Uso de la teoría y las habilidades de la autoconciencia en psicología

¿Qué tan autoconsciente eres?

Hacer y reflexionar sobre esa pregunta es un ejemplo de autoconciencia.

¿Con qué frecuencia te encuentras participando en este tipo de reflexión?

Si respondió «no a menudo», entonces este artículo es perfecto para usted.

Si respondió, ‘¡todo el tiempo!’ este artículo también es perfecto para ti.

¿Por qué? Porque la autoconciencia es una habilidad que, como un músculo, necesita un buen entrenamiento para mantenerse fuerte y flexible.

El gurú de la inteligencia emocional Daniel Goleman dijo una vez:

Si tus habilidades emocionales no están a la mano, si no tienes autoconciencia, si no eres capaz de manejar tus emociones angustiosas, si no puedes tener empatía y tener relaciones efectivas, entonces no importa cuán inteligente seas. , no vas a llegar muy lejos.

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¿Qué es la teoría de la autoconciencia? Una definicion

La Asociación Estadounidense de Psicología (nd) define la teoría de la autoconciencia como “las consecuencias de centrar la atención en uno mismo”. Gran parte de la investigación y la literatura disponible en la actualidad distingue entre dos tipos de autoconciencia: subjetiva y objetiva.

La autoconciencia subjetiva es la idea de que somos la fuente de todas nuestras percepciones y comportamientos. El mundo gira a nuestro alrededor en función de nuestras observaciones y experiencias.

Los investigadores Duval y Wicklund, sobre quienes leerá más adelante, buscaron definir la autoconciencia objetiva. Es la idea de que nos comparamos con los demás y algún estándar de comportamiento correcto. Estas comparaciones de comportamientos, actitudes y rasgos contribuyen a nuestro sentido de autoconciencia (Asociación Americana de Psicología, sin fecha).

¿Qué nos llevó a esta comprensión de la autoconciencia? ¿Cuándo comienza realmente la autoconciencia? ¿Qué sucede cuando alguien no es consciente de sí mismo?

En el resto de este artículo, profundizaremos en algunas de las posibles respuestas. Mientras lo hacemos, puede reflexionar sobre sus creencias sobre la autoconciencia. Por favor, siéntase libre de compartirlos en la sección de comentarios.

Autoconciencia objetiva en psicología

A fines del siglo XIX, William James hizo una distinción entre el yo subjetivo y el objetivo.

Desde entonces, la autoconciencia ha sido el interés de muchos psicólogos (Brownell, Zerwas y Ramani, 2007). La búsqueda para definir cuándo emerge el yo, por qué es importante y qué significa en nuestro desarrollo está en curso.

Desde la perspectiva de la teoría del desarrollo, los niños se vuelven conscientes de sí mismos alrededor de los 18 meses (Brownell et al., 2007). Este período marca el comienzo de los «terribles dos años» que muchos padres conocen muy bien. Su hijo comienza a comportarse de manera más independiente. Se ven separados de los demás y se reconocen en los espejos. Su nueva palabra favorita es ‘no’. Este es un ejemplo de conciencia subjetiva.

Rochat (2003) afirmó que existen cinco niveles de autoconciencia en las primeras etapas de la vida de un niño. Estos ocurren secuencialmente alrededor de la edad de cuatro o cinco años.

Están:

Nivel 0 – Confusión. El niño es incapaz de ver una diferencia entre sí mismo y el reflejo de sí mismo.
Nivel 1 – Diferenciación. El niño comienza a comprender que el espejo es un reflejo del entorno. Ven que algo es diferente.
Nivel 2 – Situación. Esto marca el comienzo de la comprensión de la singularidad del yo, como se ve en un espejo. El niño reconoce que el reflejo está “ahí fuera” en relación con su cuerpo real.
Nivel 3 – Identificación. El reconocimiento de que la imagen del espejo es el yo se vuelve más claro.
Nivel 4 – Permanencia. El niño se reconoce a sí mismo en imágenes y videos, incluso cuando ese yo es el yo más joven.
Nivel 5 – Autoconciencia o “meta” autoconciencia. El niño es consciente de sí mismo y de cómo los demás lo perciben.

La autoconciencia objetiva, según la Asociación Estadounidense de Psicología (nd), es “un estado reflexivo de atención centrada en uno mismo”. Implica evaluarse uno mismo en comparación con los demás y luego corregir comportamientos y creencias según sea necesario. Cuando existen diferencias entre nuestro ser ideal y real, experimentamos malestar. Para arreglar esto, miramos fuera de nosotros mismos a los demás.

Entonces, teniendo en cuenta los niveles de Rochat (2003), la autoconciencia objetiva ocurre después del nivel cinco. La autorregulación, otro concepto clave en la literatura sobre el desarrollo, es más difícil sin una autoconciencia objetiva. La autorregulación es nuestra capacidad de controlar nuestras acciones e impulsos. Las personas que pueden hacer esto tienen más probabilidades de lograr sus objetivos. También tienden a cumplir con estándares específicos de comportamiento. Encuentre más herramientas de autorregulación aquí.

Una mirada a la obra de Duval y Wicklund

En 1972, Duval y Wicklund desarrollaron la idea de la autoconciencia objetiva. Afirmaron que en un momento dado, una persona puede estar centrada en sí misma o en los demás. Además, creían que el enfoque interno implicaba comparar el yo con los estándares.

Estos estándares surgen de las interacciones con el entorno externo. Una vez internalizado, el individuo puede hacer ajustes a sus pensamientos y comportamientos. Cuanto más centrada en sí misma es una persona, más consciente se vuelve.

Para probar sus ideas, realizaron una serie de experimentos. En un estudio, buscaron determinar si las opiniones y el desempeño cambiarían si el sujeto se volviera más consciente de sí mismo. Una serie de tres experimentos demostró que este es el caso (Wicklund y Duval, 1971).

Los sujetos que fueron grabados, expuestos a una cámara de televisión o frente a un espejo mientras realizaban una tarea mostraron una mayor conciencia de sí mismos. Las opiniones de los sujetos se alinearon con un estándar específico (experimento 1 y 2), o su desempeño mejoró (experimento 3).

La investigación de Duval y Wicklund es la base de la investigación contemporánea en el área de la autoconciencia en general y la autoconciencia objetiva en particular. Su trabajo demostró que era posible el estudio empírico de la atención centrada en uno mismo (Morin, 2011).

Una mirada a la teoría en psicología social

La psicología social es una rama de la psicología que estudia las interacciones humanas.

Por lo tanto, tiene sentido que la autoconciencia sea de interés para estos investigadores. Los científicos quieren saber los orígenes y efectos de nuestras interacciones.

Es importante comprender la interacción entre el aumento de la autoconciencia y los estándares.

Algunas preguntas exploradas por los psicólogos sociales incluyen:

  • ¿Existe tal cosa como una comparación automática del yo con los estándares (Silvia & Phillips, 2013)?
  • ¿Cuáles son los efectos de la autoconciencia pública y privada sobre la desindividuación y la agresión (Prentice-Dunn & Rogers, 1982)?
  • ¿Cómo afecta la autoconciencia al liderazgo (Showry & Manasa, 2014)?
  • ¿El comportamiento del consumidor se ve afectado por la autoconciencia? Si es así, ¿cómo (Ertimur & Lavoie, 2019)?
  • ¿Cómo afecta la cultura a la autoconciencia (Heine, Takemoto, Moskalenko, Lasaleta y Henrich, 2008)?

El estudio de la autoconciencia dentro de la psicología social está en curso. Es un área llena de investigación dinámica y no está exenta de críticas (Silvia & Duval, 2001). Silvia y Duval destacan tres áreas que necesitan más atención:

  • Cómo influyen las expectativas en el enfoque y la evitación de las discrepancias autoestándar
  • La naturaleza de las normas
  • El papel de la atribución causal en la reducción de discrepancias

7 ejemplos de la teoría de la autoconciencia

La autoconciencia también es estar «sintonizado» contigo mismo en relación con los demás. Si usted es un jefe que no escucha a su personal, es posible que no se dé cuenta de la percepción que tienen de usted. Una herramienta de gestión que se utiliza a menudo para abordar esto es la retroalimentación de 360 ​​grados.

Algunos otros ejemplos de la teoría incluyen nuestra conciencia de:

  • Nuestras acciones en el momento
  • Actitudes sobre nuestras acciones en el momento.
  • Nuestras emociones en el momento
  • Cómo queremos que los demás nos perciban
  • nuestra apariencia
  • Conflictos internos (p. ej., entre tus creencias y acciones)
  • Nuestras creencias y valores
  • Actitudes, sentimientos y creencias de otras personas.

La incapacidad para desarrollar la autoconciencia puede hacer que las situaciones sean incómodas para los demás. También puede conducir a un mayor conflicto.

Para algunas personas, su falta de autoconciencia está fuera de su control, como aquellas con ciertas enfermedades neurodegenerativas (p. ej., enfermedad de Alzheimer, otras formas de demencia, anosognosia, esquizofrenia y trastorno bipolar), trastornos neurológicos y del desarrollo (p. ej., trastorno del espectro autista) y lesión cerebral.

En algunas de estas situaciones, una persona aún puede aprender a ser más consciente de sí misma (Huang et al., 2017; Shany-Ur et al., 2014).

¿Qué es la teoría de la autopercepción y en qué se diferencia?

Daryl Bem (1972) desarrolló una teoría de la formación de actitudes humanas básicas: las personas observan su propio comportamiento y luego deciden qué actitudes causaron el comportamiento.

No se requiere ni es necesaria ninguna experiencia. Bem creía que las personas usan este mismo enfoque cuando interpretan el comportamiento de los demás. El comportamiento sucede; sigue la emoción.

Por ejemplo, prueba esto:

Mírate en un espejo y frunce el ceño. Haga esto durante varios minutos. Luego, pregúntate cómo te sientes. ¿Estás enojado? ¿Irritable? ¿Molesto? Tu comportamiento condujo a la emoción.

Otro ejemplo es la idea detrás fingiendo hasta que lo logres. Tal vez haya tenido un día horrible, pero debido a que aceptó asistir a una función social, se siente obligado a presentarse. Después de llegar, la gente hace lo que todos esperan. Te saludan, tú los saludas y todos sonríen. Antes de que te des cuenta, te habrás olvidado de lo que te irritó. Se siente más feliz o menos irritado porque imitó el comportamiento esperado de «asentir con la cabeza y sonreír».

Una diferencia entre las dos teorías es que la autopercepción afirma que el comportamiento precede a la emoción. Esto sucede sin una comparación explícita con las actitudes o comportamientos de los demás.

¿Qué son las habilidades de autoconciencia?

Daniel Goleman (2012) describe las habilidades de autoconciencia como “saber lo que estamos sintiendo y por qué. Son la base para una buena intuición y toma de decisiones. [Self-awareness] es una brújula moral”. Su teoría de la inteligencia emocional (Hay Group, 2005) describe tres competencias involucradas en la autoconciencia:

  • Autoconciencia emocional: reconocer nuestras propias emociones y sus efectos.
  • Autoevaluación precisa: conocer nuestras propias fortalezas y límites
  • Confianza en uno mismo: tener un fuerte sentido de nuestro propio valor y capacidades.

Estas tres habilidades son fundamentales para el desarrollo de la inteligencia emocional (Goleman, 2012). Ya entendemos que los humanos somos animales sociales. Nuestra comunicación a menudo ocurre a un nivel inconsciente (Mlodinow, 2012).

Piensa en un momento en el que no estabas teniendo un buen día. ¿Con quién te comunicaste? No importa si la persona te conocía bien o no. En la mayoría de los casos, los humanos son muy precisos para detectar la comunicación inconsciente. Ser más consciente de sí mismo puede conducir a un mayor éxito relacional dentro de nuestras diversas comunidades.

7 formas de mejorar las habilidades de autoconciencia

Hemos abordado algunas de las investigaciones sobre el papel que juega la autoconciencia en nuestras vidas.

Ahora, la pregunta es, h¿Cómo mejoramos en esta habilidad? Afortunadamente, hay varias maneras de hacer esto.

Puede probar cada una de las siguientes estrategias para determinar cuál se adapta mejor a usted:

  1. aprender a meditar. Si esto parece desalentador, comience con tan solo 30 segundos de respiración lenta y profunda.
  2. Buscar retroalimentación. A veces, no conocemos nuestras fortalezas o debilidades. Preguntar a otros nos ayuda a ver dónde podemos mejorar y dónde ya sobresalimos.
  3. Aprende a escribir, rastrear y analizar tus…