Características de la Consejería y los Consejeros Efectivos

La consejería, la terapia y la psicología a menudo son estereotipadas por la sociedad con conceptos erróneos y estigmas.

Sin embargo, la terapia eficaz, el asesoramiento de calidad y la psicoterapia se tratan de una relación, el desarrollo de habilidades, el aprendizaje de técnicas y la mejora del concepto que tenemos de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.

La consejería efectiva ayuda a aliviar la angustia, desarrollar la resiliencia, mejorar la autoestima y, en última instancia, mejorar la vida. Cuanto más exitoso sea este proceso, más fácil será demostrar que los conceptos erróneos son erróneos y ver y aceptar la terapia y el asesoramiento en su verdadera luz.

Entonces, veamos algunas de las características, rasgos y técnicas de los consejeros efectivos.

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3 Características de la Consejería

La consejería es un proceso entre un cliente y un terapeuta para explorar las dificultades, aprender a ver las cosas con claridad y facilitar un cambio positivo (Sexton, 1996).

El proceso se basa en una relación de confianza, confidencialidad y respeto mutuo. La práctica de la consejería tiene raíces en las tradiciones humanísticas, conductuales y cognitivas. Todo lo cual también se ve y se utiliza en la psicología positiva.

Hay mucha investigación para apoyar los enfoques prácticos de la consejería. El término “mejores prácticas” significa que la evidencia empírica respalda la efectividad de enfoques y técnicas específicas.

La consejería basada en evidencia apoya los componentes de arte/ciencia e investigación/práctica del campo. Las investigaciones respaldan claramente los beneficios de la consejería individual, grupal y familiar para una amplia variedad de problemas.

Es especialmente importante hacer coincidir ciertos problemas del cliente con enfoques de asesoramiento específicos para obtener el mejor resultado (Sexton, 1996).

Orientación teórica y asesoramiento efectivo

Algunos factores comunes de la consejería efectiva importan mucho más que la orientación teórica específica. Sin embargo, las orientaciones teóricas pueden enfatizar el entorno/antecedentes, las emociones, el comportamiento o los pensamientos.

El psicoanálisis, así como la psicología junguiana y alderiana, son orientaciones teóricas que enfatizan el trasfondo.

Los enfoques teóricos basados ​​en la emoción son la psicología rogeriana (o centrada en la persona), la psicología existencial y la terapia gestalt.

La terapia cognitiva y la terapia conductual racional emotiva se centran en los pensamientos.

Los enfoques que se enfocan en los pensamientos y comportamientos incluyen la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), la Terapia Dialéctica Conductual, la Terapia de Aceptación y Compromiso y la Terapia Breve Centrada en Soluciones.

Factores comunes

Lambert (1991) encontró que el 30% de los resultados efectivos de la consejería provienen de “factores comunes”: el 15% de las expectativas del cliente y el 15% de técnicas psicológicas específicas.

Los factores comunes se pueden dividir en tres grandes áreas:

  1. El valor del aprendizaje o psicoeducación. Esto se hace a través de la experiencia afectiva, la corrección de las experiencias emocionales y la adquisición de habilidades.
  2. El valor de apoyo de una relación de asesoramiento colaborativo, o lo que Carl Rogers llamó la alianza terapéutica.
  3. La acción ocurre a través del cambio de comportamiento, creando experiencias exitosas, regulación del comportamiento y dominio.

Psicoeducación

La psicoeducación es el proceso de proporcionar información a los individuos en terapia.

Cuando las personas comprenden las condiciones de salud mental, los beneficios de los tratamientos específicos y la investigación que respalda las técnicas de afrontamiento, desarrollan un lugar de control interno para trabajar hacia el bienestar mental y emocional.

La mayoría de los clientes tienen poco conocimiento sobre la salud mental y emocional ni sobre qué esperar de la terapia. La educación básica sobre problemas mentales y emocionales puede conducir a una mejor comprensión de cómo se pueden implementar técnicas para aliviar la angustia y mejorar el bienestar general.

Los consejeros pueden brindar esta educación a través de una combinación de enseñanza cara a cara y capacitación en habilidades, así como alentando a sus clientes a participar en intervenciones psicoeducativas entre sesiones de asesoramiento. En este sentido, la psicoeducación puede servir para complementar y apoyar aspectos del proceso de consejería.

Por ejemplo, al usar una aplicación de asesoramiento de atención combinada como Quenza, los consejeros pueden compartir ejercicios de reflexión a su propio ritmo, meditaciones de audio guiadas y una variedad de otras actividades con sus clientes digitalmente. Los clientes pueden completarlos a su propio ritmo usando su teléfono inteligente o tableta, lo que podría tener una variedad de beneficios para promover su aprendizaje y progreso hacia sus objetivos.

Un estudio mostró que cuando se administraba psicoeducación a pacientes con esquizofrenia, ayudaba a reducir las tasas de hospitalización y disminuía la cantidad de días que el paciente pasaba en el hospital (Bauml, Frobose, Kraemer, Rentrop y Pitschel-Walz, 2006).

Alianza terapéutica

Carl Rogers describió los factores necesarios para desarrollar la alianza terapéutica en 1957. Rogers (1957) afirma que un consejero debe estar genuinamente involucrado en la relación terapéutica, tener una consideración positiva incondicional, sentir empatía y comunicar estas actitudes.

La alianza terapéutica también se describe como el factor relacional en la consejería que incluye el consenso de objetivos, la colaboración de tareas relacionadas con la consejería y el vínculo emocional (Meyers, 2014). Se ha demostrado que la primera impresión y la formación temprana de la alianza terapéutica es uno de los predictores más significativos del éxito de la psicoterapia (Horvath, 2001).

Este vínculo positivo implica confianza mutua, simpatía, respeto y cariño e incluye el establecimiento de metas para la terapia que ambas partes están igualmente comprometidas a alcanzar. Crea un sentido de responsabilidad compartida e inversión en el proceso.

Además, Hill y Knox (2001) explican que esta relación evoluciona a medida que el consejero usa técnicas apropiadas que intensifican la participación del cliente, aumentan la influencia del terapeuta y, por lo tanto, fortalecen la alianza. Los procedimientos de apoyo y atractivos permiten que el cliente se involucre más en el proceso.

Cambio de comportamiento

El cambio de comportamiento es un componente crítico del proceso de consejería. Crear una estrategia para el cambio de comportamiento es un componente crucial de cada tipo de terapia establecida, incluida la TCC, la terapia centrada en la persona e incluso el psicoanálisis (Schueller, 2009).

El cambio de comportamiento se puede lograr a través de la excitación emocional, el compromiso y la regulación ambiental.

La toma de conciencia es un gran punto de partida para los clientes. Este enfoque invita a los clientes a explorar dónde están, cómo sus acciones y actitudes influyen en sus emociones y salud, y en qué quieren convertirse.

Otra forma efectiva de crear un cambio de comportamiento es la auto-reevaluación. Examinar las creencias fundamentales de un cliente con esta hoja de trabajo de creencias fundamentales es una excelente manera de comenzar la auto-reevaluación.

6 Características de un Buen Consejero

Hay seis características personales que son fundamentales para los buenos consejeros y deben mejorarse continuamente.

Estos incluyen tener buenas habilidades interpersonales y ser digno de confianza, flexible, esperanzado/optimista, culturalmente sensible y consciente de sí mismo.

1. Habilidades interpersonales

Los consejeros deben ser capaces de expresarse con claridad y eficacia. Es importante no solo poder educar a los clientes sobre temas terapéuticos, sino también medir la comprensión del cliente en un momento dado.

Ser capaz de sentir lo que los clientes están pensando y sintiendo y relacionarse con ellos mostrando calidez, aceptación y empatía son los pilares de una terapia eficaz. Puedes aprender y mejorar las habilidades interpersonales y la empatía descargando nuestros Ejercicios de Inteligencia Emocional.

2. Confianza

Según Hill y Knox (2001), la mayoría de las personas determinan si pueden confiar en alguien dentro de los 50 milisegundos de haberlo conocido. Los consejeros deben poder comunicar verbal y no verbalmente que son dignos de confianza.

Los clientes necesitan sentirse cómodos compartiendo información privada y confidencial y partes de sí mismos que a menudo los demás desconocen por completo. Tener fe en la calidad de la relación y la confidencialidad de lo que se revela conduce a una conexión más profunda con el terapeuta.

3. Flexibilidad

Un buen consejero creará un plan de tratamiento significativo que sea individualizado para cada cliente. Esto significa que el consejero no debe seguir un programa rígido de tratamiento o tener un enfoque de «talla única».

Prochaska y Norcross (2001) encontraron que algunos tratamientos son mejores que otros para tipos específicos de trastornos. Hacer coincidir el tratamiento con la etapa de preparación del cliente es la forma más efectiva de implementar técnicas terapéuticas. Además, los consejeros deben poder adaptarse y cambiar de rumbo si el tratamiento no funciona para el cliente.

4. Esperanza y optimismo

La esperanza es un motivador maravilloso. Los consejeros eficaces pueden encontrar un equilibrio entre el realismo y la esperanza.

Un buen consejero establecerá metas realistas que involucren al cliente e inspiren una perspectiva más optimista.

A medida que se alcancen las metas alcanzables, los clientes desarrollarán un sentido de resiliencia y confianza que puede ayudar en todas las áreas de la vida. Estos rasgos explican por qué la psicología positiva es un método tan efectivo para mejorar la salud emocional.

5. Sensibilidad multicultural

La Asociación Estadounidense de Psicología recomienda que los terapeutas adapten el tratamiento a los valores culturales del cliente y muestren respeto por las diferencias, creencias y actitudes.

Cuando se trabaja con clientes, es importante ser educado y sensible a cuestiones de raza, género, etnia, orientación sexual, religión y antecedentes culturales.

6. Autoconciencia

Un consejero eficaz puede separar los asuntos personales de los del cliente. La contratransferencia es un fenómeno descrito por Freud donde los problemas expresados ​​por un cliente conducen a una reacción emocional del terapeuta.

Cuando los consejeros puedan identificar y manejar las respuestas a sus propios problemas, será menos probable que reaccionen a ellos durante las sesiones y eliminará cualquier efecto perjudicial en la terapia.

Parte de la autoconciencia es la capacidad de saber cuánta información se debe divulgar a los clientes. Esto variará según el caso, pero los límites profesionales, la percepción personal y la capacidad de leer a los demás son partes integrales de esto.

¿Qué es el asesoramiento no directivo?

La consejería no directiva tiene que ver con el cliente.

También se conoce como terapia centrada en el cliente.

Es un tipo de tratamiento en el que el terapeuta evita dar consejos o interpretar lo que escucha para que el cliente pueda descubrir cosas sobre sí mismo con una orientación mínima.

Rogers (1961) desarrolló el asesoramiento no directivo como una forma más humana de ayudar con la salud mental que el psicoanálisis o las técnicas conductuales. Propuso que los terapeutas deberían ser permisivos y tratar de comprender los sentimientos del cliente.

Esta terapia centrada en el cliente debe centrarse en las experiencias directas y la conciencia del cliente. Rogers (1961) afirmó que las personas tienden a la autorrealización, lo que las motiva. Lea nuestra publicación de blog relacionada, que brinda más orientación y brinda herramientas prácticas para la autorrealización.

Para que la terapia no directiva tenga éxito, deben cumplirse seis condiciones (Rogers, 1961). Los primeros tres son para que el terapeuta tenga empatía, congruencia, y consideración positiva incondicional para el cliente

Las otras tres condiciones son:

  • Una fuerte alianza terapéutica
  • Un cliente que está emocionalmente molesto o en un…