4 cuestiones que mantienen a los narcisistas atrapados en el infantilismo

Subrayemos que el desarrollo humano no cesa una vez que una persona sale de la niñez. Los psicólogos del desarrollo saben que la personalidad y las habilidades psicosociales continúan evolucionando hasta bien entrada la edad adulta. Con la edad surge la posibilidad de incorporar conocimientos y sabiduría maduros a medida que se enfrenta a una gama cada vez más amplia de desafíos y tensiones.

Cuando se busca evidencia de que una persona realmente está madurando más allá del infantilismo y adquiriendo habilidades adultas, hay cuatro cualidades principales a las que hay que prestar atención. Los individuos que maduran van más allá de:

Simplicidad en complejidad

Hechos y creencias en esencia

Agendas duras en matiz

Ideales deseosos en realidad complicada.

¿Consideras que los narcisistas de tu vida son capaces de responderte con esas cualidades primarias intactas? Desafortunadamente, los narcisistas con sus actitudes de privilegio, control, invalidación y manipulación no pueden evitar caer en reacciones cansadas e infantiles cuando las habilidades de los adultos son necesarias.

Como prueba de su infantilismo, se inclinan hacia patrones de ira no productivos. Tienen una tendencia absurda a ponerse a la defensiva. Mentirán o guardarán secretos. Muestran falta de curiosidad o interés por sus interpretaciones o emociones únicas. No son jugadores de equipo ya que actúan como si la vida girase en torno a ellos. Insisten en la conformidad, lo que ilustra que la diversidad los amenaza enormemente.

Siendo así, tienen grandes dificultades para gestionar las tensiones familiares, ya que optan por respuestas despectivas ante las diferencias. Asimismo, cuando surge la necesidad de compartir proyectos con otros, confunden a sus compañeros con terquedad y ensimismamiento. O cuando se les exige maniobrar entre los muchos temas candentes que surgen en las conversaciones (política, cuestiones sociales, religión o prácticas de estilo de vida), pueden obstaculizar las discusiones sensatas.

En lugar de inclinarse hacia la complejidad, enfatizar su esencia interna, dejar espacio para los matices y aceptar cómo la realidad puede ser complicada, los narcisistas caen en prácticas que son comunes entre los jóvenes que aún no han refinado sus habilidades relacionales.

Los adultos infantiles y narcisistas tienden a tener pensamientos como:

  • «Hacerlo a mi manera.» Abunda el egoísmo puro.
  • «Cuando diferimos, significa que eres inaceptable».
  • «Hay dogmas inflexibles que no dejaré de lado».
  • «Cuando no me salgo con la mía, simplemente hago pucheros».
  • «Cuando no me salga con la mía, te castigaré».
  • «Necesito presionarte para que hagas y pienses como yo».
  • «Yo soy la víctima aquí… me estás rechazando y haciendo mi vida miserable».
  • «No haré concesiones, pero guardaré rencor».
  • «Lo que sea que tenga que hacer para sabotearte, estoy dispuesto a hacerlo».
  • «Tengo que ganar».

Los narcisistas quedan tan atrapados por la incapacidad de ver más allá de sus propios deseos limitados que dejan poco o ningún espacio para los asuntos complejos que los adultos enfrentan cada día. Simplemente no está dentro de su carácter hacerlo. Sus emociones se vuelven crudas y poco refinadas, desprovistas de cortesía y únicamente egoístas.

Entonces, sabiendo esto, puedes decidir que alguien dentro de la relación debe ser el adulto y que ese alguien puede ser tú. Así como cuando los niños se desregulan, usted puede decidir que usted establecerá el estándar de decencia. Con calma y firmeza, aférrate a tus preferencias, opiniones, procedimientos y prioridades. Muéstrate dispuesto a contemplar las necesidades y perspectivas de la otra persona. Y cuando el narcisista permanezca estancado en una actitud intransigente, no intentes forzar la cooperación, sino celebra el hecho de que permanecerás sobrio en tus iniciativas.

No tiene sentido que un adulto físicamente maduro no pueda convertirse también en un adulto psicológicamente maduro, pero ese es el caso de los narcisistas. Recuerde que la vida puede ser realmente complicada y no propicia para fórmulas simplistas. Luego, recuerda que tu propia capacidad para sortear las complejidades será útil a medida que decidas superar las perturbaciones del narcisista.

~Les Carter, Ph.D.

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