Hay cuatro factores externos básicos que nunca te harán feliz si te apegas a ellos. Solo pueden darte una falsa sensación de felicidad.
Otra noche después del trabajo te encuentras pensando en la próxima gran o pequeña cosa que te hará feliz. En nuestra vida cotidiana, en la que pagamos el consumo y las posesiones con dinero y luego pagamos el dinero con nuestro tiempo fugaz, a menudo esperamos encontrar la felicidad al otro lado de la colina.
O bien se esconde en la nostalgia o en el éxito de una futura conquista. Pero tan pronto como aceptamos el próximo desafío o intentamos llegar a los lugares de gloria del pasado, descubrimos que nuestro vacío nos ha seguido hasta allí. La felicidad siempre es imaginada. Si nos quedamos apegados a factores externos, siempre será una persecución sin fin.
Aquí hay cuatro cosas básicas que nunca te harán feliz.
1. Finanzas
El jugo más esencial y deseado para resolver problemas en la vida humana. Solo un hipócrita puede ignorar la importancia de este recurso. Sin embargo, si crees que el dinero tiene que ver con el estado mental positivo, estás equivocado. Imagínate ganar la lotería.
¿Qué sentirías? Pensarías que te haría feliz, pero hay un montón de inseguridades y ansiedades en tu garganta. Te sentirías protector con eso, enojado con tus amigos o familiares que te piden algo porque ahora tienes mucho, inquieto por lo que te gustaría comprar para eso y más.
2. Las opiniones de la gente
Como somos criaturas sociales, interactuamos entre nosotros y esperamos dar y recibir valor de los demás. Sin embargo, la forma en que funciona nuestra sociedad es que tendemos a sentirnos psicológicamente enojados con las personas que se ven o actúan de manera diferente, incluso si no están haciendo nada intrínsecamente malo para nosotros.
Por otra parte, nos restringimos a nosotros mismos de ser y actuar. auténticamente para que pudiéramos estar en línea con todos los demás. Existe cierta comodidad en ser parte de un grupo, pero renuncias a tu poder personal. En lugar de eso, deberías aprender a sentirte parte integral del mundo sin ninguna lealtad.
3. Cuerpo perfecto
Todos admiramos la apariencia porque nos resulta estéticamente agradable. Atribuimos hermosas cualidades personales al sexo opuesto, mientras que nuestros pares más atractivos se sienten superiores o despreciables.
La apariencia no suele ser un logro, sino más bien una casualidad que no tiene nada que ver con quienes somos. Las personas más prominentes y atractivas no suelen ser perfectas. Y sin embargo, no podemos imaginarlas de otra manera y las adoramos. Lo que las hace felices es la confianza interior. Básicamente, lo que sea que lleves puesto, cualquier defecto, llévalo con orgullo.
4. Pareja ideal
“Si ese amor anterior fuera mío, sería mucho más feliz”. Otro pensamiento para terminar el día. En primer lugar, depender de tu pareja te hace dependiente. El amor no va a resolver tus inseguridades. Los pondrá a prueba. Te imaginas tu yo perfecto con tu novio/novia encantador/a idealizado/a.
Pero lo que debes imaginar es aferrarte a tu mitad sintiéndote desafiado, en riesgo y vulnerable ante otros competidores. El amor es una ventaja para una persona completa, no la esencia, contrariamente a la creencia popular. Debes darte cuenta de que otra persona no te hará feliz a menos que aprendas a alcanzar la felicidad dentro de ti mismo. Además, una persona feliz es una persona encantadora.
Para concluir, al perseguir factores externos, ya sea ropa, títulos, posesiones o logros futuros, invertimos en una falsa sensación de felicidad. Es frágil. Lo único que puede hacernos felices está en nuestro corazón y en el ahora.
Sería la peor idea abandonar el trabajo diario por tus logros en aras de una felicidad temporal, pero Debes amar lo que haces y hacer lo que amas.Por ejemplo, si sientes que tu trabajo no te satisface o que la educación superior no es lo tuyo, deberías empezar a pensar en lo que te gustaría hacer. Pero no tienes por qué abandonar.
Quemar todos los puentes no es la solución. Puedes seguir tus sueños mientras trabajas para mantenerte. En el caso de la universidad, es una mala opción dejarla a mitad de camino. Aún puedes combinar tu crecimiento personal en la dirección deseada y estudiar. Hay muchas opciones para reajustarte gradualmente.
Lo más importante es saber lo que realmente quieres.
En una palabra, Aprende a disfrutar el momento y ver su belleza. De esta manera, cada nuevo éxito final se sentirá genuinamente placentero porque así lo es cada momento.