La importancia de crear recuerdos familiares positivos
Ayer fue uno de esos días perfectos de fines de verano en el parque estatal y la playa locales. El sol era brillante. El agua estaba fresca. Las familias de los pueblos de los alrededores habían venido y habían establecido sus «campamentos» para el día. Una sombrilla de playa o un toldo emergente o simplemente una toalla extendida o dos marcaron sus lugares. El aire estaba impregnado de olores a protector solar y carbón.
Los niños, siendo niños, se unían a los juegos de los demás. Los adultos, con el agua hasta las rodillas, compartieron comentarios y bromas entre ellos mientras observaban el conjunto de niños pequeños. Los niños mayores estaban construyendo castillos de arena o chapoteando en el agua con sus papás o mamás. “¡Marco!” «¡Polo!» Un grupo de preadolescentes estaba frustrando juguetonamente al niño que era «eso». No había un teléfono celular o tableta a la vista, excepto por un adolescente exasperado que estaba sentado en un banco lejos de su familia, acurrucado sobre su teléfono inteligente, tratando de obtener cobertura donde no la hay. Típico. (Estaba encantado de verlo participar más tarde en un juego de voleibol).
Los padres que llevaron a sus familias a pasar un día en la playa probablemente solo buscaban una manera de refrescarse y divertirse un sábado. Lo más probable es que no supieran que también estaban haciendo uno de los trabajos más importantes de la crianza de los hijos: crear recuerdos positivos. Sí, haciéndolos.
Los recuerdos familiares positivos son protectores
Los recuerdos suceden independientemente de lo que hagamos. Las experiencias negativas tienen un poder particular y duradero. Pero los padres pueden contrarrestar ese poder atendiendo a la creación de recuerdos positivos. Durante momentos de estrés, esos recuerdos ayudan a nuestros niños y adolescentes a recordar que las cosas no siempre son desafiantes o simplemente horribles. Como adultos, esos mismos recuerdos positivos de la infancia les ayudarán a capear las inevitables tormentas de la vida.
La investigación lo demuestra. Las personas que tienen una reserva de recuerdos positivos de la infancia son generalmente más felices y saludables, tienen mejores habilidades cognitivas y son más tolerantes con los demás. Tienen menos probabilidades de desarrollar un trastorno del estado de ánimo y, en general, son más optimistas y más capaces de lidiar con el estrés. Los investigadores incluso han descubierto que los niños pequeños que han tenido experiencias positivas con quienes los aman pueden desarrollar un hipocampo más grande, la región del cerebro importante para el aprendizaje, la memoria y las respuestas al estrés.
Al depositar regularmente recuerdos felices y positivos en los bancos de memoria de nuestros hijos, podemos asegurarnos de que habrá dividendos saludables que durarán toda la vida.
5 formas de crear recuerdos familiares felices
- Note y resalte los atributos y comportamientos positivos: Hay muchas oportunidades para corregir, reprender o disciplinar a un niño o adolescente. Si un niño va a ser emocionalmente saludable y fuerte, esos momentos deben equilibrarse con comentarios positivos de quienes los aman. Observe cuándo han hecho su mejor esfuerzo y cuándo han sido amables, generosos o indulgentes. Resalte los tiempos que comparten. Muestre interés en lo que a ellos les interesa. Prestar atención a los aspectos positivos crea un ambiente familiar que nutre la resiliencia de nuestros hijos y les muestra cómo ser una fuerza positiva en el mundo.
- Juega con tus hijos: Haz lo que te guste hacer que haga que todos se rían y se diviertan. Haz ese fuerte con los cojines del sofá. Tírate al suelo y haz el tonto. Boogie en la cocina. Salga bajo la lluvia y chapotee en los charcos. Cuando les lea, haga voces graciosas para los personajes de las historias. Haga tales cosas regularmente y con frecuencia. Los momentos felices con sus padres fortalecen la confianza y los sentimientos de autoestima de los niños.
- Haga un gran problema con las cosas pequeñas: Su hijo ve un insecto. ¿Es solo un error? ¿O se trata de un error? Si pasas por ahí, no es memorable. Pero si se detienen a mirarlo juntos, comentan cuántas patas tiene, intentan que salte sobre un palo, preguntan en voz alta si tiene familia, etc. —bueno, ahora es un evento memorable. Para un niño en crecimiento, todos los días suceden cosas nuevas e importantes. Depende de nosotros notar y compartir su entusiasmo.
- Vive aventuras: Las aventuras inusuales tienden a sobresalir en la memoria de las personas. Eso no significa que tengas que gastar toneladas de dinero o ir a un lugar especial (aunque, si puedes permitírtelo de vez en cuando, también es divertido). Si se hace con alegría y sentido de la aventura, casi cualquier actividad puede volverse memorable. Una mamá que conozco lleva a sus hijos con ella a hacer las compras. Cada semana, uno de los niños elige un alimento que nadie en la familia ha comido antes. Cuando llegan a casa, descubren cómo cocinarlo y probarlo. Todo esto se hace con el espíritu de aventura y diversión. Me gusta imaginar que algún día harán lo mismo con sus hijos.
- Tómese un tiempo cada noche para ser agradecido: Es demasiado fácil dar por sentadas las cosas positivas que suceden todos los días. Un estudio ha demostrado que las personas que se toman el tiempo antes de acostarse para escribir 3 cosas por las que están agradecidos son más optimistas, resilientes y emocionalmente sanas. Cree un diario familiar donde cada miembro escriba algo que sucedió durante el día que los hizo sentir felices o agradecidos. El diario ayuda a todos en la familia a mantener las cosas en perspectiva.
Muchos años después de que una familia comenzara este ritual familiar, uno de sus adolescentes tuvo un día en el que estuvo seguro de que todo en la vida era «terrible». Su mamá dijo: “Regresa y lee nuestro diario. Tu vida también está ahí”. No hizo que toda su angustia desapareciera, pero le recordó que había más en su vida que los problemas inmediatos.