Cuando se siente como si alguien estuviera constantemente sobre tu hombro para revisar tu trabajo, es difícil hacer algo. En lugar de guiar al equipo o la empresa hacia una visión más amplia de beneficios e impacto («macrogestión»), un microgerente está obsesionado con cada pequeño detalle. Quieren que las cosas se hagan exactamente a su manera.
La microgestión sofoca la innovación, la creatividad y el desarrollo del liderazgo del equipo. Aquí encontrará todo lo que necesita saber para detectar un microgestor, además de 5 consejos para tratar con ellos.
¿Qué es un Microgestor? (Definición)
Un microgerente es alguien que supervisa excesivamente los detalles del trabajo de otras personas. En lugar de centrarse en el liderazgo, el entrenamiento y las estrategias de alto nivel, un jefe de microgestión se preocupa por controlar todos los aspectos del rendimiento de un equipo. Pueden tener problemas para delegar tareas, confiar en los miembros del equipo o permitir la toma de decisiones independiente en el lugar de trabajo. Esto puede conducir a un equipo menos productivo, baja moral de los empleados y una mayor rotación.
6 señales de que estás siendo microgestionado
Puede sentir que está siendo microgestionado, pero no puede precisar cómo o por qué está sucediendo. Todo lo que sabes es que tu jefe te pisa los talones con cada movimiento que haces. Intentan dominar las conversaciones y se ciernen sobre ti mientras trabajas.
Si no está seguro de si su jefe está microadministrando o no, estos son los signos más obvios que debe buscar:
- Tu jefe te consulta constantemente
Si bien los controles son esenciales para la felicidad y la productividad de los empleados, la comunicación excesiva de su jefe puede resultar agotadora. Por ejemplo, suponga que está trabajando en un proyecto (que está completamente calificado para ejecutar) y su jefe le envía un correo electrónico cada pocas horas para ver lo que está haciendo. En ese caso, esta sobrecomunicación podría ser un signo de microgestión.
De manera similar, un gerente que le pide que se reúna con él varias veces a la semana puede estar tratando de controlar sus responsabilidades en lugar de permitirle que las haga de forma independiente.
Sin embargo, hay una advertencia crucial: si es nuevo o está entrenando para roles adicionales, es posible que este signo no se aplique. Es normal que necesite un poco de «toma de la mano» a medida que aprende algo nuevo. Los expertos dicen que la microgestión a corto plazo de los nuevos empleados o de los miembros del equipo con bajo rendimiento puede estar justificada. Es cuando su jefe comienza a respirar sobre su cuello durante meses o incluso años en un momento en que debe prestar atención.
- Tienes miedo de tomar decisiones por tu cuenta.
Si alguien te menosprecia por tomar malas decisiones, puede crear miedo en torno a la toma de decisiones futuras. Un jefe de microgestión puede sembrar dudas en ti con sus dudas.
La clave para darse cuenta de este signo es la honestidad acerca de sus habilidades y experiencia. Cuando no esté seguro de una decisión, no debe tener miedo de pedir ayuda. Si es así, puede haber un problema de comunicación más profundo en juego.
- Tu jefe se obsesiona con los detalles menores.
Uno de los rasgos fundamentales de un micromanager es su intenso enfoque en los pequeños detalles. Es posible que ignoren el panorama general mientras pasan la mayor parte de su tiempo criticando su tono en una llamada telefónica o la forma en que dobló las camisetas de la empresa. Puede parecer que la visión más amplia de la organización se ha dejado de lado.
En algún momento, parece que no puedes hacer nada bien. Su jefe no lo felicita por la fantástica presentación de ventas que hizo; en cambio, se disparan sobre una imagen específica en una diapositiva. En última instancia, te sientes desmoralizado y confundido acerca de cómo hacerlos felices.
- Rehacen su trabajo.
Supongamos que pasó semanas planificando un gran evento que su empresa está organizando. Ha punteado todas las I, cruzó todas las T y se siente emocionado de presentar el producto terminado al equipo para que todos puedan comenzar a prepararse para el gran día. Pero cuando su jefe ve los resultados, comienza a revisar su trabajo y lo vuelve a hacer a su manera.
Si bien algunos microadministradores pueden pasar por alto este comportamiento como perfeccionismo o alto rendimiento, en realidad es una forma de control. Los expertos incluso han argumentado que la microgestión crea una relación de codependencia con los empleados en la que las personas no pueden funcionar de forma independiente sin la intromisión del gerente.
- Utilizan un enfoque de «a mi manera o la carretera».
Los jefes de microgestión tienden a tener una mentalidad de «haz lo que digo, no lo que hago». No modelan el comportamiento que esperan, pero su opinión siempre es correcta. No quieren escuchar las ideas de nadie más ni probar algo nuevo (incluso si su forma de hacerlo no funciona).
Si sientes que tu jefe siempre lo quiere su y se niega a dejarte hacer tu trabajo de la manera que crees que debe hacerse, probablemente te estén microgestionando.
- El jefe tiene que ser CC’d en cada correo electrónico.
Los jefes de microgestión quieren estar al tanto en todo momento. Quieren actualizaciones constantes y mantienen reuniones aparentemente interminables. La comunicación digital optimizada es crucial para la productividad, ya sea que forme parte de un equipo remoto o trabaje en una oficina. Pero cuando su jefe intenta involucrarse en cada conversación entre usted y sus compañeros de trabajo, puede ser una señal de que no confía en que el equipo se comunique por su cuenta.
¿Qué lleva a un jefe a la microgestión?
Según Harvard Business Review, los gerentes a menudo comienzan a microgestionar porque les preocupa estar desconectados de los trabajadores de nivel inferior o no poder dejar su antiguo trabajo a medida que ascienden de rango.
A menos que esté entrenando para un nuevo puesto o haya tenido problemas de rendimiento en el pasado, la microgestión generalmente no tiene nada que ver con usted. Es probable que sea un problema con la mentalidad y el estilo de gestión de su jefe.
Las posibles causas de un jefe de microgestión incluyen:
- Falta de entrenamiento: Dele a su jefe el beneficio de la duda y comprenda que la microgestión comúnmente proviene de la falta de capacitación. Es posible que estén imitando estilos de liderazgo que han experimentado en el pasado o que nunca aprendieron a administrar un equipo correctamente.
- Miedo: Su jefe puede ser nuevo en su puesto o haber tenido una experiencia negativa en el pasado en la que les dio a los empleados demasiadas riendas. Tal vez tienen miedo de que el negocio se queme sin que ellos estén presentes para revisar cada detalle.
- Problemas de confianza: Cuando eres nuevo en un lugar de trabajo, es posible que un gerente no confíe en ti simplemente porque aún no te conoce. O podrían tener problemas de confianza de empleados anteriores que robaron información confidencial o no pudieron ejecutar un proyecto importante.
- Falta de confianza: Las personas a menudo supervisan en exceso porque no se sienten seguras de sus habilidades de liderazgo. Piensan que necesitan “mostrar quién es el jefe” para sentirse superiores en su posición. Esta inseguridad puede manifestarse como un intento de controlar todos sus movimientos porque no quieren pasar vergüenza frente a sus supervisores.
Ninguna de estas situaciones es culpa tuya, pero ayuda entender que tu jefe es solo un humano. Les toma tiempo desarrollar sus habilidades de liderazgo, desarrollar confianza y dejar de lado los detalles menores. Esto no quiere decir que los microgerentes obtengan un «pase gratis». Los lugares de trabajo con un problema cultural de microgestión deberán abordar adecuadamente a las personas culpables y trabajar juntos para ayudarlos a resolver sus tendencias de microgestión.
5 consejos para tratar con un jefe micromanager
Los microgerentes pueden causar mucho estrés y conflicto innecesarios en el lugar de trabajo. Afortunadamente, si te encuentras en una situación con un microgerente, no tienes que renunciar a tu trabajo para encontrar alivio. Aquí hay 5 consejos para acercarse respetuosamente a su jefe y trabajar con él para crear un mejor ambiente de trabajo para ambos.
- Calcule el nivel de gestión que necesita
Cada empleado requiere un nivel diferente de apoyo para hacer su mejor trabajo. Comprender su estilo de trabajo lo ayuda a diferenciar entre «sentirse microgestionado» y ser microgestionado.
Por ejemplo, si eres un trabajador muy independiente, es posible que te moleste que tu jefe te consulte con demasiada frecuencia sobre tu progreso en un proyecto. Un empleado con un alto nivel de autonomía y un jefe que lo apoya mucho puede sentirse microgestionado cuando su jefe simplemente no coincide con su estilo de gestión.
Si rebotas de jefe en jefe y siempre Siéntete microgestionado, puede ser porque eres un trabajador excepcionalmente autónomo. Esta es una conversación que puede tener con sus gerentes para hacerles saber que le gusta comprender los objetivos y las pautas, y luego ejecutar un proyecto por su cuenta. Expresar esta preferencia y generar confianza podría resolver el problema de microgestión razonablemente rápido.
Responda estas preguntas sobre usted y programe una reunión para discutirlas con su jefe:
- ¿Con qué frecuencia te gusta hacer check-ins?
- ¿Cuál es su método de comunicación preferido durante los registros (teléfono, correo electrónico, en persona)?
- ¿Qué le ayuda a hacer su trabajo de manera más eficiente?
- ¿Qué le gustaría tener más de su gerente?
- ¿Qué le gustaría tener menos de su gerente?
- Iniciar conversaciones de construcción de relaciones.
La comunicación abierta es la piedra angular de cualquier relación, particularmente la que tienes con tu jefe. Un buen jefe debe tener una política de puertas abiertas en cuanto a la comunicación.
Pero si no lo hacen, es posible que deba tomar las cosas en sus propias manos. Iniciar conversaciones sobre la microgestión puede parecer complicado, pero ser honesto con su jefe acerca de sus preocupaciones puede, en última instancia, generar más confianza a largo plazo.
Debe abordar estas discusiones con el mayor respeto y amabilidad. Desármelas con un giro positivo y elogioso, y luego exprese cortésmente cómo se siente acerca de ser supervisado en exceso. Intenta decir:
- “Valoro mucho su guía y respeto mucho su experiencia. Siento que he aprendido mucho de ti y me encantaría tener la oportunidad de mostrarte que puedo hacer este proyecto por mi cuenta”.
- “Hago todo lo que está a mi alcance para que usted y nuestro equipo se vean bien, pero a veces siento que no tengo la autonomía que necesito para hacer mi mejor trabajo”.
- “Me he dado cuenta de que últimamente te registras mucho y agradezco la comunicación. Sin embargo, el desplazamiento y los ajustes en mi trabajo están afectando mi productividad”.
Consejo profesional: Si su gerente se niega a hablar con usted o reconoce sus tendencias de microgestión, es posible que deba dirigirse a Recursos Humanos o a un supervisor de nivel superior. La microgestión puede ser parte de una cultura laboral tóxica que no puedes arreglar solo con tu jefe. No obstante, controlar tus reacciones es clave para tu felicidad en el trabajo. Aquí hay más consejos sobre cómo tratar con su jefe malo, malo o difícil.
- Pida directrices y plazos claros.
La microgestión se convierte en un problema importante cuando tu jefe no comunica lo que quiere que hagas. A medida que toma las cosas en sus propias manos y trata de ofrecer un buen resultado, es posible que un jefe lo tome por sorpresa y cambie constantemente sus expectativas. A medida que aumenta su supervisión excesiva, esto puede crear un ciclo confuso y frustrante.
Henry Steward, autor de negocios y director ejecutivo de la empresa de consultoría en el lugar de trabajo Happy, dice que cree que la microgestión es la frustración número uno que enfrentan los empleados. Su sugerencia clave es que los gerentes establezcan pautas más explícitas y den a las personas la libertad de ejecutarlas. Si su gerente no delinea sus expectativas, intente preguntar por ellas. Puedes decir:
- “Estaba un poco confundido acerca de tus expectativas sobre ese último proyecto. ¿Podría escribir los objetivos principales…