5 pasos para romper las maldiciones generacionales (y cómo identificarlas)

En el mundo occidental moderno no tomamos las maldiciones en serio. Las relegamos a textos bíblicos o cuentos de hadas. Pero creencias culturales como estas son comunes entre muchos pueblos africanos y sudamericanos.

Creen que los espíritus de sus antepasados ​​causan enfermedades o desgracias y, si esto continúa en la familia, culpan a una maldición generacional. Entonces, ¿deberíamos tomar más en serio estas antiguas creencias? Este artículo examina las causas y los pasos para romper las maldiciones generacionales.

¿Qué son las maldiciones generacionales?

Las maldiciones generacionales son conjuntos de creencias e ideas que se transmiten de generación en generación. Una maldición generacional es un pensamiento vivo que afecta nuestro comportamiento.

Algunos pueden pensar que son sólo un montón de tonterías espirituales o bíblicas que no tienen relación con la vida moderna. Pero incluso si no crees que existen, puedes entender cómo un patrón de abuso puede manifestarse en las familias.

Por ejemplo, un bisabuelo abusa de sus hijos, quienes repiten el proceso hasta que llega a ti. Entonces, ¿cómo se hace para romper las maldiciones generacionales? El primer paso es comprender cómo se forman.

¿Cómo se manifiestan las maldiciones generacionales?

Las maldiciones generacionales se forman de tres maneras:

  1. Psicológicamente
  2. Físicamente
  3. Espiritualmente

Maldiciones generacionales psicológicas

Las maldiciones psicológicas generacionales son las más fáciles de entender. Piense en cómo imitamos el comportamiento de nuestros padres. Tal vez su familia siempre haya vivido por debajo del umbral de pobreza. Si es así, es difícil imaginarse a sí mismo como una persona rica.

Los niños maltratados pueden repetir este comportamiento dañino contra sus propios hijos. Los niños que crecen con padres agresivos pueden seguir utilizando la ira como herramienta de negociación.

Incluso decisiones como enviar o no a tus hijos a la universidad pueden arraigarse en la psiquis de tu familia y ser difíciles de romper.

Maldiciones generacionales físicas

Si en tu familia hubo antecedentes de alcoholismo, ¿se debió a los genes o al medio ambiente? Las enfermedades genéticas, como la de Tay Sachs y la anemia falciforme, se transmiten de generación en generación, así que ¿por qué no las maldiciones?

La epigenética es el estudio de cómo nuestro entorno modifica nuestros genes silenciando o expresando un gen. Una vez que este cambio se imprime, pasa a la siguiente generación. Por lo tanto, nuestro entorno y nuestro comportamiento son más influyentes que los genes con los que nacemos.

¿No me cree? Los estudios de herencia epigenética muestran que los sobrevivientes del Holocausto transmiten el trauma a sus hijos.

“Los cambios genéticos en los niños sólo podrían atribuirse a la exposición de los padres al Holocausto”, Rachel Yehuda et al.

La hambruna invernal holandesa (1944-1945) es otro ejemplo de factores externos que afectan a nuestros genes. Los niños nacidos de mujeres que murieron de hambre durante la hambruna tuvieron un aumento del 10% en la mortalidad al final de sus 60 años.

“¿Cómo puede el cuerpo recordar el entorno al que estuvo expuesto en el útero y recordarlo décadas después?”, pregunta el Dr. Bas Heijmans, genetista.

Un trauma repentino o un dolor crónico afectan nuestro cuerpo a nivel celular. Se almacenan en nuestros órganos reproductivos y pasan a nuestros hijos. Sin saberlo, nuestros hijos transmiten este trauma a sus hijos, y así sucesivamente.

Maldiciones generacionales espirituales

Los espiritistas creen que cuando morimos, el alma abandona nuestro cuerpo y espera reencarnarse. Las maldiciones espirituales hacen referencia a prácticas como el ocultismo o una maldición sobre el alma.

Quienes practican la brujería, el vudú o el satanismo emplean hechizos, encantamientos o rituales para lanzar maldiciones. La ejecución de la maldición condena el alma, sin importar cuántas veces se reencarne.

Tipos de maldiciones generacionales

Abuso

El abuso nos afecta tanto psicológica como físicamente. Sufrir un trauma no solo puede cambiar nuestra percepción de lo que es un comportamiento aceptable, sino también nuestra composición genética.

Cuando vives con un maltratador, te acostumbras a ciertos comportamientos. Esto cambia tu forma de actuar. Es posible que busques inconscientemente parejas abusivas porque crees que no eres lo suficientemente bueno o que no mereces amor. A nivel celular, corres el riesgo de transmitir ciertos rasgos genéticos que te afectarán en el futuro.

Trauma

La experiencia traumática afecta a las personas de manera diferente. Por mucho que nos esforcemos en procesarla, la transferimos inconscientemente a quienes nos rodean. Por ejemplo, los estudios muestran el impacto que tuvo el 11 de septiembre en los padres durante las vacaciones inmediatamente posteriores a los ataques. Los padres eran mucho más conscientes de los peligros y mantenían a sus hijos cerca de ellos.

Maurice De Witt, un Papá Noel de la Quinta Avenida, dijo que los padres no lo harían. “Deja que los niños se acerquen y ellos lo sienten. Es como si el agua se filtrara y ellos lo pueden sentir”.

Pobreza

Vivir en extrema pobreza cambia tu mentalidad. Puedes conformarte con una existencia por debajo del estándar porque no estás acostumbrado a obtener lo que necesitas. Tal vez no puedas imaginarte ser rico o tener tu propia casa porque tus padres nunca pudieron hacerlo.

¿Quizás tengas que superar el miedo a no tener nunca lo suficiente? ¿O te rodeas de cosas materiales para compensarlo?

Enojo

Cuando se trata de romper maldiciones generacionales, la ira es la más sencilla de entender. La ira se transmite fácilmente en las familias y crea un ambiente de miedo, secretismo y vergüenza. Aprendemos a enojarnos de generación en generación.

Los niños aprenden rápidamente que es aceptable usar la violencia, por lo que la perpetúan en sus relaciones. Nuestros padres nos enseñan cómo manejar los problemas y expresar nuestras emociones. Si las personas de las que aprendemos usan un comportamiento agresivo, nosotros también lo haremos.

5 pasos para romper maldiciones generacionales

Si quieres saber cómo romper una maldición generacional, el primer paso es identificarla.

1. Identificar la maldición generacional

¿Siempre te sientes atraída por el chico equivocado? ¿Sufres algún trastorno mental? ¿Eres propensa a conductas adictivas? ¿Te resulta imposible salir de la pobreza? ¿Tienes tendencias destructivas que sabotean tus esfuerzos? ¿Tienes una mentalidad de víctima que te impide asumir la responsabilidad de tu vida?

Luego, analiza si esta maldición se originó a partir de tu madre o de tu padre. Busca patrones de conducta o relatos que tu familia haya transmitido de generación en generación.

2. Habla con tus padres

Si puedes, habla con tus padres para conocer un poco de su historia. A veces nos ayuda a entender nuestro lugar en la dinámica familiar ver lo que nos precedió.

Por ejemplo, es posible que no sepas por qué tus padres fueron tan estrictos contigo hasta que descubras que sus padres te trataban de la misma manera. O tal vez la razón por la que no tuviste dinero cuando creciste fue porque tus padres también vivían en la pobreza.

3. Habla con tus espíritus ancestrales

Si la siguiente parte te parece un poco tediosa, puedes saltártela. Los espiritistas creen que el tiempo no es lineal como lo percibimos nosotros. Tus antepasados ​​están aquí en forma espiritual, ya sea esperando nacer o guiándote a través del reino espiritual como ángeles guardianes.

Como todos estamos presentes en este momento de una forma u otra, podemos trabajar para sanar juntos. Nuestra familia puede sanar al mismo tiempo que nosotros. La energía codificada en nuestras almas se conecta con todas nuestras vidas pasadas y futuras. Por lo tanto, sanar ahora no solo rompe la maldición generacional para nuestros descendientes, sino también para nuestros antepasados.

4. Cambia tu mentalidad

¿Se puede romper una maldición generacional si es genética? El entorno puede activar y desactivar genes, recuerda. Sin embargo, el activo más poderoso que tienes es tu mente. Es tu creencia en la maldición lo que le da poder sobre ti. Tu familia le ha dado energía e impulso a esta maldición.

Creer en la maldición es más poderoso que la maldición misma. Recuerda, es tu vida, no la de tus ancestros. Tienes libre albedrío. Si quieres romper una maldición generacional, debes ser responsable de tus acciones, abandonar la mentalidad de víctima y poner fin al ciclo de manera proactiva.

5. Utilice un ritual

Los rituales son útiles para romper maldiciones generacionales porque nos dan un final y un cierre. Prueba a escribir la maldición en un papel, luego enciende una vela, habla con el universo y quema la nota como ritual de purificación. Date una pizarra limpia donde puedas empezar de nuevo.

Esto es difícil, ya que toda su familia ha crecido alrededor de esta maldición y ha permitido que florezca.

Reflexiones finales

Es difícil romper una maldición generacional. Las maldiciones o creencias tienen un gran poder cuando se transmiten de generación en generación. Sin embargo, es esta creencia en la maldición lo que le da poder. Una vez que entendemos el origen, podemos ser quienes rompen el ciclo en nuestra familia y liberan la maldición para las generaciones pasadas y futuras.

Referencias:

  1. ncbi.nlm.nih.gov
  2. psicología hoy.com
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