¿Imaginas una narración de tu «historia de vida» en la que eres el héroe de tu propia vida, en lugar de la víctima?
Es probable que la historia de vida que te cuentes a ti mismo y a los demás cambie según quién pregunte, tu estado de ánimo y si sientes que todavía estás al principio, en el medio o al final de tu historia más destacada.
Pero, ¿cuándo fue la última vez que se detuvo a considerar las historias que cuenta?
«¿Cual es tu historia?»
La terapia narrativa capitaliza esta pregunta y nuestras tendencias narrativas. El objetivo es descubrir oportunidades de crecimiento y desarrollo, encontrar significado y entendernos mejor a nosotros mismos.
Usamos historias para informar a otros, conectarnos sobre experiencias compartidas, decir cuándo nos sentimos agraviados e incluso para ordenar nuestros pensamientos y sentimientos. Las historias organizan nuestros pensamientos, nos ayudan a encontrar significado y propósito, y establecen nuestra identidad en un mundo confuso y, a veces, solitario. Por lo tanto, es importante darse cuenta de qué historias nos estamos contando a nosotros mismos y a los demás cuando hablamos de nuestras vidas.
Si nunca antes has oído hablar de la terapia narrativa, ¡no estás solo!
Esta terapia es un método específico y menos común para guiar a los clientes hacia la curación y el desarrollo personal. Gira en torno a las historias que nos contamos a nosotros mismos y a los demás.
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¿Qué es la Terapia Narrativa? Una definicion
La terapia narrativa es una forma de terapia que tiene como objetivo separar al individuo del problema, permitiéndole externalizar sus problemas en lugar de internalizarlos.
Se basa en las propias habilidades y el sentido de propósito del individuo para guiarlo en tiempos difíciles (Narrative Therapy, 2017).
Esta forma de terapia fue desarrollada en la década de 1980 por Michael White y David Epston (About Narrative Therapy, nd).
Creían que separar a una persona de su comportamiento problemático o destructivo era una parte vital del tratamiento (Michael White (1948-2008), 2015).
Por ejemplo, al tratar a alguien que había infringido la ley, alentarían a la persona a verse a sí misma como una persona que cometió errores, en lugar de un delincuente intrínsecamente «malo». White y Epston basaron este nuevo modelo terapéutico en tres ideas principales.
1. La terapia narrativa es respetuosa.
Esta terapia respeta la agencia y la dignidad de cada cliente. Requiere que cada cliente sea tratado como un individuo que no es deficiente, defectuoso o que no es «suficiente» de ninguna manera.
Las personas que participan en la terapia narrativa son personas valientes que reconocen los problemas que les gustaría abordar en sus vidas.
2. La terapia narrativa no culpabiliza.
En esta forma de terapia, nunca se culpa a los clientes por sus problemas y se les anima a que no culpen a los demás también. Los problemas surgen en la vida de todos debido a una variedad de factores; en la terapia narrativa, no tiene sentido culpar a nadie ni a nada.
La terapia narrativa separa a las personas de sus problemas, viéndolas como individuos completos y funcionales que se involucran en patrones de pensamiento o comportamiento que les gustaría cambiar.
3. La terapia narrativa ve al cliente como el experto.
En la terapia narrativa, el terapeuta no ocupa un espacio social o académico superior al del cliente. Se entiende que el cliente es el experto en su propia vida, y se espera que ambas partes sigan adelante con este entendimiento.
Solo el cliente conoce íntimamente su propia vida y tiene las habilidades y el conocimiento para cambiar su comportamiento y abordar sus problemas (Morgan, 2000).
Estas tres ideas sientan las bases de la relación terapéutica y la función de la terapia narrativa. La base de este proceso terapéutico tiene este entendimiento y pide a los clientes que adopten una perspectiva que puede parecerles extraña. Puede ser difícil establecer una separación firme entre las personas y los problemas que tienen.
Conceptos clave y enfoque
Hacer la distinción entre “un individuo con problemas” y un “individuo problemático” es vital en la terapia narrativa. White y Epston teorizaron que suscribirse a una identidad propia dañina o adversa podría tener profundos impactos negativos en la funcionalidad y la calidad de vida de una persona.
“El problema es el problema, la persona no es el problema”.
Michael White y David Epston
Con este fin, hay algunos temas o principios principales de la terapia narrativa:
- La realidad se construye socialmente, lo que significa que nuestras interacciones y diálogo con los demás impactan la forma en que experimentamos la realidad.
- La realidad está influenciada por el lenguaje y se comunica a través de él, lo que sugiere que las personas que hablan diferentes idiomas pueden tener interpretaciones radicalmente diferentes de las mismas experiencias.
- Tener una narrativa que se pueda entender nos ayuda a organizar y mantener nuestra realidad. En otras palabras, las historias y las narrativas nos ayudan a dar sentido a nuestras experiencias.
- No existe una “realidad objetiva” o verdad absoluta; lo que es cierto para nosotros puede no serlo para otra persona, o incluso para nosotros mismos en otro momento (Standish, 2013).
Estos principios se vinculan con la escuela de pensamiento posmodernista, que ve la realidad como un concepto cambiante, cambiante y profundamente personal. En el posmodernismo, no existe una verdad objetiva, la verdad es lo que cada uno de nosotros hace, influenciado por las normas e ideas sociales.
A diferencia del pensamiento moderno que consideraba sagrados los siguientes principios, el pensamiento posmoderno tiene escepticismo sobre las grandes narrativas, el individuo, la idea del lenguaje neutral y la verdad universal.
Así, la premisa principal detrás de la terapia narrativa es comprender a los individuos dentro de este contexto posmoderno. Si no existe una verdad universal, entonces las personas necesitan crear verdades que les ayuden a construir una realidad que les sirva a ellos mismos y a los demás. La terapia narrativa ofrece esas habilidades para dar forma a la historia.
Es sorprendente lo fácil que puede ser resolver o negar un problema cuando dejas de ver el problema como una parte integral de quién eres y, en cambio, lo ves simplemente como un problema.
5 técnicas de terapia narrativa comúnmente utilizadas
Algunas de las habilidades aplicables a la resolución de problemas a través de la terapia narrativa son habilidades que ya poseemos; otros se esfuerzan por aprender y aplicar.
Las cinco técnicas aquí son las herramientas más comunes utilizadas en la terapia narrativa.
1. Contar la propia historia (ensamblar una narrativa)
Como terapeuta u otro profesional de la salud mental, su trabajo en la terapia narrativa es ayudar a su cliente a encontrar su voz y contar su historia con sus propias palabras. De acuerdo con la filosofía detrás de la terapia narrativa, la narración es la forma en que damos significado y encontramos un propósito en nuestra propia experiencia (Standish, 2013).
Ayudar a su cliente a desarrollar su historia les brinda la oportunidad de descubrir el significado, encontrar la curación y establecer o restablecer una identidad, todos factores integrales para el éxito en la terapia.
Esta técnica también se conoce como «re-autoría» o «re-historia», ya que los clientes exploran sus experiencias para encontrar alteraciones en su historia o crear una completamente nueva. Los mismos eventos pueden contar cientos de historias diferentes, ya que todos interpretamos las experiencias de manera diferente y encontramos diferentes sentidos de significado (Dulwich Centre, nd).
2. Técnica de externalización
La técnica de externalización lleva a su cliente a ver sus problemas o comportamientos como externos, en lugar de una parte inmutable de sí mismos. Esta es una técnica que es más fácil de describir que de adoptar, pero puede tener un gran impacto positivo en la autoidentidad y la confianza.
La idea general de esta técnica es que es más fácil cambiar un comportamiento que cambiar una característica central de la personalidad.
Por ejemplo, si te enojas rápidamente o te consideras una persona enojada, entonces debes cambiar fundamentalmente algo de ti mismo para abordar el problema; sin embargo, si usted es una persona que actúa agresivamente y se enoja fácilmente, entonces necesita modificar las situaciones y los comportamientos que rodean el problema.
Puede parecer una distinción insignificante, pero existe una profunda diferencia entre la mentalidad de alguien que se etiqueta a sí mismo como una persona «problemática» y alguien que se involucra en un comportamiento problemático.
Puede ser un desafío para el cliente absorber esta extraña idea al principio. Un primer paso es alentar a su cliente a que no le dé demasiada importancia a su diagnóstico o a las etiquetas que se asigna a sí mismo. Hágales saber lo empoderador que puede ser separarse de sus problemas y permitirse un mayor grado de control sobre su identidad (Bishop, 2011).
3. Técnica de deconstrucción
Esta «deconstrucción» se refiere a reducir los problemas que experimenta un cliente, lo que facilita la comprensión del «panorama completo».
Nuestros problemas pueden parecer abrumadores, confusos o irresolubles, pero nunca son realmente irresolubles (Bishop, 2011).
La deconstrucción hace que el problema sea más específico y reduce la sobregeneralización; también aclara cuál es el problema o los problemas centrales en realidad.
Como ejemplo de la técnica de deconstrucción, imagina a dos personas en una relación a largo plazo que están teniendo problemas. Una pareja se siente frustrada con una pareja que nunca comparte sus sentimientos, pensamientos o ideas con él. Basado en esta breve descripción, no hay una idea clara de cuál es el problema, y mucho menos cuál podría ser la solución.
Un terapeuta podría deconstruir el problema con este cliente pidiéndole que sea más específico sobre lo que le molesta, en lugar de aceptar una declaración como «mi cónyuge ya no me entiende».
Esto podría conducir a una mejor idea de lo que preocupa al cliente, como los temas generales de sentirse solo o perder la intimidad romántica. Tal vez el cliente ha construido una narrativa en la que es víctima de esta relación indefensa, en lugar de alguien con un problema para hacer frente a la soledad y comunicar esta vulnerabilidad a su pareja.
Deconstruir el problema ayuda a las personas a comprender cuál es la raíz de los problemas (en este caso, alguien se siente solo y vulnerable) y lo que esto significa para ellos (en este caso, como si su pareja ya no los quisiera o no estuviera dispuesto a comprometerse con ellos). la relación como son).
Esta técnica es una excelente manera de ayudar al cliente a profundizar en el problema y comprender la base del evento o patrón estresante en su vida.
4. Técnica de resultados únicos
Esta técnica es compleja pero vital para el aspecto narrativo de la terapia narrativa.
La técnica de resultados únicos implica cambiar la propia historia. En la terapia narrativa, el cliente tiene como objetivo construir una línea argumental a sus experiencias que le ofrezca significado o le dé una identidad positiva y funcional. Esto no es tan erróneo como «pensar en positivo», sino más bien una técnica específica para que los clientes desarrollen historias que afirmen la vida.
Sin embargo, no estamos limitados a una sola historia. Hay muchas historias potenciales a las que podemos suscribirnos, algunas más útiles que otras.
Como un libro que cambia los puntos de vista de un personaje a otro, nuestra vida tiene múltiples hilos narrativos con diferentes perspectivas, áreas de enfoque y puntos de interés. La técnica de resultados únicos se enfoca en una historia o historias diferentes a la que contiene la fuente de sus problemas.
El uso de esta técnica puede sonar como evitar el problema, pero en realidad es solo volver a imaginar el…