Conviértete en tu propia fuente de calma y aliento.
En este momento, es probable que estés escuchando algo de tu voz interior. Ya sabes, ¿ese pequeño comentarista en tu cabeza que siempre está parloteando?
Puede sonar como el líder del equipo de animación, reforzando su confianza, susurrando instrucciones y mejorando el rendimiento; o la suegra regañona que sabotea tu éxito con comentarios negativos y críticas cortantes.
Docenas de estudios que incluyen experimentos recientes de Antonis Hatzigeorgiadis, de la Universidad de Tesalia, indican que estos monólogos internos influyen en nuestro comportamiento de manera tanto positiva como negativa. Aquí hay cinco formas de modificar su guión de diálogo interno y usar sus voces internas para ayudarlo a cumplir sus objetivos, ganar confianza y desempeñarse mejor.
1. Escuche críticamente a su crítico interno
En situaciones de alta presión, el diálogo interno suele ser implacable y crítico, dice Ethan Kross, PhD, director de laboratorio del Laboratorio de Emoción y Autocontrol de la Universidad de Michigan. En lugar de pensar de forma deliberada y lógica, nuestras voces internas se alimentan de emociones, y eso influye en todo, desde cómo nos hablamos a nosotros mismos hasta nuestros comportamientos y creencias, actitudes y hábitos.
Entonces, su primer paso es escuchar críticamente lo que se dice a sí mismo y cómo lo dice. Cuando sus voces internas comiencen a enloquecer con palabras de desdén y desánimo, detenga la conversación mientras considera formas de cambiarla.
2. Crea distancia psicológica de ti mismo
Usar frases en primera persona, como «¿Por qué estoy tan estresado?» o «¿Cómo puedo hacerlo mejor?» puede aumentar los sentimientos de vergüenza o ansiedad.
En cambio, Kross sugiere usar su propio nombre o un pronombre de segunda o tercera persona cuando se refiera a su situación. Preguntándose a sí mismo, “¿Por qué tú ¿Te sientes tan estresado? es una forma de crear la distancia psicológica que necesita para regular la emoción y poder disminuir su incomodidad en lugar de aumentarla.
Como explica Kross, «las personas que usan su propio nombre o ‘usted’ comienzan a pensar en la tarea más como un desafío interesante que como una amenaza».
3. Adapta tu conversación a tu objetivo
Te estás hablando a ti mismo, así que considera adónde quieres ir en última instancia. La investigación de Hatzigeorgiadis indica que diferentes tipos de diálogo interno funcionan mejor para objetivos específicos.
Los diálogos internos instructivos como «hombros hacia atrás» o «mantener el brazo izquierdo derecho» o «templar los huevos antes de mezclarlos» funcionan mejor para mejorar la técnica.
El diálogo interno motivacional como “lo tienes” o “puedes hacerlo”, “sigue adelante”, puede ayudar con la confianza, la fuerza o la resistencia.
4. Trátate como un amigo
El diálogo interno degradante, despectivo o negativo solo aumentará su estrés y lo detendrá. En cambio, háblate a ti mismo con compasión, tal como lo harías con un amigo.
Reescribe los mensajes negativos para incluir un giro positivo. “No soy bueno en esto” se puede cambiar por “Relájate. Estás preparado para esto”.
«No sé qué decir» se puede reescribir a «Recuerde sonreír y hacer buenas preguntas».
5. Di «No quiero» en lugar de «No puedo»
Varios experimentos realizados por Vanessa Patrick, profesora de mercadotecnia en la Universidad de Houston, encontraron que a las personas que usaban la frase «No quiero» para resistir la tentación les iba mejor por más tiempo que a las que decían «No puedo». Decir “no puedo” comunica limitación o restricción. Decir “no quiero” demuestra que estás a cargo de tus pensamientos y comportamientos, y ese es un poderoso recordatorio que te ayudará a prevalecer.
Pruébelo usted mismo y sienta la diferencia.
«No puedo faltar a mis entrenamientos» versus «No puedo faltar a mis entrenamientos».
“No puedo comprar estos zapatos hasta el día de pago” versus “No compro zapatos hasta el día de pago”.
“No puedo comer postre” versus “No como postre”.
Cuando reemplaces la palabrería interna con un diálogo interno alentador, podrás enfrentar mejor la adversidad y los desafíos y hacer cosas que contribuirán a un mayor éxito. De esta manera, pequeños cambios lingüísticos pueden significar grandes cambios de vida.
Este artículo es cortesía de Espiritualidad y Salud.