Desde el punto de vista del desarrollo, luchamos con “encontrarnos a nosotros mismos” como adolescentes y adultos jóvenes. Luego, a menudo repasamos estas preguntas en la mediana edad. Es normal e imprescindible buscar la autocomprensión. Para aceptarnos y establecer un sentido de pertenencia, necesitamos comprender quiénes somos. Un fuerte sentido de identidad nos ayuda a navegar por la vida y da significado a nuestras experiencias. Sin ella, nos sentimos “perdidos”.
- Anteponemos las necesidades de los demás a las nuestras. Cuando nos enfocamos en los demás y nos descuidamos a nosotros mismos, fallamos en reconocernos y valorarnos a nosotros mismos y nuestras necesidades. Minimizamos quiénes somos y qué necesitamos.
- Estamos desconectados de nuestros pensamientos y sentimientos. Por lo general, nos mantenemos tan distraídos y entumecidos con el alcohol, la comida y los dispositivos electrónicos que perdemos información importante sobre quiénes somos. ¿Con qué frecuencia busca su teléfono o un refrigerio cada vez que se siente un poco incómodo? Estas cosas nos impiden conocernos a nosotros mismos porque no nos permitimos ser curiosos y preguntarnos cómo nos sentimos realmente.
- Experimentamos transiciones de vida y cambios en nuestros roles. Experiencias como el divorcio, la jubilación, la pérdida del trabajo, la muerte de un ser querido u otros eventos traumáticos también pueden resultar en la pérdida del sentido de uno mismo, especialmente las partes asociadas con nuestros roles.
- Nos sentimos avergonzados e indignos y, en consecuencia, enterramos partes de nosotros mismos. Nos dijeron que somos malos, extraños, feos, estúpidos o indignos. Fuimos criticados o burlados. Tal vez te encantaba jugar al ajedrez cuando eras niño, pero te dijeron que no estaba bien unirte al club de ajedrez. Así que renunciaste. O tal vez te avergonzaste de tu orientación sexual y trataste de negarla. Se nos dice que tenemos que encajar en un determinado molde si queremos encajar. Entonces, aplastamos nuestro yo cuadrado en agujeros redondos y tratamos de ser algo que no somos. Después de años de hacer esto, perdemos la noción de quiénes somos realmente.
He creado algunas preguntas e indicaciones para escribir un diario que te ayudarán a redescubrirte a ti mismo.
- ¿Cuáles son mis puntos fuertes?
- ¿Cuáles son mis objetivos a corto plazo? ¿Metas a largo plazo?
- ¿Quién me importa más? ¿Quiénes son mis personas de apoyo?
- ¿De qué me avergüenzo?
- ¿Qué me gusta hacer para divertirme?
- ¿Qué nuevas actividades me interesan o estoy dispuesto a probar?
- ¿Qué me preocupa?
- ¿Cuáles son mis valores? ¿En qué creo? (considere política, religión, problemas sociales)
- Si pudiera tener un deseo, sería ___________
- ¿Dónde me siento más seguro?
- ¿Qué o quién me da consuelo?
- Si no tuviera miedo, ___________
- ¿Cuál es mi logro más orgulloso?
- ¿Cuál es mi mayor fracaso?
- ¿Soy un ave nocturna o madrugadora? ¿Cómo puedo organizar mi vida para que se adapte mejor a esta parte de mi naturaleza?
- ¿Qué me gusta de mi trabajo? ¿Qué me desagrada?
- ¿Qué me dice mi crítico interior?
- ¿Qué hago para mostrarme autocompasión y autocuidado?
- ¿Soy introvertido o extrovertido? ¿Estoy lleno de energía estando cerca de otros o estando solo?
- ¿Qué me apasiona?
- ¿Cuál es mi recuerdo más feliz?
- ¿Qué me dicen mis sueños?
- ¿Cuál es mi libro favorito? ¿Película? ¿Banda? ¿Alimento? ¿Color? ¿Animal?
- ¿Por qué estoy agradecido?
- Cuando me siento deprimido me gusta ___________________
- Sé que estoy estresado cuando ______________________
Te he dado muchas preguntas. Sugiero responder solo una o dos por día para que pueda explorarlas en profundidad. Trabaje a su propio ritmo. Tal vez uno por semana sea más realista para ti. No hay juicio y esto no es una carrera. Redescubrirte a ti mismo es un proceso. Requerirá pensar, hablar, escribir y hacer.
Te deseo lo mejor en tu viaje.
Sharon
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2016 Sharon Martin, LCSW Foto por: Travis Wise