin & Johnson, 2017). Permiten que tanto el cliente como el terapeuta practiquen habilidades de resolución de conflictos interpersonales y promuevan el crecimiento que puede no ocurrir en su ausencia.
El proceso de resolución puede anular los esquemas interpersonales desadaptativos a largo plazo del cliente.
El terapeuta no debe evitar situaciones que pongan en riesgo el proceso, sino trabajar para abordar la resistencia (comunicada directa o indirectamente). A menos que sea confrontado, el terapeuta corre el riesgo de fortalecer la necesidad del cliente de crianza más bien que crecimiento (Safran et al., 1990).
Hay varias formas de “fomentar el crecimiento fomentando la agencia del cliente” (Austin & Johnson, 2017):
- Permitir que el cliente encuentre y desarrolle sus habilidades y medios para abordar los problemas.
- Use preguntas abiertas para ayudar al cliente a explorar su experiencia personal sin influencia.
- Deje que el cliente se siente y experimente en silencio sus emociones, incluso las incómodas.
Los consejeros expertos equilibran la forma en que manejan las respuestas de evitación, manteniéndose sensibles a las necesidades y sentimientos del cliente mientras abordan la razón por la cual están en terapia.
Pero esto no es fácil; puede ser agotador y frustrante.
Varias técnicas y estrategias pueden ayudar a los terapeutas a mantener la calma y manejar el proceso terapéutico desafiante y potencialmente dañado (Clay, 2017).
cálmate
Contraatacar escalará rápidamente una situación que ya es difícil. Más bien que reacciona a esotome conciencia de su estado emocional y físico (confusión, pavor, corazón acelerado, etc.) y haga una pausa, aunque sea brevemente.
Las prácticas diarias de atención plena pueden ayudarlo a mantenerse conectado con sus valores como terapeuta y ser más consciente de sus sensaciones y pensamientos.
Expresar empatía
Mientras lo desafía, valide lo que el cliente está diciendo. Dígales que lamenta haber hecho algo que los enojó o que sienten que no es útil.
Es crucial sonar genuino y auténtico para evitar una mayor escalada. Una vez que se reconozca la emoción, aclare que no es aceptable maldecir, comportarse amenazante, no presentarse o negarse a pagar por los servicios.
Replantear la resistencia
Si el cliente se resiste y el terapeuta se irrita o se enfada, hay dos personas peleándose entre sí y la relación terapéutica se rompe.
En su lugar, anime al cliente a explorar y explicar sus sentimientos y demuéstrele que los reconoce y los comprende.
cultivar la paciencia
Como terapeuta, puede ser útil recordar que usted está allí para soportar la carga del dolor de su cliente.
Recordar el panorama general puede ayudarlo a manejar la frustración mientras desarrolla paciencia que puede ser valiosa en esta situación y más allá.
Buscar el apoyo de los compañeros
Todos los profesionales de la salud mental tienen clientes desafiantes.
Compartir historias (confidencialmente) puede eliminar los sentimientos de aislamiento, generar sugerencias positivas e identificar técnicas valiosas.
Considere terminar la relación
En última instancia, las necesidades del cliente son primordiales.
Si el cliente realmente cree que el terapeuta no lo está conociendo, puede ser el momento de terminar la relación y derivarlo a otro profesional.
Reducir y abordar la resistencia: 7 ejercicios
Según la Asociación Estadounidense de Consejería, existen varios ejercicios y enfoques que los consejeros pueden usar para manejar y reducir el impacto negativo de la resistencia (Shallcross, 2010):
- Enfoque de la realidad
El terapeuta debe animar al cliente a ver que el enfoque de resistencia es inútil y no tiene ningún beneficio a largo plazo.
Pregunte al cliente cómo lo tratan los demás en su entorno. Averigüe “cómo los oprimen, los rechazan, les hacen demandas irrazonables y los controlan” (Shallcross, 2010).
Animar al cliente a autoevaluarse. Pregúnteles qué técnicas han usado en el pasado para hacer frente y manejar la situación y si tuvieron éxito.
El consejero debe tratar de conectarse con la realidad del cliente en lugar de centrarse en su propia agenda. Luego pueden animar al cliente a reconocer que, si bien no puede controlar el comportamiento de los demás, puede controlar el suyo propio, y que el terapeuta puede ayudar.
- Calle de doble sentido
Los consejeros y terapeutas pueden desempeñar un papel en la resistencia del cliente.
Según Clifton Mitchell, profesor de la Universidad Estatal de East Tennessee, “La resistencia va en dos sentidos. El desafío es encontrar formas más creativas y efectivas de interactuar” (Shallcross, 2010).
El resultado de la terapia a menudo se decide mediante la gestión de los obstáculos y desafíos encontrados durante el proceso.
Las siguientes técnicas pueden ayudar a formar una caja fuerte…