La terapia infantil no siempre es fácil de discutir para los padres.
Con el estigma de la salud mental, nadie quiere que su hijo “necesite terapia”, lo cual es desafortunado porque la terapia puede cambiar vidas.
Ya sea que los niños tengan problemas traumáticos o estén luchando con el simple y valiente acto de ser humanos, los profesionales calificados pueden ayudar a los niños a lidiar con temas realmente difíciles.
Tiene sentido que los padres y tutores necesiten una visión profesional, especialmente para temas tiernos o temas de crecimiento apropiados para el desarrollo. Muchas personas consideran la terapia infantil para temas importantes como el abuso, la negligencia y el trauma, pero puede tener un enfoque igualmente ponderado en el crecimiento positivo y las fortalezas.
Las sesiones de terapia pueden enfocarse en trabajar hacia un futuro optimista, desarrollar métodos de afrontamiento positivos, así como aumentar la autoestima, la confianza en sí mismo y otros estados y rasgos positivos en los niños.
Ya sea que el niño participe en terapia de juego, terapia conductual o terapia expresiva, puede brindarle oportunidades para sobrevivir después del trauma y, finalmente, prosperar.
Antes de continuar, pensamos que le gustaría descargar nuestros tres ejercicios de TCC positiva de forma gratuita. Estos ejercicios basados en la ciencia le brindarán una visión detallada de la TCC positiva y le brindarán las herramientas para aplicarla en su terapia o entrenamiento.
¿Qué es la Terapia Infantil?
La terapia infantil (también llamada consejería infantil) es similar a la terapia y consejería para adultos: ofrece un espacio seguro y un oído empático mientras brinda herramientas para generar cambios en los pensamientos, sentimientos y comportamientos.
Al igual que los clientes adultos, los clientes niños reciben apoyo emocional y de objetivos en sus sesiones. Pueden concentrarse en resolver conflictos, comprender sus propios pensamientos y sentimientos y pensar en nuevas soluciones para sus problemas diarios.
La única gran diferencia entre la terapia para adultos y la terapia para niños es el énfasis en asegurarse de que los niños comprendan lo que está sucediendo y cómo no están solos.
La terapia infantil se puede practicar con un niño, un niño y un padre o padres, o incluso con más de una familia. A menudo es administrado por un consejero o terapeuta que se especializa en trabajar con niños y que puede ofrecer a los padres y/o tutores ideas que pueden no ser evidentes de inmediato.
El terapeuta y el (los) cliente (s) pueden cubrir una amplia variedad de temas que incluyen:
- divorcio o separación;
- Muerte de un ser querido;
- Trauma;
- Acoso;
- Abuso sexual;
- Abuso emocional;
- Abuso físico;
- Reubicación de familias o niños;
- Abuso de sustancias o adicción en la familia;
- Enfermedad mental, como depresión, ansiedad y trastorno obsesivo-compulsivo (TherapyTribe, 2018).
Una buena terapia estará presente y orientada hacia el futuro (lo que significa que habrá poco que mirar hacia atrás o desenterrar el pasado) y probablemente utilizará modalidades no verbales como el juego, los juegos, el arte, etc.
Además, las sesiones de terapia pueden centrarse en cinco objetivos importantes además de cualquier objetivo específico de la situación:
- Construyendo la autoestima del niño.
- Ayudar a mejorar las habilidades de comunicación del niño.
- Estimular el desarrollo sano y normal.
- Construir un repertorio emocional adecuado.
- Mejorar el vocabulario emocional del niño (Walker, 2019).
En resumen, la terapia infantil es bastante similar a la terapia para adultos en términos del propósito, las metas y los problemas que puede abordar, pero difiere en el enfoque de explicar estos temas a los niños pequeños.
Las técnicas y los ejercicios ofrecen formas apropiadas, para la edad del niño, de entenderse a sí mismo en el mundo.
Consulte nuestro artículo sobre TCC para niños para obtener más información.
¿Cuándo es eficaz la terapia infantil?
Si un padre o tutor no está seguro de si el niño necesita asesoramiento o no, la lista de síntomas a continuación puede ser un buen indicador. Si el niño experimenta uno o más de estos síntomas, junto con la preocupación de los padres, es una buena idea llevarlo a una evaluación.
Los siguientes son síntomas que pueden indicar un problema que la terapia puede corregir o ayudar:
- agresión injustificada;
- Incontinencia;
- Dificultad para adaptarse a situaciones sociales;
- Pesadillas frecuentes y dificultades para dormir;
- Una caída repentina en las calificaciones en la escuela;
- Preocupación y ansiedad persistentes;
- Retirarse de las actividades que normalmente disfruta;
- Pérdida de apetito o pérdida/aumento de peso drástico;
- Realizar rutinas obsesivas como lavarse las manos;
- Expresar pensamientos de suicidio;
- Hablando de voces que escuchan en su cabeza;
- Aislamiento social y querer estar solo;
- Uso de alcohol o drogas;
- Aumento de las molestias físicas a pesar de un informe médico normal y saludable;
- Autolesiones como cortarse (TherapyTribe, 2018).
Además de estos problemas, el niño puede estar lidiando con:
- Sentimientos persistentes de tristeza o desesperanza;
- Ira constante y tendencia a reaccionar de forma exagerada ante las situaciones;
- Preocupación por enfermedades físicas o por su propia apariencia;
- Incapacidad para concentrarse, pensar con claridad o tomar decisiones;
- Una incapacidad para quedarse quieto;
- Dietas o comportamiento de atracones;
- Actos violentos como prender fuego o matar animales (Thompson Jr., 2010).
Si los padres deciden llevar a su hijo a terapia, deben mantenerse comprometidos durante todo el proceso de terapia.
La Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantil y Adolescente sugiere hacerle al terapeuta o consejero las siguientes preguntas:
- ¿Por qué se recomienda la psicoterapia?
- ¿Qué resultados puedo esperar?
- ¿Cuánto tiempo estará mi hijo en terapia?
- ¿Con qué frecuencia verá el terapeuta a mi hijo?
- ¿El terapeuta se reunirá solo con mi hijo o con toda la familia?
- ¿Cuánto cuestan las sesiones de psicoterapia?
- ¿Cómo seremos informados nosotros (los padres) sobre el progreso de nuestro hijo y cómo podemos ayudar?
- ¿Qué tan pronto podemos esperar ver algunos cambios?
Del mismo modo, hay algunas sugerencias sobre cómo hablar con un niño acerca de ir a consejería. Puede resultar incómodo tanto para los padres como para el niño hablar sobre el tratamiento de salud mental, pero seguir estos consejos puede ayudar a que sea accesible:
- Encuentre un buen momento para hablar y asegúreles que no están en problemas. Escucha activamente.
- Tome en serio las preocupaciones, experiencias y emociones de su hijo.
- Trate de ser abierto, auténtico y relajado.
- Hable acerca de cuán comunes pueden ser los problemas que están experimentando.
- Explique que el papel de un terapeuta es brindar ayuda y apoyo.
- Explique que se puede negociar un acuerdo de confidencialidad para que los niños, especialmente los adolescentes, tengan un espacio seguro para compartir detalles en privado, al tiempo que reconoce que recibirá una alerta si hay alguna amenaza a su seguridad (Walker, 2019).
Existen muchas formas efectivas de terapia infantil con evidencia que las respalda, incluido el análisis conductual aplicado, la terapia conductual, la terapia cognitiva conductual, la terapia cognitiva, la terapia familiar, la psicoterapia interpersonal y la capacitación organizacional (Society of Clinical Child & Adolescent Psychology, 2017) .
Los niños más pequeños también pueden beneficiarse de la terapia de juego, y los adolescentes mayores pueden beneficiarse de la terapia conductual dialéctica, la terapia de grupo o la psicoterapia psicodinámica (American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 2017).
Estas terapias se pueden administrar solas, en combinación con otras terapias o como una mezcolanza de técnicas y ejercicios de varios tipos diferentes de terapias. Además, puede ir acompañada o no de medicación, según la situación.
Una de estas terapias puede funcionar para un niño mucho mejor que las otras, y el tipo elegido dependerá de los problemas con los que se enfrenten el niño y la familia. Al igual que con cualquier forma de terapia, es más eficaz cuando todos los involucrados están a bordo, brindando apoyo y contribuyendo a su éxito.
Cómo un niño emocional puede beneficiarse de la terapia
Un niño demasiado emotivo (o uno que lucha con la expresión emocional inapropiada o la desregulación emocional) puede estar sufriendo uno o más de una variedad de problemas, que incluyen TDAH, enfermedad mental, ansiedad o incluso un trastorno del espectro autista.
Cualquiera que sea el problema al que se enfrenten, la terapia infantil puede ayudarlos a lidiar con él.
La terapia cognitiva es una buena opción para los niños emocionales, ya que implica reducir la ansiedad y aprender nuevas ideas y nuevas formas de canalizar los sentimientos y la energía del niño. También lo ayudará a identificar sus pensamientos internos y tratar de reemplazar los negativos con otros más positivos y útiles.
El análisis de comportamiento aplicado puede ayudar al niño a aprender cómo responder a las situaciones de maneras mejores y más efectivas, y le enseñará sobre recompensas y castigos por su comportamiento. La terapia de juego es una buena opción para los niños más pequeños con problemas emocionales, ya que pueden representarlos a través de juguetes o muñecas (KidsMentalHealth, 2009).
El tipo de terapia y técnicas que funcionarán mejor para el niño también pueden depender de la etapa de desarrollo en la que se encuentre. La teoría innovadora de Erik Erikson sobre las ocho etapas del desarrollo psicosocial es una teoría comúnmente reconocida y aceptada y puede ayudar a diferenciar entre normal, problemas propios de la edad y síntomas más problemáticos (Erikson, 1995).
Las primeras cinco etapas de desarrollo son:
- Infancia: Confianza vs Desconfianza. En esta etapa, los bebés requieren mucha atención y consuelo por parte de sus padres, lo que los lleva a desarrollar su primer sentido de confianza (o, en algunos casos, desconfianza).
- NIñez temprana: Autonomía vs Vergüenza y Duda. Los niños pequeños y muy pequeños están comenzando a afirmar su independencia y desarrollar su personalidad única, lo que hace que las rabietas y los desafíos sean comunes.
- años preescolares: Iniciativa vs. Culpa. Los niños en esta etapa comienzan a aprender sobre los roles y las normas sociales, su imaginación despega en este punto y es probable que continúen los desafíos y las rabietas de la etapa anterior. La forma en que los adultos de confianza interactúan con el niño lo alentará a actuar de manera independiente o a desarrollar un sentimiento de culpa por cualquier acción inapropiada.
- Edad escolar: Industria (Competencia) vs. Inferioridad. En esta etapa, el niño está construyendo relaciones importantes con sus compañeros y es probable que empiece a sentir la presión del rendimiento académico; Los problemas de salud mental pueden comenzar en esta etapa, incluida la depresión, la ansiedad, el TDAH y otros problemas.
- Adolescencia: Identidad vs. Confusión de roles. El adolescente está alcanzando nuevas alturas de independencia y está comenzando a experimentar y desarrollar su identidad. Los problemas de comunicación y los cambios emocionales y físicos repentinos son habituales en esta etapa (Wells, Sueskind, & Alcamo, 2017).
Las últimas tres etapas no son relevantes a los efectos de discutir la terapia infantil, pero se enumeran aquí si tiene curiosidad:
- Edad adulta: Amor – Intimidad vs. Aislamiento
- Adultez Media: Cuidado – Generatividad vs. Estancamiento
- Adultez tardía: Integridad del ego versus desesperación
Con base en estas etapas de la vida, sabemos que es común que los niños en la primera infancia tengan rabietas cuando no se salen con la suya; las rabietas por sí solas no son motivo suficiente para buscar un terapeuta. Sin embargo, si alguien en edad escolar todavía tiene rabietas, puede ser el momento de explorar opciones de terapia y asesoramiento.
Técnicas de terapia infantil: terapia conductual y más
Las técnicas exactas que puede usar la terapia infantil dependerán del tipo de terapia que se administre. A continuación se describen algunas de las técnicas más comunes y respaldadas por la evidencia, así como el tipo de terapia en la que comúnmente se pueden encontrar.
El juego de palabras de sentimientos
Hay muchas técnicas de terapia de juego que han demostrado ser efectivas, divertidas y atractivas para los niños. El juego de palabras de sentimientos es una de esas técnicas.
Comienza con el terapeuta pidiéndole al niño que enumere los sentimientos que los niños de…