7 maneras de volverte más deseable sin importar tu personalidad o apariencia

Ninguna mujer en la historia del mundo occidental entendió mejor el arte del deseo romántico que Ninon de Lenclos (1620-1705), cortesana y autora francesa. Atrajo, cautivó y sedujo a los hombres más ricos y nobles de su época.

Si era físicamente atractiva es una cuestión de opinión personal, pero nadie podría cuestionar su habilidad para avivar el deseo en los hombres que le gustaban. Su fama había crecido tanto que cuando se jubiló como cortesana, la élite adinerada la contrató para entrenar a sus hijos en el arte del deseo romántico.

Uno de los principios de De Lenclos se centraba en la discreción. en su libro 48 leyes del poder, Robert Greene utilizó su historia para describir una de sus reglas de poder. Lo llamó «ocultar tus intenciones». Al hacerse la difícil y mantener a la gente adivinando, generó intriga y deseo.

Es una forma elegante y sensacionalista de decir que dominaba el arte de la paciencia. Esperó hasta que el deseo mutuo quedó claramente establecido antes de revelar su mano.

Ninon de Lenclos poseía otros talentos que contribuyeron a su éxito: encanto personal, ingenio y prodigio en las artes. No se puede negar lo obvio. Algunas personas poseen talentos únicos a la hora de atraer a otros. Pero ¿qué pasa con el resto de nosotros?

Para la persona promedio, la paciencia todavía funciona tanto hoy como en el siglo XVII. Pero hay otros cambios que puedes hacer en tu comportamiento cotidiano que mejorarán tu cociente de deseabilidad. Ninguno requiere rasgos de personalidad especiales o miradas llamativas.

Durante seis meses, nunca me fijé en mi compañera de trabajo, Jana, hasta que una noche un grupo de nosotros fuimos a un bar de karaoke. Mientras el resto de nosotros esperábamos que se acumulara nuestro coraje líquido, Jana subió corriendo al escenario y se dirigió al micrófono.

Con los hombros hacia atrás y una amplia sonrisa, cantó con una voz chillona parecida a la de un cuervo, enviando a algunos de los otros clientes a la parte trasera de la barra.

Cuando terminó, hizo una reverencia como si acabara de realizar una actuación magistral…