Los bebés suelen parecer completamente indefensos, pero en realidad son capaces de hacer cosas asombrosas. A continuación, se muestran algunos de los “superpoderes” de los niños menores de 3 años.
5 “superpoderes” que tienen todos los bebés
1. Instinto de agua
Al nacer, la persona recibe un conjunto de instintos que funcionan bien mientras el cerebro no está lo suficientemente desarrollado como para asumir el control de la supervivencia. Uno de estos instintos es el “reflejo de inmersión”, que también se encuentra en las focas y otros animales que viven en el agua. Así es como funciona: si un bebé menor de seis meses es sumergido en el agua, retendrá la respiración de manera refleja.
Al mismo tiempo, la frecuencia de las contracciones del músculo cardíaco se ralentizará, lo que ayudará a retener el oxígeno, y la sangre comenzará a circular principalmente entre los órganos más vitales: el corazón y el cerebro. Este reflejo ayuda a los bebés a permanecer bajo el agua durante mucho más tiempo que los adultos sin que esto suponga una amenaza grave para su salud.
2. Capacidad de aprendizaje
Los niños aprenden a un ritmo asombroso, ya que cada nueva experiencia crea fuertes vínculos entre las neuronas de sus cerebros.
Cuando el niño tenga 3 años, el número de estas conexiones será de aproximadamente 1.000 billones, más del doble que en el adulto. A partir de los 11 años, el cerebro comenzará a deshacerse de las conexiones sobrantes y la capacidad de aprendizaje del niño disminuirá.
3. Intuición cuántica
Nuestra experiencia de percepción de la realidad es un obstáculo importante para comprender las reglas de la mecánica cuántica que rigen el comportamiento de las partículas elementales. Por ejemplo, según la mecánica cuántica, una partícula como un fotón o un electrón no está “ni aquí ni allí”, y está presente en ambos lugares al mismo tiempo y en el medio.
En la escala de un gran grupo de partículas, esta “difuminación” desaparece y se establece una ubicación específica del objeto. Sin embargo, es más fácil decirlo que entenderlo: ni siquiera Einstein, y mucho menos el adulto medio, tenía una comprensión intuitiva de estas leyes.
Los bebés aún no están acostumbrados a una percepción particular de la realidad que les permita comprender intuitivamente la mecánica cuántica. A la edad de 3 meses, los niños no tienen el sentido de la “permanencia de los objetos”, que describe la comprensión de que un objeto solo puede estar en un lugar determinado en un momento determinado.
Los experimentos de juego (por ejemplo, el juego Peekaboo) muestran la sorprendente capacidad intuitiva de los bebés para asumir la presencia de un sujeto en cualquier lugar al mismo tiempo.
4. Un sentido del ritmo
Todos los niños nacen con un sentido innato del ritmo. Esto se comprobó en 2009 con la ayuda de un experimento: bebés de dos y tres días de edad escucharon el ritmo de un tambor con electrodos adheridos a la cabeza. En los casos en que los investigadores intentaron desviarse del ritmo, el cerebro de los bebés mostró una especie de “previsibilidad” del sonido que seguiría.
Los científicos creen que el sentido del ritmo ayuda a los niños a reconocer el tono del habla de sus padres y, de esta manera, captar el significado sin entender las palabras. Además, con su ayuda, los niños comprenden la diferencia entre su lengua materna y cualquier otra.
5. Ser lindo
Sí, ser lindo y, por lo tanto, provocar emociones positivas en los adultos también es una especie de superpoder que solo tienen los niños pequeños. Los científicos creen que sin él, los percibiríamos como demasiado patéticos, indefensos, estúpidos y aburridos como para ser amados.