5 formas de acabar con las dudas que paralizan nuestras relaciones.

«Nunca seré suficiente».

Por muy triste que parezca, muchos de nosotros podríamos haber dicho esto en nuestras relaciones. Quizás fue la pareja la que nos hizo sentir así, o quizás sea nuestra tendencia a dudar de nosotros mismos cada vez que nos sentimos amados.

Durante años, estuve estancado en mi humor autocrítico, haciendo bromas sobre mis problemas de compromiso, mi incapacidad para estar completamente presente con mi pareja y mis pasatiempos e intereses con los que rara vez conectaba.

Tal vez pensé que nunca sería la novia «suficientemente buena» porque tenía una lista de rasgos que pensaba que coincidían con la pareja perfecta que debería ser.

Debo ser siempre positivo.

Debería tener los mismos intereses que mi pareja.

Siempre debería ser tan perfecta que mi pareja nunca mire a otras chicas.

Y en. Y en. Y en.

Pero lo que más tarde me di cuenta fue que:

Es imposible estar siempre alegre. Todos tenemos nuestros malos momentos. Y un buen socio lo entiende.

No tenemos por qué tener los mismos intereses que nuestros socios. Podemos presentarnos lo que más nos interesa o incluso agradecer que lo practiquen.

Si nuestra pareja mira a otras chicas, es su problema, no nosotros. Hacer trampa o tener una mirada distraída se remonta a la persona misma, no a nosotros.

Entonces, el primer paso para superar las dudas es reconocerlas. Necesitamos ser conscientes de que puede distorsionar nuestra visión y arruinar nuestras relaciones cuando no surge ningún problema real.

Aquí hay cinco formas (entre muchas) con las que podemos combatir las dudas en nuestra relación:

1. Sea honesto con su pareja.

Tu pareja no sabe leer la mente. Probablemente sea una buena idea comunicarles las dudas que tienes para que puedas ver si están de acuerdo, si estás creando un problema que no existe o si podemos llegar a una solución juntos.

La comunicación siempre es clave.

2. Evalúe qué está provocando esas dudas.

Imagínate esto. Vas caminando con tu pareja por la calle y se encuentran con un viejo amigo suyo. Ese amigo es atractivo. Empiezas a dudar de ti mismo y a pensar que podrían ser una mejor opción para ellos. Quizás algún día te dejen por ese amigo.

Cuando imagine el peor de los casos, deténgase y pregúntese: “¿Por qué debería pensar que otra persona podría ser una mejor opción? ¿Por qué pienso que me dejarán por otra persona? ¿Me ha pasado eso alguna vez a mí o a alguien que conozco antes? Si es así, ¿por qué le pasaría lo mismo a esta persona?

A veces, examinar los factores desencadenantes puede llevarle a la raíz de sus dudas. ¿Es usted un perfeccionista que no soporta la idea de no tener el control de una situación? ¿Te han engañado y has perdido la confianza en todas las personas por las que sientes?

3. Las comparaciones (en este caso) son el enemigo.

No hay dos personas exactamente iguales, ni tampoco lo son las relaciones. Si comparas tu relación con tu pareja con la de tu amigo, es posible que te decepciones porque no es exactamente la misma relación «típicamente» perfecta.

En primer lugar, ninguna relación es perfecta. Cada uno tiene sus altibajos. En segundo lugar, lo que es perfecto para otros puede no funcionar para usted.

Sea único en usted mismo y en sus relaciones.

4. El amor es como la comida; no es algo que “ganemos” o “merezcamos”.

Es difícil para nosotros salir de nuestra idea de ser “dignos” de amor. Todos necesitamos recibir y dar amor. Y así, si intentas dejar de pensar en el amor como algo que “mereces” en lugar de algo que es una parte esencial de la experiencia humana, dejarás de castigarte si mereces o no a tu pareja.

5. Disfruta el momento presente y los pequeños detalles.

Preocuparse por el futuro es propio de la mayoría de los seres humanos. A veces, es bueno cuando lo usamos para dar un paso adelante (ir a la universidad, cortar lazos con personas que tienen comportamientos tóxicos o aprender un nuevo idioma para encajar en el país al que nos mudamos).

Pero otras veces puede resultar perjudicial. Aprisionará tu mente en el futuro y te hará olvidarte de disfrutar el momento presente.

Puedes empezar a disfrutar de los pequeños aspectos de tu relación y del panorama general: el amor verdadero.

Hablar de superar las dudas en nuestras relaciones es más fácil de decir que de hacer, pero no imposible.

¡La vida es demasiado preciosa para centrarse en problemas que ni siquiera existen!

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